/ sábado 9 de noviembre de 2019

Dios lloró

Pensares


Una famosa periodista había entrevistado a los personajes más famosos del mundo: Artistas, políticos, escritores, gobernantes, inventores. Le apasionaba la vida de aquellos que más habían influido en su comunidad y su pregunta más categórica era aquella que enfrentaba a estos personajes con sus propias obras.

Un día de camino a su oficina le dijo a su redactor que siempre había soñado con entrevistar al mismo Dios y hacerle la gran pregunta de su vida, la cual estaría relacionada con su obra máxima: El hombre.

De repente se vio envuelta por una gran luz en medio de un torbellino:

-¿Así que quieres entrevistarme a mí?, le preguntó Dios.

-Bueno -le contestó- si es que tienes tiempo.

Se sonrió y dijo:

-Mi tiempo se llama eternidad y alcanza para todo. ¿Qué pregunta quieres hacerme?

-Ninguna nueva ni difícil para ti: ¿Qué comentario te merece el hombre, a quien creaste a tu imagen y semejanza?

Un poco entristecido Dios me respondió: Se aburre de ser niño por la prisa de crecer y luego suspira por volver a ser niño. Que primero pierde la salud para tener dinero y enseguida pierde el dinero para recuperar la salud. Que se pasa toda la vida acumulando bienes que jamás disfrutará y sus hijos derrocharán; que por pensar ansiosamente en el futuro descuida su hora actual y no vive el presente ni el futuro.

Que se priva de disfrutar de sus hijos por el afán de progresar y cuando ya lo logra, descubre que perdió irremediablemente a sus hijos. Que se pasa la vida acumulando conocimientos y títulos, olvidándose que lo único importante es el amor. Que se pasa la vida buscando triunfos externos cuando ha fracasado en el hogar. Que se pasa la vida buscando la aprobación de los demás cuando ni siquiera él mismo se aprueba.

Que se pasa la vida buscando el golpe de suerte, ignorando que éste es producto de sus decisiones. Que se pasa la vida cambiando a los amigos sin comprender que son los amigos los que cambian. Que se pasa la vida acumulando dinero que compra todo, menos la felicidad. Que se pasa la vida acumulando rencores contra sus ofensores y lo único que obtiene es perjudicarse a sí mismo.

Que vive como si no fuera a morirse y sin embargo se muere como si no hubiera vivido. Que creé al hombre para que sea feliz, pero él escogió la infelicidad.

Por primera vez vi a Dios llorar.

Pensares


Una famosa periodista había entrevistado a los personajes más famosos del mundo: Artistas, políticos, escritores, gobernantes, inventores. Le apasionaba la vida de aquellos que más habían influido en su comunidad y su pregunta más categórica era aquella que enfrentaba a estos personajes con sus propias obras.

Un día de camino a su oficina le dijo a su redactor que siempre había soñado con entrevistar al mismo Dios y hacerle la gran pregunta de su vida, la cual estaría relacionada con su obra máxima: El hombre.

De repente se vio envuelta por una gran luz en medio de un torbellino:

-¿Así que quieres entrevistarme a mí?, le preguntó Dios.

-Bueno -le contestó- si es que tienes tiempo.

Se sonrió y dijo:

-Mi tiempo se llama eternidad y alcanza para todo. ¿Qué pregunta quieres hacerme?

-Ninguna nueva ni difícil para ti: ¿Qué comentario te merece el hombre, a quien creaste a tu imagen y semejanza?

Un poco entristecido Dios me respondió: Se aburre de ser niño por la prisa de crecer y luego suspira por volver a ser niño. Que primero pierde la salud para tener dinero y enseguida pierde el dinero para recuperar la salud. Que se pasa toda la vida acumulando bienes que jamás disfrutará y sus hijos derrocharán; que por pensar ansiosamente en el futuro descuida su hora actual y no vive el presente ni el futuro.

Que se priva de disfrutar de sus hijos por el afán de progresar y cuando ya lo logra, descubre que perdió irremediablemente a sus hijos. Que se pasa la vida acumulando conocimientos y títulos, olvidándose que lo único importante es el amor. Que se pasa la vida buscando triunfos externos cuando ha fracasado en el hogar. Que se pasa la vida buscando la aprobación de los demás cuando ni siquiera él mismo se aprueba.

Que se pasa la vida buscando el golpe de suerte, ignorando que éste es producto de sus decisiones. Que se pasa la vida cambiando a los amigos sin comprender que son los amigos los que cambian. Que se pasa la vida acumulando dinero que compra todo, menos la felicidad. Que se pasa la vida acumulando rencores contra sus ofensores y lo único que obtiene es perjudicarse a sí mismo.

Que vive como si no fuera a morirse y sin embargo se muere como si no hubiera vivido. Que creé al hombre para que sea feliz, pero él escogió la infelicidad.

Por primera vez vi a Dios llorar.

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