/ domingo 22 de abril de 2018

Cerebros calcificados

EL MURO

El cerebro del fanatizado seguidor de un candidato está “calcificado”, es decir, blindado contra la razón, por lo tanto jamás aceptará cualquier cosa que contradiga su fe, por más contundente que sea la prueba, lo dice la ciencia.

Al contrario, entre más presión reciba, más reforzará su apoyo, así que este artículo no es para el idólatra, sino para usted que tiene la sensación de que entre tanta sinrazón, alguien está equivocado o alguien está en lo correcto.

Pero antes le cuento lo del cerebro. El estudio “An fMRI study of motivated reasoning: Partisan political reasoning in the U.S. Presidential Election”, utilizó resonancia magnética funcional para medir las reacciones cerebrales de seguidores fieles ante mensajes favorables y desfavorables sobre sus candidatos.

En resumidas cuentas, se descubrió que en ningún momento se activó la zona cerebral relacionada al uso de la razón, al contrario, cuando los fieles seguidores escuchaban frases que contradecían a su candidato, se bloqueaba la zona del enojo (“el amor todo lo cree, todo lo soporta…”), mientras se activaban los circuitos relacionados con la recompensa.

El estudio demostró lo que durante siglos se ha observado: Los humanos ajustamos lo que nos rodea para que se parezca a lo que queremos encontrar. En el caso de los razonamientos políticos, giramos el caleidoscopio cognitivo hasta que nos brinde nuestra conclusión favorita: Mi candidato es perfecto.

A un servidor le inquieta que se use la expresión “razona tu voto” no solo por lo que ya vimos anteriormente, sino porque no se brindan elementos que ayuden a procesar todo el cúmulo de datos duros, mezclados con mañosas técnicas de manipulación utilizadas en campaña.

En un proceso electoral, los candidatos ya sea deliberadamente, pero en muchos casos por ignorancia y sus seguidores, incurren en una serie de fallas en la expresión de sus planteamientos que da pie a discusiones bizantinas, que parecen interminables, las cuales se resumen en las siguientes falacias y sesgos:

Cada vez que usted critica la posición de un candidato porque le parece risible, absurda (digamos “acabar con la corrupción”), recibe el ataque de los fanatizados prosélitos que lo acusan de apoyar al candidato de la mafia del poder. Eso se llama falacia del “falso dilema” o la de “estás conmigo o contra mí” es la más común que encontramos.

El “sesgo de confirmación” se da cuando escuchamos solo la información que está de acuerdo con nuestro ideal: Aunque el candidato no pinta e incluso va en caída libre, el seguidor confía en todos los reportes que anuncian su repentino despunte, haciendo a un lado las noticias que hablan de la descoordinación en el equipo de trabajo.

En general, los fanatizados caen en el “sesgo de atribución”, porque tienden a creer que su decisión es inteligente, bien informada, mientras los demás son unos ignorantes prejuiciosos.

De sesgos y falacias está pletórica nuestra vida, por lo que hay que tener cuidado. El problema de los “cerebros calcificados” es que le allanan el camino a un gobernante totalitario. Primera llamada.

vicmarcen09@gmail.com


EL MURO

El cerebro del fanatizado seguidor de un candidato está “calcificado”, es decir, blindado contra la razón, por lo tanto jamás aceptará cualquier cosa que contradiga su fe, por más contundente que sea la prueba, lo dice la ciencia.

Al contrario, entre más presión reciba, más reforzará su apoyo, así que este artículo no es para el idólatra, sino para usted que tiene la sensación de que entre tanta sinrazón, alguien está equivocado o alguien está en lo correcto.

Pero antes le cuento lo del cerebro. El estudio “An fMRI study of motivated reasoning: Partisan political reasoning in the U.S. Presidential Election”, utilizó resonancia magnética funcional para medir las reacciones cerebrales de seguidores fieles ante mensajes favorables y desfavorables sobre sus candidatos.

En resumidas cuentas, se descubrió que en ningún momento se activó la zona cerebral relacionada al uso de la razón, al contrario, cuando los fieles seguidores escuchaban frases que contradecían a su candidato, se bloqueaba la zona del enojo (“el amor todo lo cree, todo lo soporta…”), mientras se activaban los circuitos relacionados con la recompensa.

El estudio demostró lo que durante siglos se ha observado: Los humanos ajustamos lo que nos rodea para que se parezca a lo que queremos encontrar. En el caso de los razonamientos políticos, giramos el caleidoscopio cognitivo hasta que nos brinde nuestra conclusión favorita: Mi candidato es perfecto.

A un servidor le inquieta que se use la expresión “razona tu voto” no solo por lo que ya vimos anteriormente, sino porque no se brindan elementos que ayuden a procesar todo el cúmulo de datos duros, mezclados con mañosas técnicas de manipulación utilizadas en campaña.

En un proceso electoral, los candidatos ya sea deliberadamente, pero en muchos casos por ignorancia y sus seguidores, incurren en una serie de fallas en la expresión de sus planteamientos que da pie a discusiones bizantinas, que parecen interminables, las cuales se resumen en las siguientes falacias y sesgos:

Cada vez que usted critica la posición de un candidato porque le parece risible, absurda (digamos “acabar con la corrupción”), recibe el ataque de los fanatizados prosélitos que lo acusan de apoyar al candidato de la mafia del poder. Eso se llama falacia del “falso dilema” o la de “estás conmigo o contra mí” es la más común que encontramos.

El “sesgo de confirmación” se da cuando escuchamos solo la información que está de acuerdo con nuestro ideal: Aunque el candidato no pinta e incluso va en caída libre, el seguidor confía en todos los reportes que anuncian su repentino despunte, haciendo a un lado las noticias que hablan de la descoordinación en el equipo de trabajo.

En general, los fanatizados caen en el “sesgo de atribución”, porque tienden a creer que su decisión es inteligente, bien informada, mientras los demás son unos ignorantes prejuiciosos.

De sesgos y falacias está pletórica nuestra vida, por lo que hay que tener cuidado. El problema de los “cerebros calcificados” es que le allanan el camino a un gobernante totalitario. Primera llamada.

vicmarcen09@gmail.com