/ lunes 21 de mayo de 2018

Abstencionismo

EL MURO

Prerrogativa significa “el primero en votar” y aunque ahora la usamos como sinónimo de privilegio, desde sus inicios la palabra tuvo tintes electoreros.

El sistema romano para elegir gobernantes sorteaba a los grupos de votadores (un equivalente actual sería un distrito electoral). Los suertudos formaban la “centuria prerrogativa” o los del derecho a votar primero (imagine que este 1 de julio los electores del distrito 07 tendrán el primer turno).

El problema es que cuando se lograban los votos necesarios para declarar un ganador, entonces ya no era necesaria la intervención del resto. A pesar de que se evitaba a la gente de mala fama, el sistema tenía varias fallas, entre ellas el que desde un principio se podía conocer la tendencia de votación, lo cual generaba malestar entre los que iban abajo, que presionaban para cancelar el proceso.

También esa primera tanda de votos marcaba línea a los siguientes electores, lo que se prestaba para el amaño. En el año 54 antes de la era moderna hubo un millonario intento de corromper a la “centuria prerrogativa” no solo para conseguir su voto, sino también para eliminar a un contrincante político.

Ahora que votar está al alcance de cualquiera que decida inscribirse en el padrón electoral, hay quienes no participan. Desde 1991 a 2015, el promedio de participación ciudadana es del 57.22% y salvo la elección de 1988 (con un 52% de participantes), los votos aumentan en los procesos donde se elige Presidente y bajan en las elecciones intermedias.

El promedio de votadores en elecciones presidenciales de nuestro país es del 62%, muy bajo comparado con el 87% de los belgas, pero mucho más alto que el 38.6% de los suizos.

En nuestra Constitución el voto no solo es un derecho y una prerrogativa, sino también una obligación y como obligar significa etimológicamente hacer sentir culpable a alguien por incumplir sus deberes, no veo cómo implementar prácticas promotoras del voto eficaces, que no violen los derechos humanos, porque opciones existen: Enviar una carta a quien no fue a votar. Pero ¿cómo sabemos quién no votó? Sencillo: Toda aquella persona que no tenga el sello “VOTÓ” en el espacio con su nombre en el listado nominal con fotografía, es candidata a recibir la comunicación.

Insisto, este hipotético acto viola el derecho universal a la libertad de acción o inacción, pero si usted supiera el tiempo, dinero, esfuerzo que se involucra en un proceso electoral, entendería una medida de esta índole.

Abstenerse es hacerse a un lado cuando no podemos manejar algo. Por ejemplo, “Ab alienis pecuniis me abstineo”, quiere decir: mantenerse lejos del dinero robado. ¿Tan difícil es manejar nuestro voto como para evitarlo? Los expertos han creado una fórmula que intenta explicar la participación ciudadana: La probabilidad P de que alguien vote, aumenta si B –beneficio personal- (gana mi candidato) y D (deber

ciudadano) es mayor que C, el costo que implica acudir a las urnas.

A pesar de eso, aún sigo sin entender por qué alguien prefiere ver el futbol…

vicmarcen09@gmail.com


EL MURO

Prerrogativa significa “el primero en votar” y aunque ahora la usamos como sinónimo de privilegio, desde sus inicios la palabra tuvo tintes electoreros.

El sistema romano para elegir gobernantes sorteaba a los grupos de votadores (un equivalente actual sería un distrito electoral). Los suertudos formaban la “centuria prerrogativa” o los del derecho a votar primero (imagine que este 1 de julio los electores del distrito 07 tendrán el primer turno).

El problema es que cuando se lograban los votos necesarios para declarar un ganador, entonces ya no era necesaria la intervención del resto. A pesar de que se evitaba a la gente de mala fama, el sistema tenía varias fallas, entre ellas el que desde un principio se podía conocer la tendencia de votación, lo cual generaba malestar entre los que iban abajo, que presionaban para cancelar el proceso.

También esa primera tanda de votos marcaba línea a los siguientes electores, lo que se prestaba para el amaño. En el año 54 antes de la era moderna hubo un millonario intento de corromper a la “centuria prerrogativa” no solo para conseguir su voto, sino también para eliminar a un contrincante político.

Ahora que votar está al alcance de cualquiera que decida inscribirse en el padrón electoral, hay quienes no participan. Desde 1991 a 2015, el promedio de participación ciudadana es del 57.22% y salvo la elección de 1988 (con un 52% de participantes), los votos aumentan en los procesos donde se elige Presidente y bajan en las elecciones intermedias.

El promedio de votadores en elecciones presidenciales de nuestro país es del 62%, muy bajo comparado con el 87% de los belgas, pero mucho más alto que el 38.6% de los suizos.

En nuestra Constitución el voto no solo es un derecho y una prerrogativa, sino también una obligación y como obligar significa etimológicamente hacer sentir culpable a alguien por incumplir sus deberes, no veo cómo implementar prácticas promotoras del voto eficaces, que no violen los derechos humanos, porque opciones existen: Enviar una carta a quien no fue a votar. Pero ¿cómo sabemos quién no votó? Sencillo: Toda aquella persona que no tenga el sello “VOTÓ” en el espacio con su nombre en el listado nominal con fotografía, es candidata a recibir la comunicación.

Insisto, este hipotético acto viola el derecho universal a la libertad de acción o inacción, pero si usted supiera el tiempo, dinero, esfuerzo que se involucra en un proceso electoral, entendería una medida de esta índole.

Abstenerse es hacerse a un lado cuando no podemos manejar algo. Por ejemplo, “Ab alienis pecuniis me abstineo”, quiere decir: mantenerse lejos del dinero robado. ¿Tan difícil es manejar nuestro voto como para evitarlo? Los expertos han creado una fórmula que intenta explicar la participación ciudadana: La probabilidad P de que alguien vote, aumenta si B –beneficio personal- (gana mi candidato) y D (deber

ciudadano) es mayor que C, el costo que implica acudir a las urnas.

A pesar de eso, aún sigo sin entender por qué alguien prefiere ver el futbol…

vicmarcen09@gmail.com