/ miércoles 10 de junio de 2020

Biopolítica: Seducción en tiempos de pandemia

CONTRASENTIDO

La política siempre ha sido la búsqueda del poder. La historia de la humanidad ha estado ligada al ejercicio de la política tratando siempre (en el deber ser) de lograr el bien común, pero (casi siempre) con resultados contrarios y favorecedores de grupúsculos que buscan perpetuarse en el poder manteniendo los privilegios y el estado actual de las cosas, en el entendido que como conocen las formas y limitantes del acceso al poder pueden tener el control total de todo.

En tanto, la biopolítica es el estudio del poder y su influencia en la vida, en lo cotidiano y en los espacios públicos. Ahora vivimos situaciones difíciles a nivel nacional y mundial por el azote de la pandemia.

En el caso de México se habla erróneamente de una “nueva normalidad” porque no se puede normalizar la muerte y el desigual confinamiento que vivimos por transgredir los aspectos bioéticos de la vida y libertad. Sin embargo, la única herramienta medianamente efectiva contra la expansión del virus es quedarse en casa, situación que puede ser aprovechada potencialmente por la biopolítica para someter a la población a los deseos oscuros y perversos de una dominación total a cambio de preservar la vida. Pero en el caso de México el código bioético del presidente no ha sido quebrantando por la seducción del poder y esperemos se mantenga firme.

La biopolítica está siendo seducida y atrapada negativamente en los tiempos de la pandemia. Tal es el caso de China que usó efectivamente ese modelo tecnológico para el control de la población y para limitar los derechos de los ciudadanos en tema de servicios públicos si desobedecían el confinamiento. Y lo más grave que ese modelo está seduciendo a varios políticos que ven en el sometimiento el control de la población y su forma de seguir en el poder como una garantía a su estilo de vida.

Como ciudadanos debemos entender y comprender la gravedad de la situación que nos ha tocado vivir. Si bien es cierto tenemos otras enfermedades distintas a las causadas por el Covid-19 que son mucho más letales como la obesidad, diabetes e hipertensión, pero en cierta forma son la consecuencia de nuestros hábitos y decisiones personales. Por lo anterior, la peligrosidad de la pandemia actual es que no solo seduce el político, sino que el ciudadano es doblegado por el miedo y seducido por el egoísmo para pedir la aplicación de medidas de control total sobre la población y el uso de la fuerza pública para someter a la población a un desigual confinamiento.

La única realidad es que vivimos tiempos difíciles y lo único que realmente nos debería seducir es la posibilidad de crear una conciencia colectiva para salir de la pandemia con la menor letalidad posible.

glinarez@hotmail.com


CONTRASENTIDO

La política siempre ha sido la búsqueda del poder. La historia de la humanidad ha estado ligada al ejercicio de la política tratando siempre (en el deber ser) de lograr el bien común, pero (casi siempre) con resultados contrarios y favorecedores de grupúsculos que buscan perpetuarse en el poder manteniendo los privilegios y el estado actual de las cosas, en el entendido que como conocen las formas y limitantes del acceso al poder pueden tener el control total de todo.

En tanto, la biopolítica es el estudio del poder y su influencia en la vida, en lo cotidiano y en los espacios públicos. Ahora vivimos situaciones difíciles a nivel nacional y mundial por el azote de la pandemia.

En el caso de México se habla erróneamente de una “nueva normalidad” porque no se puede normalizar la muerte y el desigual confinamiento que vivimos por transgredir los aspectos bioéticos de la vida y libertad. Sin embargo, la única herramienta medianamente efectiva contra la expansión del virus es quedarse en casa, situación que puede ser aprovechada potencialmente por la biopolítica para someter a la población a los deseos oscuros y perversos de una dominación total a cambio de preservar la vida. Pero en el caso de México el código bioético del presidente no ha sido quebrantando por la seducción del poder y esperemos se mantenga firme.

La biopolítica está siendo seducida y atrapada negativamente en los tiempos de la pandemia. Tal es el caso de China que usó efectivamente ese modelo tecnológico para el control de la población y para limitar los derechos de los ciudadanos en tema de servicios públicos si desobedecían el confinamiento. Y lo más grave que ese modelo está seduciendo a varios políticos que ven en el sometimiento el control de la población y su forma de seguir en el poder como una garantía a su estilo de vida.

Como ciudadanos debemos entender y comprender la gravedad de la situación que nos ha tocado vivir. Si bien es cierto tenemos otras enfermedades distintas a las causadas por el Covid-19 que son mucho más letales como la obesidad, diabetes e hipertensión, pero en cierta forma son la consecuencia de nuestros hábitos y decisiones personales. Por lo anterior, la peligrosidad de la pandemia actual es que no solo seduce el político, sino que el ciudadano es doblegado por el miedo y seducido por el egoísmo para pedir la aplicación de medidas de control total sobre la población y el uso de la fuerza pública para someter a la población a un desigual confinamiento.

La única realidad es que vivimos tiempos difíciles y lo único que realmente nos debería seducir es la posibilidad de crear una conciencia colectiva para salir de la pandemia con la menor letalidad posible.

glinarez@hotmail.com