Pensares
Un millonario promueve una fiesta en una de sus mansiones. En determinado momento pide silencio, la música para y dice mirando hacia la piscina donde criaba cocodrilos:
-El que logre cruzarla y salir vivo al otro lado, ganará todos mis autos. ¿Quién se atreve?
Espantados, los invitados permanecen en silencio y el millonario insiste:
-El que se lance a la piscina y logre cruzarla y salir vivo al otro lado, ganará todos mis autos y mis aviones. ¿Alguien se atreve?
El silencio impera y una vez más ofrece:
-El que se lance a la piscina, logre cruzarla y salir al otro lado, ganará todos mis autos, mis aviones y mis mansiones.
En ese momento alguien salta a la piscina. La escena es impresionante: Una lucha intensa y el hombre se defiende como puede, agarra el hocico de los cocodrilos con pies y manos, tuerce la cola de los reptiles; mucha violencia y emoción. Después de algunos minutos de terror y pánico, sale el valiente hombre lleno de arañazos y casi muerto. El millonario se aproxima, lo felicita y le pregunta:
-¿Dónde quiere que le entreguen los autos?
-Gracias, pero no quiero sus autos.
Sorprendido, el millonario pregunta:
-¿Y los aviones? ¿Dónde quiere que se los entregue?
-Gracias, pero no quiero esos aviones.
Extrañado el millonario pregunta:
-¿Y las mansiones?
-Yo tengo una bella casa, no necesito de las suyas. Puede quedarse con ellas, no quiero nada que sea suyo.
Impresionado, el millonario pregunta:
-Pero si usted no quiere nada de lo ofrecido, ¿qué quiere entonces?
Y el hombre respondió muy irritado:
-Encontrar al desgraciado que me empujó a la piscina.
Somos capaces de realizar muchas cosas que a veces ni nosotros mismos creemos, solo necesitamos un empujoncito y en ciertos casos hasta algún desgraciado es útil en nuestra vida.