Voz Campesina
Luego del copioso adelanto de lluvias del domingo anterior -sin relación con el huracán y/o tormenta- que ingresará a Baja California desde hoy lunes (ayer) por la tarde, en altas horas de la noche dominical y/o madrugada del propio inicio de semana ocurrieron aisladamente en algunos ejidos del valle de Mexicali repentinas precipitaciones nada escasas que seguramente afectarán cultivos en curso, máxime el algodón, según nos comentaron amigos agricultores.
De entrada, tal circunstancia confirma que la naturaleza puede ser impredecible en múltiples aspectos y que los pequeños productores deberán enfrentar graves consecuencias impactando su de por sí quebrantada economía.
Dentro del espacio citadino mexicalense y en San Felipe se han ejecutado acciones preventivas de parte del Municipio. Pero sin olvidar que los ejidos también cuentan con viviendas, calles y avenidas en sus zonas urbanas. Nos parece aún más preocupante la ausencia de atención de las dependencias orientadas en estricto sentido al agro (Sagarpa, Sefoa) etc., etc., que ni siquiera generan declaraciones sobre el fenómeno, y/o eventuales apoyos a quienes resultaran dañados en su siembra.
Cierto: No es el primer caso de agresivas manifestaciones climáticas en el valle cachanilla, aunque igual es verdad que la intensidad de las mismas viene aumentando considerablemente. También hay que reconocer la fuerza de voluntad de campesinos (hombres y mujeres) para levantarse de cualquier adversidad. Sólo que los tiempos climáticos y políticos han cambiado. Y habrá que reevaluar, con ánimo de brindarle auxilio, la innegable importancia de la tarea de producir los alimentos que consumimos todos, al margen del color partidista personal.
Concluyo deseando que San Felipe, destinatario principal de ‘Rosa’, salga lo mejor librado posible y obvio, lo mismo Mexicali y el valle. Acatemos las instrucciones oficiales en ánimo de que la noble actividad de rescatistas, Bomberos, Policía, Cruz Roja, etc., etc., acabe no siendo muy necesaria.
