/ martes 4 de diciembre de 2018

Capaces de todo…

Pensares


Un millonario promueve una fiesta en una de sus mansiones. En determinado momento pide silencio, la música para y dice mirando hacia la piscina donde criaba cocodrilos:

-El que logre cruzarla y salir vivo al otro lado, ganará todos mis autos. ¿Quién se atreve?

Espantados, los invitados permanecen en silencio y el millonario insiste:

-El que se lance a la piscina y logre cruzarla y salir vivo al otro lado, ganará todos mis autos y mis aviones. ¿Alguien se atreve?

El silencio impera y una vez más ofrece:

-El que se lance a la piscina, logre cruzarla y salir al otro lado, ganará todos mis autos, mis aviones y mis mansiones.

En ese momento alguien salta a la piscina. La escena es impresionante: Una lucha intensa y el hombre se defiende como puede, agarra el hocico de los cocodrilos con pies y manos, tuerce la cola de los reptiles; mucha violencia y emoción. Después de algunos minutos de terror y pánico, sale el valiente hombre lleno de arañazos y casi muerto. El millonario se aproxima, lo felicita y le pregunta:

-¿Dónde quiere que le entreguen los autos?

-Gracias, pero no quiero sus autos.

Sorprendido, el millonario pregunta:

-¿Y los aviones? ¿Dónde quiere que se los entregue?

-Gracias, pero no quiero esos aviones.

Extrañado el millonario pregunta:

-¿Y las mansiones?

-Yo tengo una bella casa, no necesito de las suyas. Puede quedarse con ellas, no quiero nada que sea suyo.

Impresionado, el millonario pregunta:

-Pero si usted no quiere nada de lo ofrecido, ¿qué quiere entonces?

Y el hombre respondió muy irritado:

-Encontrar al desgraciado que me empujó a la piscina.

Somos capaces de realizar muchas cosas que a veces ni nosotros mismos creemos, solo necesitamos un empujoncito y en ciertos casos hasta algún desgraciado es útil en nuestra vida.



Pensares


Un millonario promueve una fiesta en una de sus mansiones. En determinado momento pide silencio, la música para y dice mirando hacia la piscina donde criaba cocodrilos:

-El que logre cruzarla y salir vivo al otro lado, ganará todos mis autos. ¿Quién se atreve?

Espantados, los invitados permanecen en silencio y el millonario insiste:

-El que se lance a la piscina y logre cruzarla y salir vivo al otro lado, ganará todos mis autos y mis aviones. ¿Alguien se atreve?

El silencio impera y una vez más ofrece:

-El que se lance a la piscina, logre cruzarla y salir al otro lado, ganará todos mis autos, mis aviones y mis mansiones.

En ese momento alguien salta a la piscina. La escena es impresionante: Una lucha intensa y el hombre se defiende como puede, agarra el hocico de los cocodrilos con pies y manos, tuerce la cola de los reptiles; mucha violencia y emoción. Después de algunos minutos de terror y pánico, sale el valiente hombre lleno de arañazos y casi muerto. El millonario se aproxima, lo felicita y le pregunta:

-¿Dónde quiere que le entreguen los autos?

-Gracias, pero no quiero sus autos.

Sorprendido, el millonario pregunta:

-¿Y los aviones? ¿Dónde quiere que se los entregue?

-Gracias, pero no quiero esos aviones.

Extrañado el millonario pregunta:

-¿Y las mansiones?

-Yo tengo una bella casa, no necesito de las suyas. Puede quedarse con ellas, no quiero nada que sea suyo.

Impresionado, el millonario pregunta:

-Pero si usted no quiere nada de lo ofrecido, ¿qué quiere entonces?

Y el hombre respondió muy irritado:

-Encontrar al desgraciado que me empujó a la piscina.

Somos capaces de realizar muchas cosas que a veces ni nosotros mismos creemos, solo necesitamos un empujoncito y en ciertos casos hasta algún desgraciado es útil en nuestra vida.



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