/ miércoles 18 de agosto de 2021

Dejadlos ir a clase

EL MURO

En verdad os digo, dejad que los niños acudan a la escuela porque de ellos deberá ser el reino del futuro: No podemos alargar la cuarentena apelando a la protección cuando a nuestro alrededor vemos suficientes ejemplos de comportamiento irresponsable. Tarde o temprano la realidad nos alcanzará para sacarnos a empujones de nuestra casa.

Abrir las escuelas es quizá una de las mejores decisiones porque un año y medio de convivencia virtual, jamás puede compararse a un solo día de convivencia cara a cara. La salud mental es algo que le damos importancia solo cuando vemos un caso extremo como un crimen o cuando alguien atenta contra su vida, pero la salud mental de cada persona es la base de la pirámide social, por lo tanto no es cosa de débiles, al contrario.

Cortesía | Archivo | El Sol de Puebla

Aplaudimos cuando la ciencia médica cura a alguien, cuando le practican una operación, cuando le insuflan vida a un moribundo y eso está muy bien, porque eso sumado a otras técnicas médicas ha permitido elevar el promedio de años de vida en las personas, pero a la salud mental la relegan al último lugar, cuando debería de ocupar el primer sitio.

Las personas requerimos de la convivencia, en especial los niños. Qué culpa tienen ellos de haber nacido en esta época; qué culpa tienen ellos de que los padres seamos aprensivos, preocupones, inseguros o irresponsables. Démosle la oportunidad a nuestros hijos de reencontrarse con su mundo infantil, con ese que nosotros vivimos y el cual presumimos como único, especial, irrepetible.

Vamos dándole chanza de que formen sus recuerdos. Quizá la de ellos no será una niñez o adolescencia de bañarse en canales o pozos, pero muy seguramente será la de la introspección, la que mejor observó el comportamiento de sus padres, pero también puede ser aquella capaz de crear juegos nuevos, de reírse mejor que nadie de la adversidad, quizá formaremos a unas mejores personas para Mexicali.

Y sí, claro, habrá que tener cuidados antes de enviarlos a clase, porque la escuela podrá enseñar mucho, pero jamás enderezará a un jorobado o suplirá a una familia ausente o desinteresada. Si en nuestra casa nos cuidamos, somos responsables en la convivencia diaria, podemos confiar en que nuestros hijos seguirán el mismo patrón. Porque los niños se rinden ante el ejemplo, no ante los gritos o las descalificaciones en Facebook. Si nos han visto usar cubrebocas en lugares públicos, si ven que evitamos eventos masivos, podemos tener la absoluta confianza en que ellos sabrán cómo cuidarse. Ahora que si no somos responsables, no podemos exigirle a la escuela que componga lo chueco desde el hogar.

Si ese es su caso, entonces sí, mejor mantenga a sus hijos en casa, nos haría un gran favor a todos.

vicmarcen09@gmail.com

EL MURO

En verdad os digo, dejad que los niños acudan a la escuela porque de ellos deberá ser el reino del futuro: No podemos alargar la cuarentena apelando a la protección cuando a nuestro alrededor vemos suficientes ejemplos de comportamiento irresponsable. Tarde o temprano la realidad nos alcanzará para sacarnos a empujones de nuestra casa.

Abrir las escuelas es quizá una de las mejores decisiones porque un año y medio de convivencia virtual, jamás puede compararse a un solo día de convivencia cara a cara. La salud mental es algo que le damos importancia solo cuando vemos un caso extremo como un crimen o cuando alguien atenta contra su vida, pero la salud mental de cada persona es la base de la pirámide social, por lo tanto no es cosa de débiles, al contrario.

Cortesía | Archivo | El Sol de Puebla

Aplaudimos cuando la ciencia médica cura a alguien, cuando le practican una operación, cuando le insuflan vida a un moribundo y eso está muy bien, porque eso sumado a otras técnicas médicas ha permitido elevar el promedio de años de vida en las personas, pero a la salud mental la relegan al último lugar, cuando debería de ocupar el primer sitio.

Las personas requerimos de la convivencia, en especial los niños. Qué culpa tienen ellos de haber nacido en esta época; qué culpa tienen ellos de que los padres seamos aprensivos, preocupones, inseguros o irresponsables. Démosle la oportunidad a nuestros hijos de reencontrarse con su mundo infantil, con ese que nosotros vivimos y el cual presumimos como único, especial, irrepetible.

Vamos dándole chanza de que formen sus recuerdos. Quizá la de ellos no será una niñez o adolescencia de bañarse en canales o pozos, pero muy seguramente será la de la introspección, la que mejor observó el comportamiento de sus padres, pero también puede ser aquella capaz de crear juegos nuevos, de reírse mejor que nadie de la adversidad, quizá formaremos a unas mejores personas para Mexicali.

Y sí, claro, habrá que tener cuidados antes de enviarlos a clase, porque la escuela podrá enseñar mucho, pero jamás enderezará a un jorobado o suplirá a una familia ausente o desinteresada. Si en nuestra casa nos cuidamos, somos responsables en la convivencia diaria, podemos confiar en que nuestros hijos seguirán el mismo patrón. Porque los niños se rinden ante el ejemplo, no ante los gritos o las descalificaciones en Facebook. Si nos han visto usar cubrebocas en lugares públicos, si ven que evitamos eventos masivos, podemos tener la absoluta confianza en que ellos sabrán cómo cuidarse. Ahora que si no somos responsables, no podemos exigirle a la escuela que componga lo chueco desde el hogar.

Si ese es su caso, entonces sí, mejor mantenga a sus hijos en casa, nos haría un gran favor a todos.

vicmarcen09@gmail.com