/ lunes 4 de mayo de 2020

Desempleo, ¿otra pandemia?

PRISMA

En opinión de estudiosos sobre la materia, concluida la pandemia del Covid irremediablemente vendrá otra: La del desempleo en todo el mundo, particularmente en nuestro país, cuyos efectos podrían prolongarse por varios años. Solo en abril pasado se estima en México la pérdida será de 700 mil puestos de trabajo.

Gracias al confinamiento - “quédese en su casa”- y a la paralización de la actividad económica -cierre de empresas-, se perdieron 346 mil empleos durante el período del 18 de marzo al 6 de abril pasado. La cifra más alta de desempleo registrada en abril 1995 en México fue de 185 mil plazas laborales.

Lo más grave del impacto en el empleo es que tendrá mayores repercusiones sobre la población joven y propiciará un notable aumento en la actividad económica informal del país, comentó David Kaplan, especialista en mercados laborales y seguridad social del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Refiriéndose al mismo tema, Enrique de la Madrid advirtió: “No hemos creado los puestos de trabajo que reclama la población y no podemos darnos el lujo de perder los que ya tenemos. Los empleos son fuente de ingresos, pero también de dignidad para las personas. Permitir su pérdida es arrebatárselas, además propiciar un ambiente de mayor encono e inestabilidad en nuestra sociedad, así como condenar a la pobreza a las futuras generaciones de mexicanos”.

Ante panorama tan incierto para millones de mexicanos que únicamente viven del raquítico sueldo que pagan las empresas -de manera particular las maquiladoras extranjeras y los pequeños negocios, generadores de los mayores volúmenes de puestos de trabajo, con capacidad económica limitada, es lógico suponer que surgirán problemas sociales de toda índole. De ahí pues el imperativo que tanto el gobierno y los empresarios se pongan de acuerdo y unan esfuerzos y recursos para evitar la catástrofe que significaría con una población de desocupados que vendrían a sumarse el enorme número de pobres que tenemos desde hace varios años.

Es menester que nuestros gobernantes haciendo a un lado sus ambiciones de tipo político, rencores, venganzas e ideologías, actúen de acuerdo como lo exigen las circunstancias y que los dueños del dinero dejen de pensar solo en sus intereses y cumplan fielmente con el gran compromiso que tienen con la sociedad y sus trabajadores.

Millones de mexicanos -hoy desempleados que prácticamente viven en la miseria al no obtener ingreso alguno, ni siquiera para comer, ya no digamos para pagar otros gastos-, desean fervientemente que así suceda.

salgares4@gmail.com

PRISMA

En opinión de estudiosos sobre la materia, concluida la pandemia del Covid irremediablemente vendrá otra: La del desempleo en todo el mundo, particularmente en nuestro país, cuyos efectos podrían prolongarse por varios años. Solo en abril pasado se estima en México la pérdida será de 700 mil puestos de trabajo.

Gracias al confinamiento - “quédese en su casa”- y a la paralización de la actividad económica -cierre de empresas-, se perdieron 346 mil empleos durante el período del 18 de marzo al 6 de abril pasado. La cifra más alta de desempleo registrada en abril 1995 en México fue de 185 mil plazas laborales.

Lo más grave del impacto en el empleo es que tendrá mayores repercusiones sobre la población joven y propiciará un notable aumento en la actividad económica informal del país, comentó David Kaplan, especialista en mercados laborales y seguridad social del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Refiriéndose al mismo tema, Enrique de la Madrid advirtió: “No hemos creado los puestos de trabajo que reclama la población y no podemos darnos el lujo de perder los que ya tenemos. Los empleos son fuente de ingresos, pero también de dignidad para las personas. Permitir su pérdida es arrebatárselas, además propiciar un ambiente de mayor encono e inestabilidad en nuestra sociedad, así como condenar a la pobreza a las futuras generaciones de mexicanos”.

Ante panorama tan incierto para millones de mexicanos que únicamente viven del raquítico sueldo que pagan las empresas -de manera particular las maquiladoras extranjeras y los pequeños negocios, generadores de los mayores volúmenes de puestos de trabajo, con capacidad económica limitada, es lógico suponer que surgirán problemas sociales de toda índole. De ahí pues el imperativo que tanto el gobierno y los empresarios se pongan de acuerdo y unan esfuerzos y recursos para evitar la catástrofe que significaría con una población de desocupados que vendrían a sumarse el enorme número de pobres que tenemos desde hace varios años.

Es menester que nuestros gobernantes haciendo a un lado sus ambiciones de tipo político, rencores, venganzas e ideologías, actúen de acuerdo como lo exigen las circunstancias y que los dueños del dinero dejen de pensar solo en sus intereses y cumplan fielmente con el gran compromiso que tienen con la sociedad y sus trabajadores.

Millones de mexicanos -hoy desempleados que prácticamente viven en la miseria al no obtener ingreso alguno, ni siquiera para comer, ya no digamos para pagar otros gastos-, desean fervientemente que así suceda.

salgares4@gmail.com