/ miércoles 12 de mayo de 2021

¿Apostamos?

EL MURO

En el papel lucía como una campaña que despertaría el ánimo ciudadano, pero en la práctica eso no está ocurriendo, así que para ayudar a hacer interesante este proceso he decidido aplicar un sistema de apuestas para proyectar quién tiene más probabilidades de ser el próximo gobernador o gobernadora de Baja California.

Pero antes de continuar, por aquello de que exista alguien que pudiera escandalizarse, quizá le sirva conocer que las apuestas en política, incluyendo la sucesión papal, son tan antiguas como el siglo XVI en Italia (“The long history of political betting market: An International Perspective”) y aunque eso no le otorga validez al ejercicio, al menos queda claro que no se trata de un disparate.

Al igual que aquí, en Estados Unidos las apuestas políticas no son legales -pero ocurren- como sí lo son en el Reino Unido. Sin embargo, eso no impide que se hable mucho al respecto incluso en la prensa con reconocimiento como el NY Times. Una de las razones para no permitir apuestas en campañas electorales está relacionada con la posible contaminación del proceso.

Ahora sí, entrados en el tema es bueno saber que la toma de decisiones bajo incertidumbre como lo es una apuesta, está dominada por lo que técnicamente se conoce como aversión a la pérdida o lo que es lo mismo, el temor a perder dinero nos convierte en poco arrojados.

En esta contienda por la gubernatura, la candidata del partido en el poder arrancó como la favorita y el referente más objetivo con el que contamos para tal afirmación son las encuestas. Además de su innegable carisma y atractivo físico, la candidata ha hecho una campaña prácticamente perfecta, como de manual operativo de comunicación política.

En su contra hay que considerar que tiene muchos peros que llegan a sobrepasar sus virtudes, empezando por el rendimiento poco responsable y serio del gobernador actual del mismo partido, que se refleja en un Estado perceptiblemente violento e inseguro, siguiendo por la incapacidad de la candidata a operar fuera del libreto (no es buena para improvisar), sumado a su cuestionable desempeño en su anterior puesto.

Su principal rival, un muy conocido político polémico que no es precisamente pobre, arrancó con una campaña sin pies ni cabeza, pero con una dosis de suerte, la suma de políticos resentidos provenientes de otros partidos y una estrategia de trabajo territorial hormiga, comienza a generar la percepción de que podría dar una sorpresa.

Para mi apuesta tengo presupuestados 100 pesos. Al comienzo de la campaña, por aversión a la pérdida había invertido 90 en la candidata oficial, hoy le he retirado 30 para pasarlos al que parece su rival más fuerte…

vicmarcen09@gmail.com


EL MURO

En el papel lucía como una campaña que despertaría el ánimo ciudadano, pero en la práctica eso no está ocurriendo, así que para ayudar a hacer interesante este proceso he decidido aplicar un sistema de apuestas para proyectar quién tiene más probabilidades de ser el próximo gobernador o gobernadora de Baja California.

Pero antes de continuar, por aquello de que exista alguien que pudiera escandalizarse, quizá le sirva conocer que las apuestas en política, incluyendo la sucesión papal, son tan antiguas como el siglo XVI en Italia (“The long history of political betting market: An International Perspective”) y aunque eso no le otorga validez al ejercicio, al menos queda claro que no se trata de un disparate.

Al igual que aquí, en Estados Unidos las apuestas políticas no son legales -pero ocurren- como sí lo son en el Reino Unido. Sin embargo, eso no impide que se hable mucho al respecto incluso en la prensa con reconocimiento como el NY Times. Una de las razones para no permitir apuestas en campañas electorales está relacionada con la posible contaminación del proceso.

Ahora sí, entrados en el tema es bueno saber que la toma de decisiones bajo incertidumbre como lo es una apuesta, está dominada por lo que técnicamente se conoce como aversión a la pérdida o lo que es lo mismo, el temor a perder dinero nos convierte en poco arrojados.

En esta contienda por la gubernatura, la candidata del partido en el poder arrancó como la favorita y el referente más objetivo con el que contamos para tal afirmación son las encuestas. Además de su innegable carisma y atractivo físico, la candidata ha hecho una campaña prácticamente perfecta, como de manual operativo de comunicación política.

En su contra hay que considerar que tiene muchos peros que llegan a sobrepasar sus virtudes, empezando por el rendimiento poco responsable y serio del gobernador actual del mismo partido, que se refleja en un Estado perceptiblemente violento e inseguro, siguiendo por la incapacidad de la candidata a operar fuera del libreto (no es buena para improvisar), sumado a su cuestionable desempeño en su anterior puesto.

Su principal rival, un muy conocido político polémico que no es precisamente pobre, arrancó con una campaña sin pies ni cabeza, pero con una dosis de suerte, la suma de políticos resentidos provenientes de otros partidos y una estrategia de trabajo territorial hormiga, comienza a generar la percepción de que podría dar una sorpresa.

Para mi apuesta tengo presupuestados 100 pesos. Al comienzo de la campaña, por aversión a la pérdida había invertido 90 en la candidata oficial, hoy le he retirado 30 para pasarlos al que parece su rival más fuerte…

vicmarcen09@gmail.com