/ jueves 3 de enero de 2019

A lo que te truje Chencha…

Quo Vadis



Comienza 2019 luego de un polifacético y supuestamente esperanzador 2018 que, bendito sea el Creador, ya se fue con más lágrimas que risas y amor si hacemos un recuento de hechos que marcaron el historial social-político y económico aquí, allá y acullá…

Cada quien –cita la vox populi- dice cómo le fue en la feria (en su vida, pues) y 2018 no fue la excepción porque la mayoría de la sociedad mexicana lo concluyó con pérdidas en su economía familiar e incertidumbre en su devenir laboral, excepto aquellos que aseguraron su futuro económico “haiga sido como haiga sido…”.

Por eso, en este nuevo año hay nuevos retos y oportunidades para que la mayoría aprovechemos (y también desaprovechemos por omisión o acción ¿por qué no?) retos y oportunidades que por otra parte parece que poco ayudan para no perjudicar más nuestro mundo, porque si en algo coincide la humanidad, es en ser la especie más depredadora del planeta de todos los tiempos… pero eso es harina de otro costal.

Vienen entonces -y cada quien lo observa a su manera- desde el más modesto hasta el más encumbrado puesto social, económico o político, metas por cristalizar en el corto, mediano y largo plazo, con más escepticismo que certidumbre por razones socio-políticas en que nos envuelve en el día a día la esfera gubernamental federal, dueña y señora -como no ocurría hace muchísimo tiempo- de las políticas públicas que rigen, desde ya, nuestra vida como ciudadanos.

En ese devenir los pocos que hacen lo que les gusta y los muchos que hacen lo que pueden por sí mismos y por su bienestar propio, asumir que en este 2019 vayamos “…a lo que nos truje Chencha”, concebido este refrán para que cada quien cumpla su misión y responsabilidad social con especial esmero y no transitar por la ruta fácil de ser ajeno o ignorante de lo que sucede a nuestro alrededor en México y en el mundo por una simple razón: Los mexicanos no podemos seguir siendo omisos de nuestro devenir, más cuando desde mediados del infame sexenio de Peña Nieto ocho de cada 10 mexicanos(as) dijeron que su trabajo era lo más importante en su vida cotidiana porque de el depende el bienestar de su familia.

Ojalá entonces que la mayoría de los mexicanos sea más consciente de lo que pasa a su alrededor e interactúe con libertad, legalidad y plenitud, porque luego de los comicios federales de julio pasado y los resultados post-electorales de todos conocidos, es evidente que la opinión pública la compone una minoría de tirios y troyanos que se enmarcan en el consabido “círculo rojo” que -valga subrayar- suelen protagonizar guerras de papel estériles.

Así que entre lo que se quiere y lo que se puede hacer en este 2019, en la vida íntima de cada uno de todos los mexicanos tenemos que asumir ese famoso “a lo que te truje Chencha” porque todos estamos obligados a tres cosas (como bien lo decía en su campaña política el alcalde Gustavo Sánchez): A trabajar…trabajar y trabajar…y no ser parte de esos “ninis” que no trabajan por la mañana y descansan por la tarde esperando les regale el gobierno federal parte del dinero que con gran esfuerzo le tributa buena parte de la sociedad mexicana. ¿O no?

Quo Vadis



Comienza 2019 luego de un polifacético y supuestamente esperanzador 2018 que, bendito sea el Creador, ya se fue con más lágrimas que risas y amor si hacemos un recuento de hechos que marcaron el historial social-político y económico aquí, allá y acullá…

Cada quien –cita la vox populi- dice cómo le fue en la feria (en su vida, pues) y 2018 no fue la excepción porque la mayoría de la sociedad mexicana lo concluyó con pérdidas en su economía familiar e incertidumbre en su devenir laboral, excepto aquellos que aseguraron su futuro económico “haiga sido como haiga sido…”.

Por eso, en este nuevo año hay nuevos retos y oportunidades para que la mayoría aprovechemos (y también desaprovechemos por omisión o acción ¿por qué no?) retos y oportunidades que por otra parte parece que poco ayudan para no perjudicar más nuestro mundo, porque si en algo coincide la humanidad, es en ser la especie más depredadora del planeta de todos los tiempos… pero eso es harina de otro costal.

Vienen entonces -y cada quien lo observa a su manera- desde el más modesto hasta el más encumbrado puesto social, económico o político, metas por cristalizar en el corto, mediano y largo plazo, con más escepticismo que certidumbre por razones socio-políticas en que nos envuelve en el día a día la esfera gubernamental federal, dueña y señora -como no ocurría hace muchísimo tiempo- de las políticas públicas que rigen, desde ya, nuestra vida como ciudadanos.

En ese devenir los pocos que hacen lo que les gusta y los muchos que hacen lo que pueden por sí mismos y por su bienestar propio, asumir que en este 2019 vayamos “…a lo que nos truje Chencha”, concebido este refrán para que cada quien cumpla su misión y responsabilidad social con especial esmero y no transitar por la ruta fácil de ser ajeno o ignorante de lo que sucede a nuestro alrededor en México y en el mundo por una simple razón: Los mexicanos no podemos seguir siendo omisos de nuestro devenir, más cuando desde mediados del infame sexenio de Peña Nieto ocho de cada 10 mexicanos(as) dijeron que su trabajo era lo más importante en su vida cotidiana porque de el depende el bienestar de su familia.

Ojalá entonces que la mayoría de los mexicanos sea más consciente de lo que pasa a su alrededor e interactúe con libertad, legalidad y plenitud, porque luego de los comicios federales de julio pasado y los resultados post-electorales de todos conocidos, es evidente que la opinión pública la compone una minoría de tirios y troyanos que se enmarcan en el consabido “círculo rojo” que -valga subrayar- suelen protagonizar guerras de papel estériles.

Así que entre lo que se quiere y lo que se puede hacer en este 2019, en la vida íntima de cada uno de todos los mexicanos tenemos que asumir ese famoso “a lo que te truje Chencha” porque todos estamos obligados a tres cosas (como bien lo decía en su campaña política el alcalde Gustavo Sánchez): A trabajar…trabajar y trabajar…y no ser parte de esos “ninis” que no trabajan por la mañana y descansan por la tarde esperando les regale el gobierno federal parte del dinero que con gran esfuerzo le tributa buena parte de la sociedad mexicana. ¿O no?