/ viernes 14 de enero de 2022

Alza de precios, otra amenaza

PRISMA

Como si el horno estuviera para bollos, surge otra amenaza en contra de la economía de millones de hogares de todo el mundo, incluidos los mexicanos.

Nos referimos amigo lector al alza de precios de mercancías, alimentos, servicios y productos, que ya está causando daños severos en la economía de muchos países. A la gravedad de dicho fenómeno económico, habría que sumar los impactos negativos -fatales y financieros- que viene provocando la pandemia sanitaria, los efectos de la Ómicron, que por lo visto han venido a complicar la situación y a poner en jaque a autoridades sanitarias de varios países, incluidas las nuestras.

Foto Ilustrativa

Volviendo al tema del aumento de precios, recordamos que el INEGI anunció la semana anterior que la tasa inflacionaria del año pasado es del 7.36%, muy por encima del 3.4% de 2020 y de la meta que se fijó para 2021 del 3.0%. Comparando la primera cifra con la de los 19 países que integran el G20, junto con la Unión Europea, vale acotar que la registrada en México fue la quinta más alta después de Argentina, 51%; Turquía, 36%; Brasil 10.74% y Rusia 8.39%.

Dicen los expertos en cuestiones económicas que el alza de precios en nuestro país surge por el elevado índice inflacionario que tiene su origen en el alto costo -fundamentalmente- de la energía eléctrica de los carburantes y de los impactos que causa en la producción, transporte y servicios. Habría que considerar también las políticas gubernamentales erráticas en materia fiscal y economía establecidas con fines netamente recaudatorios, no para fomentar el crecimiento económico nacional como debía ser.

Vale recordar una de esas decisiones: En 2018, el presidente AMLO en evento político se comprometió a que el precio de los energéticos no subiría más del índice inflacionario. La realidad es que la gasolina Magna subió 13% y la Premium 20.8%, muy lejos de la cifra 7.36 anunciada por el INEGI.

La triste realidad es que los aumentos de precios, sobre todo en alimentos y medicinas y servicios médicos, se han convertido en una verdadera pesadilla, de manera particular para los pobres que tanto se comenta “son gran prioridad de nuestras autoridades”.

Así las cosas, como dice el dicho popular: Los pobres están llamados a ser más pobres y los ricos, más ricos.

salgares4@gmail.com

PRISMA

Como si el horno estuviera para bollos, surge otra amenaza en contra de la economía de millones de hogares de todo el mundo, incluidos los mexicanos.

Nos referimos amigo lector al alza de precios de mercancías, alimentos, servicios y productos, que ya está causando daños severos en la economía de muchos países. A la gravedad de dicho fenómeno económico, habría que sumar los impactos negativos -fatales y financieros- que viene provocando la pandemia sanitaria, los efectos de la Ómicron, que por lo visto han venido a complicar la situación y a poner en jaque a autoridades sanitarias de varios países, incluidas las nuestras.

Foto Ilustrativa

Volviendo al tema del aumento de precios, recordamos que el INEGI anunció la semana anterior que la tasa inflacionaria del año pasado es del 7.36%, muy por encima del 3.4% de 2020 y de la meta que se fijó para 2021 del 3.0%. Comparando la primera cifra con la de los 19 países que integran el G20, junto con la Unión Europea, vale acotar que la registrada en México fue la quinta más alta después de Argentina, 51%; Turquía, 36%; Brasil 10.74% y Rusia 8.39%.

Dicen los expertos en cuestiones económicas que el alza de precios en nuestro país surge por el elevado índice inflacionario que tiene su origen en el alto costo -fundamentalmente- de la energía eléctrica de los carburantes y de los impactos que causa en la producción, transporte y servicios. Habría que considerar también las políticas gubernamentales erráticas en materia fiscal y economía establecidas con fines netamente recaudatorios, no para fomentar el crecimiento económico nacional como debía ser.

Vale recordar una de esas decisiones: En 2018, el presidente AMLO en evento político se comprometió a que el precio de los energéticos no subiría más del índice inflacionario. La realidad es que la gasolina Magna subió 13% y la Premium 20.8%, muy lejos de la cifra 7.36 anunciada por el INEGI.

La triste realidad es que los aumentos de precios, sobre todo en alimentos y medicinas y servicios médicos, se han convertido en una verdadera pesadilla, de manera particular para los pobres que tanto se comenta “son gran prioridad de nuestras autoridades”.

Así las cosas, como dice el dicho popular: Los pobres están llamados a ser más pobres y los ricos, más ricos.

salgares4@gmail.com