/ miércoles 20 de junio de 2018

Cuchillito de palo | De tal palo tal astilla

Layda Sansores no hurta: hereda. Hija de uno de los caciques emblemáticos del PRInosauriado, la “senadora” es propietaria de una de las biografías más pintoresca de la casta divina.

Difícil olvidar al “Negro” Sansores. El campechano, quien fue Gobernador de su estado y Presidente del Tricolor, se caracterizó como el rey de los trastupijes, las traiciones y las corruptelas. Cuando le convenía dejaba la militancia priísta, para reincorporarse si le ofertaban un cargo.

En cierta etapa de su “glorioso” acontecer, les cobraba a los agricultores un impuesto en especie (Maíz), mismo que jamás se supo adónde quedó. Se granjeó enemistades al por mayor, pero como típico “padrino” de aquellos lodos, también lo rodeaba la habitual corte de los milagros, producto de la permisibilidad para ejercer la mano larga o la mano negra.

A su heredera, le consiguió una diputación plurinominal por Campeche (1991-1994), posteriormente senadora y Secretaria General del CEN del PRI.

Laydita, como se le conoce, renunció al Revolucionario Institucional en 1996 y se fue al PRD; apoyó eufórica a Vicente Fox y en el 2000 decidió mover sus bártulos a Movimiento Ciudadano. Con estas siglas volvió al senado, para virar sus amores hacia López Obrador y sumarse a Morena, desde su escaño.

Es difícil de identificar por la “hojalatería” que “rejuvenece” su rostro, a pesar del pelo, rojo caoba. Los cambios en su fisonomía son frecuentes y hasta la boca –tipo Angelina Jolie-, denota el uso abundante de las “ayuditas” estéticas, como el bótox y el colágeno.

De lenguaje carretonero, supera con mucho, a la picaresca. Se le señala por “entrona” y lo mismo le reclama vociferante, a Enrique Peña Nieto, que le besa la mano a su mecenas, López Obrador.

Esta joya de larga estirpe, aspira a llegar a la alcaldía de la Delegación Álvaro Obregón de la CDMX. A unos días de las elecciones le destapan el que, entre 2016 y 2017 le pasó facturas al administrativo senatorial, por 700 mil pesos.

Entre estas aparecía una muñeca de 5 mil (Que, como ejemplar abuela le regaló a su nieta), tintes de pelo, desodorantes, ropa y otra andanada de gastos personales, que salieron de los bolsillos de los contribuyentes.

De inmediato contestó que había usado ese dinero para repartirlo entre los pobres. Que en diciembre le hizo un fiestón al personal de limpieza del Congreso y había rifado electrodomésticos –mismos que no se reflejan en las facturas-.

Ante el escándalo, la consentida de AMLO, Claudia Sheinbaum, suspirante a la jefatura de gobierno, respondió que no se había violado la legislación y las acusaciones carecían de fundamento (El burro hablando de orejas).

De estos tamaños son los candidatos de Morena a las alcaldías. La flor y nata de la corrupción asoma las narices, mientras el “puntero” habla de que va a acabar con ella y con los de la mafia del poder.

La mafia se trasladó de lleno, a las filas del interfecto. Sobresale la nominación de Francisco Chiguil, exdelegado de la Gustavo A. Madero, a quien se le exigió renunciar cuando la tragedia del News Divine, por su responsabilidad en los hechos que costaron la vida de tantos jóvenes.

En Miguel Hidalgo, Víctor Hugo Romo, a quien se califica como el peor jefe delegacional, habido. El ex de Tláhuac, de quien la Marina tiene un grueso expediente, va para diputado. Todos al amparo del combate a la corrupción.

De aplicarse la ley se sumarían varias cadenas perpetuas.

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq

Layda Sansores no hurta: hereda. Hija de uno de los caciques emblemáticos del PRInosauriado, la “senadora” es propietaria de una de las biografías más pintoresca de la casta divina.

Difícil olvidar al “Negro” Sansores. El campechano, quien fue Gobernador de su estado y Presidente del Tricolor, se caracterizó como el rey de los trastupijes, las traiciones y las corruptelas. Cuando le convenía dejaba la militancia priísta, para reincorporarse si le ofertaban un cargo.

En cierta etapa de su “glorioso” acontecer, les cobraba a los agricultores un impuesto en especie (Maíz), mismo que jamás se supo adónde quedó. Se granjeó enemistades al por mayor, pero como típico “padrino” de aquellos lodos, también lo rodeaba la habitual corte de los milagros, producto de la permisibilidad para ejercer la mano larga o la mano negra.

A su heredera, le consiguió una diputación plurinominal por Campeche (1991-1994), posteriormente senadora y Secretaria General del CEN del PRI.

Laydita, como se le conoce, renunció al Revolucionario Institucional en 1996 y se fue al PRD; apoyó eufórica a Vicente Fox y en el 2000 decidió mover sus bártulos a Movimiento Ciudadano. Con estas siglas volvió al senado, para virar sus amores hacia López Obrador y sumarse a Morena, desde su escaño.

Es difícil de identificar por la “hojalatería” que “rejuvenece” su rostro, a pesar del pelo, rojo caoba. Los cambios en su fisonomía son frecuentes y hasta la boca –tipo Angelina Jolie-, denota el uso abundante de las “ayuditas” estéticas, como el bótox y el colágeno.

De lenguaje carretonero, supera con mucho, a la picaresca. Se le señala por “entrona” y lo mismo le reclama vociferante, a Enrique Peña Nieto, que le besa la mano a su mecenas, López Obrador.

Esta joya de larga estirpe, aspira a llegar a la alcaldía de la Delegación Álvaro Obregón de la CDMX. A unos días de las elecciones le destapan el que, entre 2016 y 2017 le pasó facturas al administrativo senatorial, por 700 mil pesos.

Entre estas aparecía una muñeca de 5 mil (Que, como ejemplar abuela le regaló a su nieta), tintes de pelo, desodorantes, ropa y otra andanada de gastos personales, que salieron de los bolsillos de los contribuyentes.

De inmediato contestó que había usado ese dinero para repartirlo entre los pobres. Que en diciembre le hizo un fiestón al personal de limpieza del Congreso y había rifado electrodomésticos –mismos que no se reflejan en las facturas-.

Ante el escándalo, la consentida de AMLO, Claudia Sheinbaum, suspirante a la jefatura de gobierno, respondió que no se había violado la legislación y las acusaciones carecían de fundamento (El burro hablando de orejas).

De estos tamaños son los candidatos de Morena a las alcaldías. La flor y nata de la corrupción asoma las narices, mientras el “puntero” habla de que va a acabar con ella y con los de la mafia del poder.

La mafia se trasladó de lleno, a las filas del interfecto. Sobresale la nominación de Francisco Chiguil, exdelegado de la Gustavo A. Madero, a quien se le exigió renunciar cuando la tragedia del News Divine, por su responsabilidad en los hechos que costaron la vida de tantos jóvenes.

En Miguel Hidalgo, Víctor Hugo Romo, a quien se califica como el peor jefe delegacional, habido. El ex de Tláhuac, de quien la Marina tiene un grueso expediente, va para diputado. Todos al amparo del combate a la corrupción.

De aplicarse la ley se sumarían varias cadenas perpetuas.

catalinanq@hotmail.com

@catalinanq

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