Voz Campesina
La que se observa en anuncios posteriores a la reunión entre gobernadores de la franja fronteriza Norte del país y el presidente electo Andrés Manuel López Obrador, con asistencia de próximos funcionarios de su gabinete orientados a la problemática involucrada.
Al revelar que se trabajará en el Programa de Zona Libre de la Frontera (en el pasado funcionó exitosamente), reducir el Impuesto al Valor Agregado (IVA) del 16 al 8% y el Impuesto Sobre la renta (ISR) al 20%, así como aumentar al doble el salario mínimo, se trataron diversos temas propios de la frontera, tales como el de automóviles irregulares (‘chocolates’), el precio de la gasolina en ciudades fronterizas -punto dentro del cual según lo declaró- el gobernador Francisco Arturo Vega de Lamadrid hizo énfasis en que “la homologación de precios entre Baja California y California no sería suficiente, debemos encontrar una fórmula para ser aún más competitivos en el precio de la gasolina”. (El costo del combustible en Arizona E.U.A. y San Luis Río Colorado, Sonora, siempre es más bajo).
Resulta alentador el informe del Ejecutivo bajacaliforniano en el sentido de que “los proyectos para Baja California se implementarán a partir del primero de enero del 2019”.
Esperemos que ni la ‘tramitología’ o cualquier distinto obstáculo atrasen el interesante avance que se asoma, pues a los sectores sociales de economía limitada les urge ver reflejado en el bolsillo hogareño cualquier estímulo oficial.
Acerca del ‘gasolinazo’-no se detiene- habrá que analizar a futuro (máxime considerando el ‘estilo’ Trump) que le convenga más al pueblo, si el incremento centavo tras centavo y/o alguno en Estados Unidos, que al homologarse acá de plano obligue a ‘parquear’ los carros, ‘onde’ que el del copete naranja sabe conseguir lo que busca a través de berrinchudas cuan dañinas decisiones y a la fecha ni el Tratado Bilateral de Libre Comercio con México se ha firmado, ‘cuantimenos’ aquel que incluya a Canadá.
