/ domingo 26 de julio de 2020

De Mexicali a Ciudad de México en 14 horas

La Espiga


Fue el mayor de la Fuerza Aérea Mexicana, Roberto Fierro, el primero en volar sin escalas de Mexicali a la Ciudad de México. Esta proeza la realizó en un aeroplano, el “Baja California No. 2” construido en la fábrica de aeroplanos establecida en Tijuana por el gobernador Abelardo L. Rodríguez.

El periódico El Heraldo de México informó en su edición del 31 de mayo de 1928: “Otro triunfo de la aviación mexicana, el ‘Baja California’ arribó a México. El largo viaje lo hizo el aviador Fierro en 14 horas. De Guadalajara a la Ciudad de México, el avión Baja California voló bajo lluvia torrencial. El gobernador Rodríguez recibió cientos de mensajes de felicitación de toda la República”.

Y así fue la hazaña: El 30 de mayo de 1928 a las 4:50 p.m. aterrizó en el Aeródromo de Balbuena el avión Baja California No. 2. En este lugar ya era esperado su arribo por cientos de personas emocionadas por ser testigos de esta enorme aventura. El presidente de la República, Gral. Plutarco Elías Calles, se apresuró a estrechar la mano del valiente piloto, quien en un aparato construido en Tijuana por personal mexicano había escrito una página dorada en la historia de la aviación mexicana. Este vuelo Mexicali-México puso de manifiesto que en nuestro país había talento suficiente para competir con los fabricados en otras partes del mundo.

Como antecedente de este suceso tenemos que el gobernador de BC, Abelardo L. Rodríguez, estableció en noviembre de 1927 una fábrica de aeroplanos en Tijuana. El primer vuelo lo realizó el capitán Luis Farell de Mexicali a Mazatlán y con esto se comprobó que se podía aspirar a logros mayores.

El mayor Roberto Fierro al aterrizar en la Ciudad de México hizo entrega de una carta del gobernador Rodríguez dirigida a su paisano, el presidente Plutarco Elías Calles. La Secretaría de Guerra con la firma del subsecretario, Gral. Miguel Piña, felicitó al Gobernador de BC, lo mismo el Dpto. de Aviación a cargo del Gral. José Luis Amezcua.

Como antecedente tenemos que en noviembre de 1927 inicia operaciones la Compañía Aérea y de Transportes de B.C., construyendo los aviones B.C. 1, 2 y 3. Estos aparatos atraen a varios pilotos como José Flavio Rivera, quien salió de la Laguna Salada en Mexicali el 30 de mayo de 1928 rumbo a la Ciudad de México. El mismo mayor Fierro voló de la Ciudad de México hacia La Habana, Cuba. Esta aventura se realizó el 11 de agosto de 1928. Después el viaje se extendería de La Habana a Guatemala, El Salvador, Honduras y Panamá… Se le llamó el Viaje de la Buena Voluntad.

El piloto Miguel Colorado voló de Mexicali a Mérida en 1930, comprobando que los aeroplanos construidos en Baja California tenían la calidad suficiente para surcar los cielos de México y del mundo.

El mayor Roberto Fierro Villalobos no descansó hasta conseguir un vuelo memorable de la Ciudad de México a Nueva York el 21 de junio de 1930.


La Espiga


Fue el mayor de la Fuerza Aérea Mexicana, Roberto Fierro, el primero en volar sin escalas de Mexicali a la Ciudad de México. Esta proeza la realizó en un aeroplano, el “Baja California No. 2” construido en la fábrica de aeroplanos establecida en Tijuana por el gobernador Abelardo L. Rodríguez.

El periódico El Heraldo de México informó en su edición del 31 de mayo de 1928: “Otro triunfo de la aviación mexicana, el ‘Baja California’ arribó a México. El largo viaje lo hizo el aviador Fierro en 14 horas. De Guadalajara a la Ciudad de México, el avión Baja California voló bajo lluvia torrencial. El gobernador Rodríguez recibió cientos de mensajes de felicitación de toda la República”.

Y así fue la hazaña: El 30 de mayo de 1928 a las 4:50 p.m. aterrizó en el Aeródromo de Balbuena el avión Baja California No. 2. En este lugar ya era esperado su arribo por cientos de personas emocionadas por ser testigos de esta enorme aventura. El presidente de la República, Gral. Plutarco Elías Calles, se apresuró a estrechar la mano del valiente piloto, quien en un aparato construido en Tijuana por personal mexicano había escrito una página dorada en la historia de la aviación mexicana. Este vuelo Mexicali-México puso de manifiesto que en nuestro país había talento suficiente para competir con los fabricados en otras partes del mundo.

Como antecedente de este suceso tenemos que el gobernador de BC, Abelardo L. Rodríguez, estableció en noviembre de 1927 una fábrica de aeroplanos en Tijuana. El primer vuelo lo realizó el capitán Luis Farell de Mexicali a Mazatlán y con esto se comprobó que se podía aspirar a logros mayores.

El mayor Roberto Fierro al aterrizar en la Ciudad de México hizo entrega de una carta del gobernador Rodríguez dirigida a su paisano, el presidente Plutarco Elías Calles. La Secretaría de Guerra con la firma del subsecretario, Gral. Miguel Piña, felicitó al Gobernador de BC, lo mismo el Dpto. de Aviación a cargo del Gral. José Luis Amezcua.

Como antecedente tenemos que en noviembre de 1927 inicia operaciones la Compañía Aérea y de Transportes de B.C., construyendo los aviones B.C. 1, 2 y 3. Estos aparatos atraen a varios pilotos como José Flavio Rivera, quien salió de la Laguna Salada en Mexicali el 30 de mayo de 1928 rumbo a la Ciudad de México. El mismo mayor Fierro voló de la Ciudad de México hacia La Habana, Cuba. Esta aventura se realizó el 11 de agosto de 1928. Después el viaje se extendería de La Habana a Guatemala, El Salvador, Honduras y Panamá… Se le llamó el Viaje de la Buena Voluntad.

El piloto Miguel Colorado voló de Mexicali a Mérida en 1930, comprobando que los aeroplanos construidos en Baja California tenían la calidad suficiente para surcar los cielos de México y del mundo.

El mayor Roberto Fierro Villalobos no descansó hasta conseguir un vuelo memorable de la Ciudad de México a Nueva York el 21 de junio de 1930.