/ jueves 15 de marzo de 2018

Buscando al Mesías

ENTORNO

No es posible que a pesar de la Historia y conducción de México, sigamos en la miseria y en donde la mayoría de la población no tenga oportunidad de desarrollo.


A propósito de las elecciones federales y de la profunda religiosidad del mexicano, el fanatismo es una consecuencia de la exageración de la espiritualidad.

Esa entrega sin límites e irracional la vemos con militantes o simpatizantes de partidos políticos que sin ningún análisis se atreven a defender a capa y espada a candidatos que no tienen escrúpulos, ni moral o en su caso a partidos que no han funcionado o que sus funcionarios públicos se enriquecen a costa del pueblo.

Desafortunadamente en todos los partidos convive esa gentuza, en unos más que otros y que tanto dañan y han dañado a nuestro país. ¿Por qué seguimos votando por ellos? Existe un aparato partidista en el día D que y ante la apatía de los ciudadanos para votar, ganan las elecciones sin una representatividad. A eso le apuestan los partidos y saben de su capacidad monetaria para comprar conciencias de aquellos que les vale y que están dispuestos a venderse ese día. De todas formas están conscientes que después de las elecciones nada recibirán.

Ese escenario me preocupa porque todos estamos hartos y cansados de mendigar bienestar. No es posible que a pesar de la Historia y conducción de México, sigamos en la miseria y en donde la mayoría de la población no tenga oportunidad de desarrollo.

¿Acaso la promesa divina de tener una mejor vida después de la muerte es una única premisa o dogma? No lo creo, estamos sometidos por parálisis mental colectiva, en donde estamos acostumbrados a recibir basura. Y desgraciadamente el panorama actual no permite visualizar en ninguno de los candidatos fuertes un camino que garantice la prosperidad para todos. Considero que Meade sería un buen Presidente por su preparación y experiencia, pero es increíble que lo haga en un partido en donde en los últimos años han exagerado en la corrupción y que tiene tantos pendientes como sus ex gobernadores o actuales funcionarios que no pueden demostrar su riqueza.

Eso ha pasado en los últimos años. Cómo creerle si está rodeado de muchos mentirosos y corruptos y además él participó directamente en esos gobiernos. También se peca de omisión. Y qué hablar del candidato de Acción Nacional, que como un joven maravilla que ha erosionado a su partido y ha tenido un enriquecimiento inexplicable, se atreve con chicos pantalones y canciones pegajosas a prometer que terminara con la corrupción, si ante la percepción ciudadana es un presunto deshonesto y sus ex gobernantes como gobernantes están seriamente cuestionados.

Todavía mucho qué aclarar. Y del eterno Mesías del Salvador (AMLO), que con su sola palabra tendrá la posibilidad de transformar y curar las profundas heridas del pueblo mexicano, también ha tenido a su lado a corruptos, así como los tiene actualmente.

Falta menos para saber de este desenlace, mucho qué pensar y reflexionar, aunque la caballada este demasiados flaca.

Ante la posibilidad de perder otra década, otro rumbo, de pedir constantemente que llegue ese Mesías que resuelva nuestra situación, porque al final el camino esperamos que alguien resuelva nuestro problema. Sencillamente las fórmulas mágicas no existen.

carrillomaza@hotmail.com

ENTORNO

No es posible que a pesar de la Historia y conducción de México, sigamos en la miseria y en donde la mayoría de la población no tenga oportunidad de desarrollo.


A propósito de las elecciones federales y de la profunda religiosidad del mexicano, el fanatismo es una consecuencia de la exageración de la espiritualidad.

Esa entrega sin límites e irracional la vemos con militantes o simpatizantes de partidos políticos que sin ningún análisis se atreven a defender a capa y espada a candidatos que no tienen escrúpulos, ni moral o en su caso a partidos que no han funcionado o que sus funcionarios públicos se enriquecen a costa del pueblo.

Desafortunadamente en todos los partidos convive esa gentuza, en unos más que otros y que tanto dañan y han dañado a nuestro país. ¿Por qué seguimos votando por ellos? Existe un aparato partidista en el día D que y ante la apatía de los ciudadanos para votar, ganan las elecciones sin una representatividad. A eso le apuestan los partidos y saben de su capacidad monetaria para comprar conciencias de aquellos que les vale y que están dispuestos a venderse ese día. De todas formas están conscientes que después de las elecciones nada recibirán.

Ese escenario me preocupa porque todos estamos hartos y cansados de mendigar bienestar. No es posible que a pesar de la Historia y conducción de México, sigamos en la miseria y en donde la mayoría de la población no tenga oportunidad de desarrollo.

¿Acaso la promesa divina de tener una mejor vida después de la muerte es una única premisa o dogma? No lo creo, estamos sometidos por parálisis mental colectiva, en donde estamos acostumbrados a recibir basura. Y desgraciadamente el panorama actual no permite visualizar en ninguno de los candidatos fuertes un camino que garantice la prosperidad para todos. Considero que Meade sería un buen Presidente por su preparación y experiencia, pero es increíble que lo haga en un partido en donde en los últimos años han exagerado en la corrupción y que tiene tantos pendientes como sus ex gobernadores o actuales funcionarios que no pueden demostrar su riqueza.

Eso ha pasado en los últimos años. Cómo creerle si está rodeado de muchos mentirosos y corruptos y además él participó directamente en esos gobiernos. También se peca de omisión. Y qué hablar del candidato de Acción Nacional, que como un joven maravilla que ha erosionado a su partido y ha tenido un enriquecimiento inexplicable, se atreve con chicos pantalones y canciones pegajosas a prometer que terminara con la corrupción, si ante la percepción ciudadana es un presunto deshonesto y sus ex gobernantes como gobernantes están seriamente cuestionados.

Todavía mucho qué aclarar. Y del eterno Mesías del Salvador (AMLO), que con su sola palabra tendrá la posibilidad de transformar y curar las profundas heridas del pueblo mexicano, también ha tenido a su lado a corruptos, así como los tiene actualmente.

Falta menos para saber de este desenlace, mucho qué pensar y reflexionar, aunque la caballada este demasiados flaca.

Ante la posibilidad de perder otra década, otro rumbo, de pedir constantemente que llegue ese Mesías que resuelva nuestra situación, porque al final el camino esperamos que alguien resuelva nuestro problema. Sencillamente las fórmulas mágicas no existen.

carrillomaza@hotmail.com