/ miércoles 4 de agosto de 2021

¡Destapados!

CUCHILLITO DE PALO

En el viejo régimen se conocían como “tapados”. Ahora son ¡destapados! AMLO encuentra otra treta para mantener ocupada a la opinión pública. El desgaste de sus diatribas cotidianas de las mañaneras es notorio, pero -imaginativo como es- inventa el acicate con el que cree atraerá de nuevo los reflectores.

Desgrana nombres sin ton ni son de colaboradores que no merecerían estar ni en la nómina de una oficina “de cuarta”. El punto está en que se olviden las fallas de su protegida, a la que cuida más que a la niña de sus ojos. La tragedia de la Línea 12 del Metro y la debacle electoral en la CDMX –en la que Morena perdió hasta los calcetines-, la mandó a la olla. Si ya estaba en la mira de muchos de sus “colegas”, los dos hechos la enfocaron como la “pepita que se quedó sin comal”.

El presidente Andrés Manuel López Obrador dialoga con Tatiana Clouthier, secretaria de Economía | Sergio Caro | La Voz de la Frontera

Aunque sigue sin esclarecerse la verdad de las causas de lo sucedido con la caída del par de vagones, ninguno de los responsables del tema quedará exonerado ni limpio de culpa. Marcelo Ebrard lo construyó; le siguió Mancera, que debió darle mantenimiento y otro tanto, la propia Claudia Sheinbaum. Vergüenza debería darles el que hasta ahora nadie responda por la muerte de 27 personas, las heridas de más de 70 y la agonía que vivieron todos los que se encontraban en el mortal trayecto. A las víctimas, dígase lo que se diga, tampoco se les dio ni da la ayuda correspondiente al daño, así solo fuera emocional.

A los deudos de los fallecidos se supone que les depositaron más de un millón de pesos (el miedo de la interfecta no anda en burro), pero a quienes sufrieron daños físicos de consideración se les tiene en el olvido.

En cuanto a la pérdida de nueve alcaldías en la capital, qué esperaban. Sus titulares resultaron bastante peores que los del pasado y encima más sordos y ciegos para escuchar las quejas de la población. Los “suspirantes” nominados por Sheinbaum, por otra parte, de bramar. Tanto el tlatoani como su calcomanía Claudia, culpan a una “campaña sucia en los medios de comunicación”. Donde hubo una autoridad competente y eficaz consiguieron la reelección. Lo demás fue un voto de castigo.

El tabasqueño busca preservar a su proyecto estrella para el 24, defendiéndola a capa y espada. Del Metro, ya dijo que él se iba a ocupar de la información… A la susodicha la conminó a “acercarse a la gente” y le hizo cambios al gabinete, en el que se incluyó como secretario de Gobierno al líder porril Martí Batres, especialista en mover a los de abajo, a cambio de los consabidos dineros y privilegios.

Hay quien vio el “destape” con un cariz de acto democrático. La realidad es que pone a los nominados a sacarse los ojos antes de tiempo y los sitúa en una pelea que, de acuerdo a la trayectoria de algunas de las tribus morenacas, podría ser a muerte.

Ya tiene cantaleta para rato, aunque considera en el fondo de su alma que la única que podría seguir con su proyecto de la 4T es su incondicional capitalina, dispuesta a seguir sus instrucciones “sin quitarles una coma”.


CUCHILLITO DE PALO

En el viejo régimen se conocían como “tapados”. Ahora son ¡destapados! AMLO encuentra otra treta para mantener ocupada a la opinión pública. El desgaste de sus diatribas cotidianas de las mañaneras es notorio, pero -imaginativo como es- inventa el acicate con el que cree atraerá de nuevo los reflectores.

Desgrana nombres sin ton ni son de colaboradores que no merecerían estar ni en la nómina de una oficina “de cuarta”. El punto está en que se olviden las fallas de su protegida, a la que cuida más que a la niña de sus ojos. La tragedia de la Línea 12 del Metro y la debacle electoral en la CDMX –en la que Morena perdió hasta los calcetines-, la mandó a la olla. Si ya estaba en la mira de muchos de sus “colegas”, los dos hechos la enfocaron como la “pepita que se quedó sin comal”.

El presidente Andrés Manuel López Obrador dialoga con Tatiana Clouthier, secretaria de Economía | Sergio Caro | La Voz de la Frontera

Aunque sigue sin esclarecerse la verdad de las causas de lo sucedido con la caída del par de vagones, ninguno de los responsables del tema quedará exonerado ni limpio de culpa. Marcelo Ebrard lo construyó; le siguió Mancera, que debió darle mantenimiento y otro tanto, la propia Claudia Sheinbaum. Vergüenza debería darles el que hasta ahora nadie responda por la muerte de 27 personas, las heridas de más de 70 y la agonía que vivieron todos los que se encontraban en el mortal trayecto. A las víctimas, dígase lo que se diga, tampoco se les dio ni da la ayuda correspondiente al daño, así solo fuera emocional.

A los deudos de los fallecidos se supone que les depositaron más de un millón de pesos (el miedo de la interfecta no anda en burro), pero a quienes sufrieron daños físicos de consideración se les tiene en el olvido.

En cuanto a la pérdida de nueve alcaldías en la capital, qué esperaban. Sus titulares resultaron bastante peores que los del pasado y encima más sordos y ciegos para escuchar las quejas de la población. Los “suspirantes” nominados por Sheinbaum, por otra parte, de bramar. Tanto el tlatoani como su calcomanía Claudia, culpan a una “campaña sucia en los medios de comunicación”. Donde hubo una autoridad competente y eficaz consiguieron la reelección. Lo demás fue un voto de castigo.

El tabasqueño busca preservar a su proyecto estrella para el 24, defendiéndola a capa y espada. Del Metro, ya dijo que él se iba a ocupar de la información… A la susodicha la conminó a “acercarse a la gente” y le hizo cambios al gabinete, en el que se incluyó como secretario de Gobierno al líder porril Martí Batres, especialista en mover a los de abajo, a cambio de los consabidos dineros y privilegios.

Hay quien vio el “destape” con un cariz de acto democrático. La realidad es que pone a los nominados a sacarse los ojos antes de tiempo y los sitúa en una pelea que, de acuerdo a la trayectoria de algunas de las tribus morenacas, podría ser a muerte.

Ya tiene cantaleta para rato, aunque considera en el fondo de su alma que la única que podría seguir con su proyecto de la 4T es su incondicional capitalina, dispuesta a seguir sus instrucciones “sin quitarles una coma”.


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