/ sábado 8 de enero de 2022

De moda pasajera a invento peligroso

PENSARES

El uso de las tarjetas de crédito se ha convertido en una forma de vida. Ya no sabemos usar dinero en efectivo para comprar algún objeto. La mayoría de las personas lo hacen por la comodidad de no llevar dinero en la cartera, mientras que otros la usan para comprar artículos que simplemente no pueden permitirse.

A principios del siglo XX la gente tenía que pagar en efectivo por casi todos los productos y servicios. Sin embargo, la tarjeta se inventó en 1950, todo empezó cuando Frank McNamara y dos de sus amigos fueron a cenar. Los tres hombres estaban comiendo en un famoso restaurante de Nueva York para discutir problemas con los clientes de la entidad bancaria. Al final de la comida con sus dos amigos McNamara metió la mano en el bolsillo de su cartera para pagar la cuenta en efectivo; se sorprendió que había olvidado su billetera. Para su vergüenza tuvo que llamar a su esposa y que ella le trajera dinero. Él se prometió que esto no le volvería a suceder. Se le ocurrió una nueva idea: Una tarjeta de crédito que podría ser utilizada en múltiples establecimientos.

Se debe buscar la mejor opción en tarjetas

Se debe buscar la mejor opción en tarjetas | Sergio Caro | La Voz de la Frontera

McNamara fundó una nueva empresa ese mismo año a la que llamaron Diners Club. Las primeras tarjetas fueron entregadas en 1950 a 200 personas; la mayoría eran amigos y conocidos de él; no eran de plástico, sino de un tipo de papel con las condiciones de aceptación en el reverso. Él pensó que era una moda pasajera.

La tarjeta siguió creciendo y no tuvo competencia hasta 1958. En ese año tanto American Express como el banco Americard, más tarde llamado Visa, aparecieron en el mercado. El concepto de una tarjeta de crédito universal había echado raíces y se extendió rápidamente por todo el mundo para la alegría de muchos y mayor desgracia de otros.

La tarjeta de crédito ha sido el invento más peligroso creado para destruir el capitalismo; es un tipo de eventos que parecen cómodos, pero a la larga resultan nocivos. Así llegamos al día de hoy en que todo el mundo gasta más de lo que tiene. Ya las hipotecas eran peligrosas, la tarjeta de crédito completó el cuadro y el problema mayor no es la tarjeta de crédito en sí, sino el analfabetismo económico de la mayor parte de la gente que la tiene, donde un gran porcentaje pierde en lo tangible para manejar dinero intangible.

En fin, mal que nos pese, McNamara se equivocó: Las tarjetas llegaron para quedarse.

* COLUMNA POSTMORTEM


PENSARES

El uso de las tarjetas de crédito se ha convertido en una forma de vida. Ya no sabemos usar dinero en efectivo para comprar algún objeto. La mayoría de las personas lo hacen por la comodidad de no llevar dinero en la cartera, mientras que otros la usan para comprar artículos que simplemente no pueden permitirse.

A principios del siglo XX la gente tenía que pagar en efectivo por casi todos los productos y servicios. Sin embargo, la tarjeta se inventó en 1950, todo empezó cuando Frank McNamara y dos de sus amigos fueron a cenar. Los tres hombres estaban comiendo en un famoso restaurante de Nueva York para discutir problemas con los clientes de la entidad bancaria. Al final de la comida con sus dos amigos McNamara metió la mano en el bolsillo de su cartera para pagar la cuenta en efectivo; se sorprendió que había olvidado su billetera. Para su vergüenza tuvo que llamar a su esposa y que ella le trajera dinero. Él se prometió que esto no le volvería a suceder. Se le ocurrió una nueva idea: Una tarjeta de crédito que podría ser utilizada en múltiples establecimientos.

Se debe buscar la mejor opción en tarjetas

Se debe buscar la mejor opción en tarjetas | Sergio Caro | La Voz de la Frontera

McNamara fundó una nueva empresa ese mismo año a la que llamaron Diners Club. Las primeras tarjetas fueron entregadas en 1950 a 200 personas; la mayoría eran amigos y conocidos de él; no eran de plástico, sino de un tipo de papel con las condiciones de aceptación en el reverso. Él pensó que era una moda pasajera.

La tarjeta siguió creciendo y no tuvo competencia hasta 1958. En ese año tanto American Express como el banco Americard, más tarde llamado Visa, aparecieron en el mercado. El concepto de una tarjeta de crédito universal había echado raíces y se extendió rápidamente por todo el mundo para la alegría de muchos y mayor desgracia de otros.

La tarjeta de crédito ha sido el invento más peligroso creado para destruir el capitalismo; es un tipo de eventos que parecen cómodos, pero a la larga resultan nocivos. Así llegamos al día de hoy en que todo el mundo gasta más de lo que tiene. Ya las hipotecas eran peligrosas, la tarjeta de crédito completó el cuadro y el problema mayor no es la tarjeta de crédito en sí, sino el analfabetismo económico de la mayor parte de la gente que la tiene, donde un gran porcentaje pierde en lo tangible para manejar dinero intangible.

En fin, mal que nos pese, McNamara se equivocó: Las tarjetas llegaron para quedarse.

* COLUMNA POSTMORTEM


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