/ miércoles 19 de agosto de 2020

Al fin las vacunas

CONTRASENTIDO

La pandemia ha cambiado en muchos sentidos las formas en que nos desenvolvemos en la sociedad. En gran medida, gracias a la penetrante explosión del uso de las redes sociales tenemos acceso a una gran cantidad de información sobre el virus que nos azota.

Ahora vivimos con grandes miedos porque sabemos y conocemos el alcance del Covid-19 gracias a las redes sociales, pero tenemos la esperanza de que salga alguna vacuna lo suficientemente eficiente como para volver a la “normalidad” a la que estábamos acostumbrados.

La sociedad se resiste en muchos sentidos a los nuevos estilos de vida impuestos por la pandemia. A pesar que se han explorado nuevas formas de aprendizaje, así como nuevos modelos de negocios y de trabajo para tratar de sobrellevar los efectos de la pandemia, nada de lo anterior termina por convencer a la sociedad. Y si agregamos que la cuarentena ha sido larga, cruenta y desigual, la situación comienza a volverse caótica en muchos sentidos. El manejo del confinamiento fue y es muy complicado, lo cual ha provocado que el virus no se pueda limitar o controlar, por lo que toda la sociedad inconscientemente ha comprendido que la única posibilidad real y concreta de superarlo es la vacuna.

Hace un par de semanas la Organización Mundial de la Salud indicó que tenía registrado más de un centenar de proyectos de investigación sobre la vacuna en el mundo y de todas esas posibilidades destacó a seis proyectos como los más prometedores por su nivel avanzado en las fases de pruebas. Sin embargo, los rusos asestaron un golpe mediático la semana pasada al anunciar el registro, según ellos, de la primera vacuna en el mundo contra el Covid-19, llamada Sputnik V, en alusión a haber ganado la carrera espacial y a la V de victoria.

La noticia cimbró al mundo, rápidamente iniciaron los naturales cuestionamientos sobre la efectividad de la vacuna y las críticas porque supuestamente no se han completado las fases de prueba. Las farmacéuticas líderes en proyectos de la vacuna seguramente tendrán que acelerar sus procesos y redoblar esfuerzos para no verse superadas y comprometer las inversiones de miles de millones de dólares que han gastado en los estudios clínicos.

Parece que estamos viendo la recta final de la carrera por la vacuna, lo cual es alentador porque tendríamos varios proyectos con grandes posibilidades de ser efectivos, lo cual beneficiaría a la población mundial.

La mesa parece estar puesta para que la vacuna haga su aparición y podamos transitar en espacios públicos más libremente y se nos quite parcialmente el miedo que nos tiene azorados. Pero no debemos olvidarnos que esta pandemia nos recuerda lo frágiles que somos y siempre estaremos expuestos a la aparición de pandemias, así que probablemente algún día vamos a superar el Covid-19, pero la herida que nos dejó seguirá sangrando en nuestros recuerdos.

glinarez@hotmail.com


CONTRASENTIDO

La pandemia ha cambiado en muchos sentidos las formas en que nos desenvolvemos en la sociedad. En gran medida, gracias a la penetrante explosión del uso de las redes sociales tenemos acceso a una gran cantidad de información sobre el virus que nos azota.

Ahora vivimos con grandes miedos porque sabemos y conocemos el alcance del Covid-19 gracias a las redes sociales, pero tenemos la esperanza de que salga alguna vacuna lo suficientemente eficiente como para volver a la “normalidad” a la que estábamos acostumbrados.

La sociedad se resiste en muchos sentidos a los nuevos estilos de vida impuestos por la pandemia. A pesar que se han explorado nuevas formas de aprendizaje, así como nuevos modelos de negocios y de trabajo para tratar de sobrellevar los efectos de la pandemia, nada de lo anterior termina por convencer a la sociedad. Y si agregamos que la cuarentena ha sido larga, cruenta y desigual, la situación comienza a volverse caótica en muchos sentidos. El manejo del confinamiento fue y es muy complicado, lo cual ha provocado que el virus no se pueda limitar o controlar, por lo que toda la sociedad inconscientemente ha comprendido que la única posibilidad real y concreta de superarlo es la vacuna.

Hace un par de semanas la Organización Mundial de la Salud indicó que tenía registrado más de un centenar de proyectos de investigación sobre la vacuna en el mundo y de todas esas posibilidades destacó a seis proyectos como los más prometedores por su nivel avanzado en las fases de pruebas. Sin embargo, los rusos asestaron un golpe mediático la semana pasada al anunciar el registro, según ellos, de la primera vacuna en el mundo contra el Covid-19, llamada Sputnik V, en alusión a haber ganado la carrera espacial y a la V de victoria.

La noticia cimbró al mundo, rápidamente iniciaron los naturales cuestionamientos sobre la efectividad de la vacuna y las críticas porque supuestamente no se han completado las fases de prueba. Las farmacéuticas líderes en proyectos de la vacuna seguramente tendrán que acelerar sus procesos y redoblar esfuerzos para no verse superadas y comprometer las inversiones de miles de millones de dólares que han gastado en los estudios clínicos.

Parece que estamos viendo la recta final de la carrera por la vacuna, lo cual es alentador porque tendríamos varios proyectos con grandes posibilidades de ser efectivos, lo cual beneficiaría a la población mundial.

La mesa parece estar puesta para que la vacuna haga su aparición y podamos transitar en espacios públicos más libremente y se nos quite parcialmente el miedo que nos tiene azorados. Pero no debemos olvidarnos que esta pandemia nos recuerda lo frágiles que somos y siempre estaremos expuestos a la aparición de pandemias, así que probablemente algún día vamos a superar el Covid-19, pero la herida que nos dejó seguirá sangrando en nuestros recuerdos.

glinarez@hotmail.com