/ jueves 22 de octubre de 2020

¡Con las faldas bien puestas!

CUCHILLITO DE PALO

Al fin algunas senadoras de la oposición le cantaron sus verdades al inefable Hugo López Gatell. Zar de la pandemia del coronavirus. Sus justos reclamos, que dieron voz a lo que piensa un enorme segmento de la sociedad, se frustraron por lo que se convierte en costumbre morenaca: Tronar la comparecencia para proteger al funcionarete en turno.

La sonorense Lily Téllez fue la más cáustica. Le asestó un dardo envenenado: “Pequeño virrey del país de las camas vacías y de los muertos en casa”, ¿por qué? Por haberse convertido en un esclavo servil del tlatoani; un grillo que canta alabanzas al de arriba y que hizo a un lado su juramento médico, para enfundarse el traje de político. Que le ha dado un pésimo manejo a la pandemia al no haber tomado las medidas que indicaba la Organización Mundial de la Salud y que a la fecha siguen sin ponerse en práctica.

De aquí que tenemos, como se lo señaló la senadora, una letalidad de un 10.3%, de las mayores del mundo. 73% de los intubados fallecen. A 36 de cada 100 enfermos de Covid no se les hacen las pruebas, a diferencia de las que se les realizan a los funcionarios de la 4T, a los que cuidan y procuran.

La bancada guinda por supuesto que se escandalizó y acusaron a las opositoras de irrespetuosas y otra serie de cuestionamientos ridículos, frente al reciente pasado, en el que eran ellos los que interpelaban en las Cámaras, a grito pelado, tomaban tribunas y agredían hasta a golpes a sus “adversarios”.

Nada valió la pena de lo dicho por López Gatell. Su lenguaje dejó de ser científico para dar paso a una demagogia populachera e inútil para conocer la realidad del estado en el que se encuentra el país en relación al deplorable virus. A contrapelo se oculta la verdad de lo que sucede. Se disfrazan datos, se dan argumentos de Perogrullo, se falsea la información real. Son muchos los que se niegan a reconocer que nos quieren tomar el pelo. Puede ser que cuando les llegue el golpe en cabeza propia abran los ojos.

Como aberrante resultó la sentencia del Tribunal Federal Electoral, al negarle el registro a “México Libre”, partido que sería de Margarita Zavala y Felipe Calderón…

Se puede o no estar de acuerdo con el registro de nuevos partidos o con quienes los conforman, pero es un derecho constitucional que no puede negarse por obedecer sumisos a las órdenes de AMLO. El inocultable odio del tabasqueño contra el expresidente de México y su afán de venganza lo ha llevado a mentir desde las mañaneras, difamando y calumniando a Calderón.

En fecha reciente habló de un contrato de García Luna por varios millones de dólares, en el que por supuesto inmiscuyó a Felipe. La propia Secretaría de Hacienda emitió un comunicado en el que afirma que la operación tuvo lugar en el sexenio de Peña Nieto y ni Calderón ni García Luna participaron en el fandango.

El camino autoritario es cada vez más claro y empieza a obligar a que surjan grupos extremistas y radicales en el intento por contenerlo.


CUCHILLITO DE PALO

Al fin algunas senadoras de la oposición le cantaron sus verdades al inefable Hugo López Gatell. Zar de la pandemia del coronavirus. Sus justos reclamos, que dieron voz a lo que piensa un enorme segmento de la sociedad, se frustraron por lo que se convierte en costumbre morenaca: Tronar la comparecencia para proteger al funcionarete en turno.

La sonorense Lily Téllez fue la más cáustica. Le asestó un dardo envenenado: “Pequeño virrey del país de las camas vacías y de los muertos en casa”, ¿por qué? Por haberse convertido en un esclavo servil del tlatoani; un grillo que canta alabanzas al de arriba y que hizo a un lado su juramento médico, para enfundarse el traje de político. Que le ha dado un pésimo manejo a la pandemia al no haber tomado las medidas que indicaba la Organización Mundial de la Salud y que a la fecha siguen sin ponerse en práctica.

De aquí que tenemos, como se lo señaló la senadora, una letalidad de un 10.3%, de las mayores del mundo. 73% de los intubados fallecen. A 36 de cada 100 enfermos de Covid no se les hacen las pruebas, a diferencia de las que se les realizan a los funcionarios de la 4T, a los que cuidan y procuran.

La bancada guinda por supuesto que se escandalizó y acusaron a las opositoras de irrespetuosas y otra serie de cuestionamientos ridículos, frente al reciente pasado, en el que eran ellos los que interpelaban en las Cámaras, a grito pelado, tomaban tribunas y agredían hasta a golpes a sus “adversarios”.

Nada valió la pena de lo dicho por López Gatell. Su lenguaje dejó de ser científico para dar paso a una demagogia populachera e inútil para conocer la realidad del estado en el que se encuentra el país en relación al deplorable virus. A contrapelo se oculta la verdad de lo que sucede. Se disfrazan datos, se dan argumentos de Perogrullo, se falsea la información real. Son muchos los que se niegan a reconocer que nos quieren tomar el pelo. Puede ser que cuando les llegue el golpe en cabeza propia abran los ojos.

Como aberrante resultó la sentencia del Tribunal Federal Electoral, al negarle el registro a “México Libre”, partido que sería de Margarita Zavala y Felipe Calderón…

Se puede o no estar de acuerdo con el registro de nuevos partidos o con quienes los conforman, pero es un derecho constitucional que no puede negarse por obedecer sumisos a las órdenes de AMLO. El inocultable odio del tabasqueño contra el expresidente de México y su afán de venganza lo ha llevado a mentir desde las mañaneras, difamando y calumniando a Calderón.

En fecha reciente habló de un contrato de García Luna por varios millones de dólares, en el que por supuesto inmiscuyó a Felipe. La propia Secretaría de Hacienda emitió un comunicado en el que afirma que la operación tuvo lugar en el sexenio de Peña Nieto y ni Calderón ni García Luna participaron en el fandango.

El camino autoritario es cada vez más claro y empieza a obligar a que surjan grupos extremistas y radicales en el intento por contenerlo.


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