/ domingo 28 de febrero de 2021

Agustín de Iturbide

La Espiga


Hidalgo, Allende, Morelos, López Rayón, Matamoros, Mina, Guerrero, Iturbide… Las figuras centrales de la Independencia de México (1810-1821) lucharon en contra del Virreinato de la Nueva España, el cual después de 300 años de vigencia tenía descontentos a criollos y mestizos.

En sus inicios este movimiento no pretendía desconocer a la Corona Española, seguía leal al soberano Fernando VII. Este panorama cambió debido a los conflictos entre las familias de los monarcas españoles y franceses. Fue “El Siervo de la Nación” don José María Morelos y Pavón, un humilde cura de pueblo que logró unificar a los diferentes combatientes por la causa de la Independencia de México.

Morelos alienta la formación del Congreso Constitucional para la Libertad de la América Septentrional en octubre de 1814. Después de Morelos los patriotas Vicente Guerrero, Guadalupe Victoria, Ignacio López Rayón, Mariano Matamoros y Francisco Xavier Mina continuaron en la lucha por echar fuera a los “gachupines”.

De forma por demás paradójica, gachupines y patriotas criollos que en apego a la Constitución Liberal de Cádiz de 1812, consiguen que el militar Agustín de Iturbide, con el grado de teniente general al mando del Ejército de las Tres Garantías (unión, religión e independencia) sea nombrado emperador constitucional el 19 de mayo de 1822. Su nombre se transformó en Agustín I.

Esta nueva nación fundada por Iturbide se llamó con grandilocuencia “Imperio Mexicano”. La inspiración napoleónica de esta quimera no duraría mucho tiempo. Los diversos grupos que conformaban aquel Imperio Mexicano mostraron sus divergencias: Monárquicos, liberales y moderados se enfrentaron en torno al proyecto de nación.

El Acta de Independencia del Imperio Mexicano, firmada en agosto de 1821, no sería suficiente para contener las divergencias entre la elite gubernamental, políticos, militares, religiosos, acaudalados, todos entran en pugna por el país que deseaban formar. Con la economía quebrada el naciente México independiente quedó a merced de las ambiciones de poder de militares y de las diferentes elites políticas.

Republicanos y monárquicos, liberales y conservadores proseguirían con sus rivalidades durante los años por venir. Mientras todo esto ocurría, en la parte centro-sur de México en Baja California las misiones o presidios peninsulares sobrevivían a duras penas el proceso de secularización. Eran comunidades fantasmales a donde no llegaban recursos del centro, los soldados asignados sostenían con dificultad a sus familias.

La población indígena fue indiferente al movimiento libertario, la falta de provisiones y la carencia de vías de comunicación hacían de Baja California una tierra alejada de las decisiones del poder central. El 16 de mayo de 1822 se proclamó la Independencia del Imperio Mexicano en la Misión de San Vicente Ferrer, ubicada al sur de Ensenada.

La independencia del Imperio Mexicano tuvo un costo elevado en vidas y recursos. En otra colaboración nos referiremos al Plan de Iguala del 24 de febrero de 1821, mediante el cual el patriota Vicente Guerrero y Agustín de Iturbide acuerdan poner fin a la guerra para acordar la creación de la Junta Gubernativa de la América Septentrional.

La Espiga


Hidalgo, Allende, Morelos, López Rayón, Matamoros, Mina, Guerrero, Iturbide… Las figuras centrales de la Independencia de México (1810-1821) lucharon en contra del Virreinato de la Nueva España, el cual después de 300 años de vigencia tenía descontentos a criollos y mestizos.

En sus inicios este movimiento no pretendía desconocer a la Corona Española, seguía leal al soberano Fernando VII. Este panorama cambió debido a los conflictos entre las familias de los monarcas españoles y franceses. Fue “El Siervo de la Nación” don José María Morelos y Pavón, un humilde cura de pueblo que logró unificar a los diferentes combatientes por la causa de la Independencia de México.

Morelos alienta la formación del Congreso Constitucional para la Libertad de la América Septentrional en octubre de 1814. Después de Morelos los patriotas Vicente Guerrero, Guadalupe Victoria, Ignacio López Rayón, Mariano Matamoros y Francisco Xavier Mina continuaron en la lucha por echar fuera a los “gachupines”.

De forma por demás paradójica, gachupines y patriotas criollos que en apego a la Constitución Liberal de Cádiz de 1812, consiguen que el militar Agustín de Iturbide, con el grado de teniente general al mando del Ejército de las Tres Garantías (unión, religión e independencia) sea nombrado emperador constitucional el 19 de mayo de 1822. Su nombre se transformó en Agustín I.

Esta nueva nación fundada por Iturbide se llamó con grandilocuencia “Imperio Mexicano”. La inspiración napoleónica de esta quimera no duraría mucho tiempo. Los diversos grupos que conformaban aquel Imperio Mexicano mostraron sus divergencias: Monárquicos, liberales y moderados se enfrentaron en torno al proyecto de nación.

El Acta de Independencia del Imperio Mexicano, firmada en agosto de 1821, no sería suficiente para contener las divergencias entre la elite gubernamental, políticos, militares, religiosos, acaudalados, todos entran en pugna por el país que deseaban formar. Con la economía quebrada el naciente México independiente quedó a merced de las ambiciones de poder de militares y de las diferentes elites políticas.

Republicanos y monárquicos, liberales y conservadores proseguirían con sus rivalidades durante los años por venir. Mientras todo esto ocurría, en la parte centro-sur de México en Baja California las misiones o presidios peninsulares sobrevivían a duras penas el proceso de secularización. Eran comunidades fantasmales a donde no llegaban recursos del centro, los soldados asignados sostenían con dificultad a sus familias.

La población indígena fue indiferente al movimiento libertario, la falta de provisiones y la carencia de vías de comunicación hacían de Baja California una tierra alejada de las decisiones del poder central. El 16 de mayo de 1822 se proclamó la Independencia del Imperio Mexicano en la Misión de San Vicente Ferrer, ubicada al sur de Ensenada.

La independencia del Imperio Mexicano tuvo un costo elevado en vidas y recursos. En otra colaboración nos referiremos al Plan de Iguala del 24 de febrero de 1821, mediante el cual el patriota Vicente Guerrero y Agustín de Iturbide acuerdan poner fin a la guerra para acordar la creación de la Junta Gubernativa de la América Septentrional.