/ martes 4 de junio de 2019

Adiós al PAN

El Muro


Mexicali, agosto de 1945.- “… Le informo también que como en todas partes la gente de cierta posición económica es la que no quiere hacer su deber. Así pues, el grupo está formado de obreros y clase media y tres profesionistas y apenas llegamos a 65 personas”.

Así fue el comienzo del panismo en Mexicali: Humilde, sencillo, trabajador, pero sobre todo, con mucha convicción.

Respondió Manuel Gómez Morín en octubre de ese mismo año: “Hemos sabido por Luis Calderón Vega de la reunión que se celebró en Mexicali y esperamos que pronto podrán ustedes constituir allá el comité del Partido. Cree Luis que hay buenas posibilidades y que están ustedes en el camino adecuado para aprovecharlas”, cita Francisco Lizárraga Ochoa en su libro “Manuel Gómez Morín en Baja California”.

La despedida de la estructura panista no ocurrió el pasado 2 de junio. No, esa fue la formalización de un desgaste que comenzó a fraguar desde que tomaron posesión en 1989. Nada fuera de lo normal, solo descubrieron que el poder tiende a corromper. Terminaron perdiendo al Partido por aferrarse al erario.

El panismo surgió como un movimiento integrado por personas de firmes principios, con sólido sustento ideológico que tenía en el gobierno municipal una de sus principales metas, porque “…histórica y técnicamente la comunidad municipal es fuente y apoyo de libertad política, de eficacia en el gobierno y de limpieza de la vida pública. El gobierno municipal ha de ser autónomo, responsable, permanentemente sujeto a la voluntad de los gobernados y a su vigilancia...”.

A tan solo 3 años de su fundación, para 1948 ya eran 1 mil 600 los afiliados al movimiento de Acción Nacional en todo Baja California. Para cuando llegaron al poder en el 89, su estructura era amplia, pero no lo suficiente como para llenar el gobierno exclusivamente con panistas, ya que además había que mantener al Partido con miras a fortalecerlo. Al PAN comenzaron a adherirse personas que no tenían interés en comprender los principios básicos, solo eran pragmáticos que creían que ser panista implicaba únicamente ser católico y no ser priísta o socialista.

De ser un centro de debate ideológico, de lucha opositora, el PAN terminó tristemente por convertirse en una agencia de colocación laboral y el gobierno se llenó casi con oportunistas pintados de azul que solo veían por sus desmedidos intereses económicos y ante cualquier adversidad no dudaban en tumbarse la manita de pintura para mutar.

Algunos pueden estar tranquilos porque los que perdieron el domingo 2 de junio no eran panistas, solo decían serlo…

El Muro


Mexicali, agosto de 1945.- “… Le informo también que como en todas partes la gente de cierta posición económica es la que no quiere hacer su deber. Así pues, el grupo está formado de obreros y clase media y tres profesionistas y apenas llegamos a 65 personas”.

Así fue el comienzo del panismo en Mexicali: Humilde, sencillo, trabajador, pero sobre todo, con mucha convicción.

Respondió Manuel Gómez Morín en octubre de ese mismo año: “Hemos sabido por Luis Calderón Vega de la reunión que se celebró en Mexicali y esperamos que pronto podrán ustedes constituir allá el comité del Partido. Cree Luis que hay buenas posibilidades y que están ustedes en el camino adecuado para aprovecharlas”, cita Francisco Lizárraga Ochoa en su libro “Manuel Gómez Morín en Baja California”.

La despedida de la estructura panista no ocurrió el pasado 2 de junio. No, esa fue la formalización de un desgaste que comenzó a fraguar desde que tomaron posesión en 1989. Nada fuera de lo normal, solo descubrieron que el poder tiende a corromper. Terminaron perdiendo al Partido por aferrarse al erario.

El panismo surgió como un movimiento integrado por personas de firmes principios, con sólido sustento ideológico que tenía en el gobierno municipal una de sus principales metas, porque “…histórica y técnicamente la comunidad municipal es fuente y apoyo de libertad política, de eficacia en el gobierno y de limpieza de la vida pública. El gobierno municipal ha de ser autónomo, responsable, permanentemente sujeto a la voluntad de los gobernados y a su vigilancia...”.

A tan solo 3 años de su fundación, para 1948 ya eran 1 mil 600 los afiliados al movimiento de Acción Nacional en todo Baja California. Para cuando llegaron al poder en el 89, su estructura era amplia, pero no lo suficiente como para llenar el gobierno exclusivamente con panistas, ya que además había que mantener al Partido con miras a fortalecerlo. Al PAN comenzaron a adherirse personas que no tenían interés en comprender los principios básicos, solo eran pragmáticos que creían que ser panista implicaba únicamente ser católico y no ser priísta o socialista.

De ser un centro de debate ideológico, de lucha opositora, el PAN terminó tristemente por convertirse en una agencia de colocación laboral y el gobierno se llenó casi con oportunistas pintados de azul que solo veían por sus desmedidos intereses económicos y ante cualquier adversidad no dudaban en tumbarse la manita de pintura para mutar.

Algunos pueden estar tranquilos porque los que perdieron el domingo 2 de junio no eran panistas, solo decían serlo…