/ viernes 30 de octubre de 2020

Delincuencia descarada

QUO VADIS

Eran las 5:30 de la mañana cuando mis vecinos me despertaron para enterarme que minutos antes dos rateros habían roto dos vidrios de mi auto para tratar de robar la batería, pero como no pudieron abrieron la cajuela para llevarse la llanta de refacción, el “jack” y una casita de perro inservible que en conjunto no valen ni 300 pesos, aunque causaron daños 10 veces más costosos.

El vecino me dijo que les reclamó cuando emprendieron la huida a pie --no corriendo-- y que solo le respondieron con un lacónico e intimidatorio “buenos días” y se perdieron por la Venustiano Carranza, atrás de la Bimbo. De inmediato revisé la grabación en la cámara de vigilancia y las imágenes fueron perturbadoras: El robo ocurrió en menos de 3 minutos; primero llegó uno y decidido se acercó a la unidad estacionada frente a la casa, rompió una ventanita trasera y como no alcanzó a abrir la puerta trasera rompió la ventanilla grande y a robar…En eso estaban cuando un transeúnte pasó frente a ellos y ni se inmutaron, siguieron esculcando y cargaron con lo ya mencionado.

Llamé al 911 y 15 minutos después llegó la Policía, vio el video, comunicó por radio la media filiación de los delincuentes y me dio a entender que si los encontraba yo por ahí que llame nuevamente al 911. Lo mismo, pero no igual deben de victimizar a muchos ciudadanos cada madrugada, día, tarde o noche, mientras la Policía preventiva y la investigadora dudo mucho compartan información para investigar este tipo de robos “pequeños”, no obstante a conocer modus operandi, horarios y zonas de mayor incidencia delictiva.

¿Qué hacer al respecto? Nada…ni siquiera poner denuncia, ya que por casos de mayor dimensión como el robo de un auto, simple y llanamente no se hizo nada cuando la ahora Fiscalía era la Procuraduría General de Justicia…el mismo personal, pues y así por el estilo otros casos.

Queda para el ciudadano común estar alerta y si observa deambular por sus calles a malandrines, cuidarse entre vecinos porque si se llama al 911 previniendo un posible robo, seguramente se habrán perdido de vista para cuando llegue la Policía que además no puede hacer nada porque no hay delito en flagrancia a pesar de que en una revisión les encuentre herramientas para cometer sus fechorías (algún metal, martillo, cizalla, desarmador, pinzas, cuchillos, etc.) gracias al tristemente célebre y obsoleto sistema penal acusatorio. Así que cuídese y cuide sus bienes; los delincuentes llegan a destruir para robar; ya abandonaron vigilar si alguien los observa o no, van decididos y quizá drogados; de nada sirven las cámaras, sino solo para tener detalles de cómo ocurrió el delito y pagar las consecuencias de los robos con violencia.

Lo que harta e indigna es que teniendo elementos para capturar a estos delincuentes y sacarlos de circulación por un buen tiempo por reincidencia delictiva, se les deja en libertad de seguir eligiendo víctimas de manera impune...¿O no?

pibenavarro115@hotmail.com


QUO VADIS

Eran las 5:30 de la mañana cuando mis vecinos me despertaron para enterarme que minutos antes dos rateros habían roto dos vidrios de mi auto para tratar de robar la batería, pero como no pudieron abrieron la cajuela para llevarse la llanta de refacción, el “jack” y una casita de perro inservible que en conjunto no valen ni 300 pesos, aunque causaron daños 10 veces más costosos.

El vecino me dijo que les reclamó cuando emprendieron la huida a pie --no corriendo-- y que solo le respondieron con un lacónico e intimidatorio “buenos días” y se perdieron por la Venustiano Carranza, atrás de la Bimbo. De inmediato revisé la grabación en la cámara de vigilancia y las imágenes fueron perturbadoras: El robo ocurrió en menos de 3 minutos; primero llegó uno y decidido se acercó a la unidad estacionada frente a la casa, rompió una ventanita trasera y como no alcanzó a abrir la puerta trasera rompió la ventanilla grande y a robar…En eso estaban cuando un transeúnte pasó frente a ellos y ni se inmutaron, siguieron esculcando y cargaron con lo ya mencionado.

Llamé al 911 y 15 minutos después llegó la Policía, vio el video, comunicó por radio la media filiación de los delincuentes y me dio a entender que si los encontraba yo por ahí que llame nuevamente al 911. Lo mismo, pero no igual deben de victimizar a muchos ciudadanos cada madrugada, día, tarde o noche, mientras la Policía preventiva y la investigadora dudo mucho compartan información para investigar este tipo de robos “pequeños”, no obstante a conocer modus operandi, horarios y zonas de mayor incidencia delictiva.

¿Qué hacer al respecto? Nada…ni siquiera poner denuncia, ya que por casos de mayor dimensión como el robo de un auto, simple y llanamente no se hizo nada cuando la ahora Fiscalía era la Procuraduría General de Justicia…el mismo personal, pues y así por el estilo otros casos.

Queda para el ciudadano común estar alerta y si observa deambular por sus calles a malandrines, cuidarse entre vecinos porque si se llama al 911 previniendo un posible robo, seguramente se habrán perdido de vista para cuando llegue la Policía que además no puede hacer nada porque no hay delito en flagrancia a pesar de que en una revisión les encuentre herramientas para cometer sus fechorías (algún metal, martillo, cizalla, desarmador, pinzas, cuchillos, etc.) gracias al tristemente célebre y obsoleto sistema penal acusatorio. Así que cuídese y cuide sus bienes; los delincuentes llegan a destruir para robar; ya abandonaron vigilar si alguien los observa o no, van decididos y quizá drogados; de nada sirven las cámaras, sino solo para tener detalles de cómo ocurrió el delito y pagar las consecuencias de los robos con violencia.

Lo que harta e indigna es que teniendo elementos para capturar a estos delincuentes y sacarlos de circulación por un buen tiempo por reincidencia delictiva, se les deja en libertad de seguir eligiendo víctimas de manera impune...¿O no?

pibenavarro115@hotmail.com