/ lunes 15 de octubre de 2018

De otros candidatos

VIENTOS

Los mexicanos –casi podría decir, afirmar, que por razón consecuente a nuestra realidad política- hemos construido una atmósfera negativa en torno a nuestras autoridades gubernamentales.

Próximamente el Senado de la República tendrá que analizar las cualidades de los peritos en materia electoral, con grados de licenciatura o superiores, que cubrirán los espacios de las magistraturas que cumplirán sus períodos constitucionales. Para el caso de Baja California, es una magistratura la que en diciembre deberá dejar su encargo y quien sea elegido por el Senado lo deberá ocupar luego de la protesta respectiva.

Los registrados fueron diez jurisperitos electorales. En el mejor de los casos el del licenciado Germán Cano Baltazar, quien tiene además una maestría en Derecho Electoral y suficiente experiencia previa en ese medio que, como el lector puede imaginarse, sigue siendo un trago difícil y de necesaria y comprobada responsabilidad, pero sobre todo, honestidad, puesto que se trata de una magistratura para el Tribunal de Justicia Electoral del Estado de Baja California a donde llegan multiplicadas las protestas en contra de los resultados electorales por diversas razones ciertas o imaginadas, pero que se ventilan en tribunales electorales que no tienen más alzada que los tribunales federales electorales y que de momento no es el caso que nos ocupa.

Creo indubitablemente que el licenciado Cano Baltazar es el elemento propicio. Respecto de su probidad en la materia es muy fácil encontrarle la huella, pues sus servicios al respecto han sido notables. Ítem más, a los bajacalifornianos nos interesa que a la magistratura de referencia llegue una persona confiable, una persona que haga regresar la confianza que en algún momento histórico se extravió por esos recovecos de la sinrazón, de la razón o simplemente de la imaginación y que ha desvirtuado lo que debiera ser confiable, pues las autoridades electorales de primera instancia se afirman en casillas con el testimonio de los partidos políticos que, curiosamente, sus propios partidos desconocen como una vergonzante paradoja.

El Tribunal de Justicia Electoral del Estado nuestro, debe retornar a su prestigio que no reclama más brillo que el de la capacidad, experiencia, honestidad y punto. Y eso, plenamente lo tiene el licenciado y maestro Germán Cano Baltazar. El Senado de la República está obligado a fijar su vista en esas cualidades, no en sus apoyos influyentes.

jaimepardover@yahoo.com

VIENTOS

Los mexicanos –casi podría decir, afirmar, que por razón consecuente a nuestra realidad política- hemos construido una atmósfera negativa en torno a nuestras autoridades gubernamentales.

Próximamente el Senado de la República tendrá que analizar las cualidades de los peritos en materia electoral, con grados de licenciatura o superiores, que cubrirán los espacios de las magistraturas que cumplirán sus períodos constitucionales. Para el caso de Baja California, es una magistratura la que en diciembre deberá dejar su encargo y quien sea elegido por el Senado lo deberá ocupar luego de la protesta respectiva.

Los registrados fueron diez jurisperitos electorales. En el mejor de los casos el del licenciado Germán Cano Baltazar, quien tiene además una maestría en Derecho Electoral y suficiente experiencia previa en ese medio que, como el lector puede imaginarse, sigue siendo un trago difícil y de necesaria y comprobada responsabilidad, pero sobre todo, honestidad, puesto que se trata de una magistratura para el Tribunal de Justicia Electoral del Estado de Baja California a donde llegan multiplicadas las protestas en contra de los resultados electorales por diversas razones ciertas o imaginadas, pero que se ventilan en tribunales electorales que no tienen más alzada que los tribunales federales electorales y que de momento no es el caso que nos ocupa.

Creo indubitablemente que el licenciado Cano Baltazar es el elemento propicio. Respecto de su probidad en la materia es muy fácil encontrarle la huella, pues sus servicios al respecto han sido notables. Ítem más, a los bajacalifornianos nos interesa que a la magistratura de referencia llegue una persona confiable, una persona que haga regresar la confianza que en algún momento histórico se extravió por esos recovecos de la sinrazón, de la razón o simplemente de la imaginación y que ha desvirtuado lo que debiera ser confiable, pues las autoridades electorales de primera instancia se afirman en casillas con el testimonio de los partidos políticos que, curiosamente, sus propios partidos desconocen como una vergonzante paradoja.

El Tribunal de Justicia Electoral del Estado nuestro, debe retornar a su prestigio que no reclama más brillo que el de la capacidad, experiencia, honestidad y punto. Y eso, plenamente lo tiene el licenciado y maestro Germán Cano Baltazar. El Senado de la República está obligado a fijar su vista en esas cualidades, no en sus apoyos influyentes.

jaimepardover@yahoo.com