Pensares
Muchas veces en la vida pasamos por momentos difíciles, en los que tenemos que decidir sobre los nuevos caminos a tomar, a veces el júbilo nos invade ya que la ruta tomada nos demuestra el acierto y eso se llama crecer.
Otras veces nos desanimamos antes de reemprender nuestra meta y eso se llama también crecer.
Crecer, una palabra tan común, pero tan significativa a la vez, tan llena de vida, definitivamente es un término al que en particular debemos tener presente y valorar.
A veces la parálisis nos invade, desarmados completamente, crecemos en la tristeza, la desilusión, el desgano, sentimos la horrible sensación de no poder hacer algo bien, tomamos caminos de fácil acceso que a ningún lado más conducen, nos invade la soledad y ocupamos el vacío con gente vacía y el resultado es una lista interminable de momentos más vacíos aun.
El dolor se esconde detrás de una imagen impuesta, cargada de elementos superfluos, que no hacen más que alejarnos de nosotros mismos.
Hacia la felicidad el camino parece estar lleno de pantanos y grietas, en esos momentos no podemos ver que ser feliz está en nuestro propio ser, por el solo hecho de existir, el tiempo oficial pasa, pero no es suficiente, el tiempo real nos encuentra sumergidos, desde lo más profundo de nuestra existencia surge una luz, que al principio es pequeña, que es nuestro instinto de supervivencia, más el amor por la vida y por nuestra vida que hace que lentamente nos reubiquemos en el camino correcto.
A veces necesitamos pasar por momentos tan duros, pero para superarlos es también crecer.
La felicidad es un don que poseemos todos, pero cultivada y compartida es un hermoso trabajo que implica esfuerzo, dedicación y tiempo, pero por sobre todas las cosas amor, el sentimiento más hermoso y poder amar también es crecer.
