/ lunes 25 de mayo de 2020

Corrupción en la CESPT

PRISMA

El enorme rezago que presenta la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana en el cobro de los servicios que presta -denunciado por la administración del gobernador Jaime Bonilla Valdez- prueba -hay que decirlo- “la institución siempre fue manejada por funcionarios irresponsables y corruptos”. ¿A cambio de qué? La respuesta es obvia.

¿Cómo es posible que los adeudos hoy reclamados hayan alcanzado cifras relevantes -mil millones de pesos- sin que nadie se haya dado cuenta? La única respuesta es que usuarios influyentes se coludieron con malos funcionarios de la paraestatal para eludir pago de sus consumos algunos; otros pagando cuotas mínimas y hasta instalando tomas clandestinas para robarse el agua y cometer un fraude.

Conocemos un poco la administración de las Comisiones Estatales de Servicios creadas para administrar los servicios de suministro de agua, drenaje, entre otros, ya que junto con el ingeniero Luis López Moctezuma, designado como gerente y el suscrito responsable de la Tesorería-Recaudación, por instrucciones del gobernador Raúl Sánchez Díaz -de gratos recuerdos-, tuvimos la oportunidad de organizar la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Mexicali.

Recordamos que fue nombrado un Consejo de Administración, presidido por el Ejecutivo estatal, del cual formaban parte funcionarios del área de servicios públicos, los connotados empresarios Alfredo Araiza y Rodrigo Valle. Se reunía mensualmente para revisar sus estados financieros y reportes relacionados con la operación del organismo, los proyectos de obras, mantenimiento, etc., etc., y temas administrativos básicamente sobre el cobro del suministro de agua y servicios. Anualmente presentábamos el balance general apoyado con anexos y comprobantes a la entonces Contaduría Mayor de Hacienda del Congreso para su revisión y aprobación.

En tal contexto, vale cuestionar ante la irresponsabilidad y actitudes corruptas de los funcionarios de la institución: ¿En dónde estaban los auditores que revisaban su funcionamiento, de manera particular las condiciones que guardaba el cobro de los servicios? ¿Qué papel desempeñaron los representantes del sector privado integrantes del Consejo, que según parece nunca se dieron cuenta de los irregulares manejos recaudatorios de los funcionarios?

Por lo visto, las revisiones de sus estados financieros por parte del órgano autorizado del Congreso del Estado se hicieron de tal manera que nunca detectaron las corruptelas de los operadores del organismo, lo que huele a complicidad y omisión legislativa.

Hoy que se habla de castigar a quienes cometieron actos de corrupción -y cobrar los adeudos- se antoja preguntar: Y a quienes participaron en las corruptelas mencionadas y sus cómplices ¿quién los va a castigar?, considerando que también cometieron delitos graves que ameritan sanción. Sería muy saludable, por lo menos, conocer sus nombres.

salgares4@gmail.com


PRISMA

El enorme rezago que presenta la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana en el cobro de los servicios que presta -denunciado por la administración del gobernador Jaime Bonilla Valdez- prueba -hay que decirlo- “la institución siempre fue manejada por funcionarios irresponsables y corruptos”. ¿A cambio de qué? La respuesta es obvia.

¿Cómo es posible que los adeudos hoy reclamados hayan alcanzado cifras relevantes -mil millones de pesos- sin que nadie se haya dado cuenta? La única respuesta es que usuarios influyentes se coludieron con malos funcionarios de la paraestatal para eludir pago de sus consumos algunos; otros pagando cuotas mínimas y hasta instalando tomas clandestinas para robarse el agua y cometer un fraude.

Conocemos un poco la administración de las Comisiones Estatales de Servicios creadas para administrar los servicios de suministro de agua, drenaje, entre otros, ya que junto con el ingeniero Luis López Moctezuma, designado como gerente y el suscrito responsable de la Tesorería-Recaudación, por instrucciones del gobernador Raúl Sánchez Díaz -de gratos recuerdos-, tuvimos la oportunidad de organizar la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Mexicali.

Recordamos que fue nombrado un Consejo de Administración, presidido por el Ejecutivo estatal, del cual formaban parte funcionarios del área de servicios públicos, los connotados empresarios Alfredo Araiza y Rodrigo Valle. Se reunía mensualmente para revisar sus estados financieros y reportes relacionados con la operación del organismo, los proyectos de obras, mantenimiento, etc., etc., y temas administrativos básicamente sobre el cobro del suministro de agua y servicios. Anualmente presentábamos el balance general apoyado con anexos y comprobantes a la entonces Contaduría Mayor de Hacienda del Congreso para su revisión y aprobación.

En tal contexto, vale cuestionar ante la irresponsabilidad y actitudes corruptas de los funcionarios de la institución: ¿En dónde estaban los auditores que revisaban su funcionamiento, de manera particular las condiciones que guardaba el cobro de los servicios? ¿Qué papel desempeñaron los representantes del sector privado integrantes del Consejo, que según parece nunca se dieron cuenta de los irregulares manejos recaudatorios de los funcionarios?

Por lo visto, las revisiones de sus estados financieros por parte del órgano autorizado del Congreso del Estado se hicieron de tal manera que nunca detectaron las corruptelas de los operadores del organismo, lo que huele a complicidad y omisión legislativa.

Hoy que se habla de castigar a quienes cometieron actos de corrupción -y cobrar los adeudos- se antoja preguntar: Y a quienes participaron en las corruptelas mencionadas y sus cómplices ¿quién los va a castigar?, considerando que también cometieron delitos graves que ameritan sanción. Sería muy saludable, por lo menos, conocer sus nombres.

salgares4@gmail.com