/ miércoles 22 de junio de 2022

Alternativas exitosas

EL MURO

Solo hay espacio para un presidente o gobernador cada 6 años; para un alcalde cada 3, pudiéndose reelegir por otro periodo igual; los diputados pueden prolongar aún más su estadía, además la lucha por obtener esos lugares es encarnizada y desgastante.

Por otro lado, cada macro empresa solo puede tener un gerente general, así como algunos jefes de alto rango sin límite de tiempo para entregar el encargo. Lo mismo parece ocurrir en el crimen organizado.

Imagen ilustrativa: Freepik

Hay pocos espacios disponibles si lo que se busca es alcanzar el éxito convencional, el de la fama, el poder, el reconocimiento social. Lo más sensato sería fortalecer alternativas realistas más cercanas a la mayoría, popularizar la realización plena resultado de una vida tranquila, ajena a la esclavitud mental de la aspiracionitis, aquella donde lo importante es llegar, no los resultados, ni mucho menos mejorar la vida del prójimo.

Para comenzar con el cambio, la nueva escuela mexicana debe evitar lo que la actual escuela hace, o sea, atiborrar de información a los estudiantes, enseñar como si todos los alumnos pensaran de la misma forma, trabajar a punta de ocurrencias disfrazadas de planes complejos, compartir contenidos totalmente ajenos a la realidad social de nuestro entorno.

Para que nuestra sociedad cuente con una dosis respetable de científicos, de personas innovadoras en el ámbito tecnológico, primero debemos fortalecer la base y al mismo tiempo, reconocer que los casos aislados de éxito académico. Las personas trabajando en empresas transnacionales de alto prestigio son garbanzos de a libra, no el resultado de una política educativa, sino producto de sus genes, de la formación familiar, porque de haber sido resultado de la escuela, tuviéramos muchos casos similares de forma constante. Una golondrina en Tesla no hace verano científico cachanilla.

Un compromiso educativo institucional debe partir del hecho de que las personas somos curiosas e inventivas por diseño evolutivo, con la idea de fortalecer estas condiciones, pero no todos cuentan con las habilidades para desarrollar su talento a causa de presiones socioculturales. Hay niñas buenas para pensar, proyectar escenarios futuros, niños hábiles en las ventas, niñas artistas, niños poetas, niñas científicas, niños cocineros. Debemos ubicar sus capacidades para hacerlas fuertes, pero al mismo tiempo hacerles ver que su aptitud es tan valiosa porque aporta al desarrollo, aunque no se lleve los reflectores mediáticos.

Con una base social fuerte, cada individuo sabrá qué hacer en el futuro, cuál carrera estudiar e incluso ponderar si es necesario recurrir a la educación superior. Quienes decidan no acudir estarán plenos, desarrollando su proyecto personal, mismo que puede ser modesto y, por qué no, también suntuoso, pero útil.

vicmarcen09@gmail.com


EL MURO

Solo hay espacio para un presidente o gobernador cada 6 años; para un alcalde cada 3, pudiéndose reelegir por otro periodo igual; los diputados pueden prolongar aún más su estadía, además la lucha por obtener esos lugares es encarnizada y desgastante.

Por otro lado, cada macro empresa solo puede tener un gerente general, así como algunos jefes de alto rango sin límite de tiempo para entregar el encargo. Lo mismo parece ocurrir en el crimen organizado.

Imagen ilustrativa: Freepik

Hay pocos espacios disponibles si lo que se busca es alcanzar el éxito convencional, el de la fama, el poder, el reconocimiento social. Lo más sensato sería fortalecer alternativas realistas más cercanas a la mayoría, popularizar la realización plena resultado de una vida tranquila, ajena a la esclavitud mental de la aspiracionitis, aquella donde lo importante es llegar, no los resultados, ni mucho menos mejorar la vida del prójimo.

Para comenzar con el cambio, la nueva escuela mexicana debe evitar lo que la actual escuela hace, o sea, atiborrar de información a los estudiantes, enseñar como si todos los alumnos pensaran de la misma forma, trabajar a punta de ocurrencias disfrazadas de planes complejos, compartir contenidos totalmente ajenos a la realidad social de nuestro entorno.

Para que nuestra sociedad cuente con una dosis respetable de científicos, de personas innovadoras en el ámbito tecnológico, primero debemos fortalecer la base y al mismo tiempo, reconocer que los casos aislados de éxito académico. Las personas trabajando en empresas transnacionales de alto prestigio son garbanzos de a libra, no el resultado de una política educativa, sino producto de sus genes, de la formación familiar, porque de haber sido resultado de la escuela, tuviéramos muchos casos similares de forma constante. Una golondrina en Tesla no hace verano científico cachanilla.

Un compromiso educativo institucional debe partir del hecho de que las personas somos curiosas e inventivas por diseño evolutivo, con la idea de fortalecer estas condiciones, pero no todos cuentan con las habilidades para desarrollar su talento a causa de presiones socioculturales. Hay niñas buenas para pensar, proyectar escenarios futuros, niños hábiles en las ventas, niñas artistas, niños poetas, niñas científicas, niños cocineros. Debemos ubicar sus capacidades para hacerlas fuertes, pero al mismo tiempo hacerles ver que su aptitud es tan valiosa porque aporta al desarrollo, aunque no se lleve los reflectores mediáticos.

Con una base social fuerte, cada individuo sabrá qué hacer en el futuro, cuál carrera estudiar e incluso ponderar si es necesario recurrir a la educación superior. Quienes decidan no acudir estarán plenos, desarrollando su proyecto personal, mismo que puede ser modesto y, por qué no, también suntuoso, pero útil.

vicmarcen09@gmail.com