/ domingo 7 de junio de 2020

Disturbios raciales en Norteamérica

LA ESPIGA

“No puedo respirar…”. Con esta frase el Sr. George Floyd expresó su infortunio al ser asesinado por un policía arrogante que evidentemente abusó de su poder al someter a un afroamericano, a un “negro” marcado por el destino al ser una “persona de color” en un país donde el virus del racismo se mantiene vigente desde por lo menos 400 años.

Yo blanco, tú negro. Esta expresión sarcástica del odio racial cimbró a la sociedad norteamericana en este terrible 2020. El crimen de Floyd volvió a sacar a las calles a miles de personas hartas de la crueldad racial que todavía a estas alturas del siglo XXI continúa vigente en mentes y corazones de individuos rabiosamente incultos y faltos de ética.

Desde Minneapolis las olas del descontento fueron expandiéndose por todo el Imperio del Dólar. Las 75 principales ciudades como Nueva York, Los Ángeles, Chicago, Washington y Houston, registraron incendios, saqueos, marchas, enfrentamientos, devastación de centros comerciales y cuarteles policiacos. Jóvenes afroamericanos y anglos por igual tomaron las calles para mostrar su repudio al odio hacia la población “no blanca”.

2. En medio de la pandemia del Covid 19 se incendia la sociedad norteamericana. El racismo y el culto irracional a la violencia se mantienen como parte del modo de vida americano. Cada cierto tiempo salen a la luz ocasionando episodios de barbarie y caos; las autoridades deben imponer los toques de queda nocturnos para tratar de contener las manifestaciones y los actos delincuenciales.

3. Entre el temor y la esperanza. El desempleo y la crisis económica propiciada por el Covid 19 se combinó con el odio racial para golpear a la sociedad del confort y del alto consumo. El estado de emergencia se tuvo que imponer para combatir los ataques a policías; con bombas lacrimógenas se trató de contener el vandalismo, a los malosos mezclados con los que legítimamente reclaman justicia y respeto a los derechos humanos de las minorías “diferentes”: Afroamericanos, latinos, asiáticos. Santa Mónica, Salt Lake, Nashville, Nueva Orleans, Detroit, Las Vegas, Filadelfia, Miami, San Diego…a esos centros metropolitanos les llegó el caos, los saqueos de establecimientos, el incendio de patrullas y de edificios. Por las noches la anarquía sembrando el temor y la intranquilidad.

4. Éste no es el espíritu de Martin Luther King, éste es el caos. “No puedo respirar…”. La molestia de los manifestantes parecía no tener fin; las autoridades rebasadas por las multitudes mostraban los edificios destruidos, las ruinas después de los incendios, la devastación de los distritos comerciales. La televisión nacional mostró al mundo de lo que son capaces las multitudes enardecidas, mientras el presidente Trump parece echarle más gasolina al fuego tratando de seducir a sus simpatizantes.

Los almacenes de tiendas elegantes no se salvaron del fuego y los saqueos. Muy cerca de la Casa Blanca estalló la guerra racial, los vidrios rotos, las patrullas incendiadas, el horror y la consternación. Las autoridades ahora sí escucharon el mensaje.

oscarh1955@yahoo.com.mx


LA ESPIGA

“No puedo respirar…”. Con esta frase el Sr. George Floyd expresó su infortunio al ser asesinado por un policía arrogante que evidentemente abusó de su poder al someter a un afroamericano, a un “negro” marcado por el destino al ser una “persona de color” en un país donde el virus del racismo se mantiene vigente desde por lo menos 400 años.

Yo blanco, tú negro. Esta expresión sarcástica del odio racial cimbró a la sociedad norteamericana en este terrible 2020. El crimen de Floyd volvió a sacar a las calles a miles de personas hartas de la crueldad racial que todavía a estas alturas del siglo XXI continúa vigente en mentes y corazones de individuos rabiosamente incultos y faltos de ética.

Desde Minneapolis las olas del descontento fueron expandiéndose por todo el Imperio del Dólar. Las 75 principales ciudades como Nueva York, Los Ángeles, Chicago, Washington y Houston, registraron incendios, saqueos, marchas, enfrentamientos, devastación de centros comerciales y cuarteles policiacos. Jóvenes afroamericanos y anglos por igual tomaron las calles para mostrar su repudio al odio hacia la población “no blanca”.

2. En medio de la pandemia del Covid 19 se incendia la sociedad norteamericana. El racismo y el culto irracional a la violencia se mantienen como parte del modo de vida americano. Cada cierto tiempo salen a la luz ocasionando episodios de barbarie y caos; las autoridades deben imponer los toques de queda nocturnos para tratar de contener las manifestaciones y los actos delincuenciales.

3. Entre el temor y la esperanza. El desempleo y la crisis económica propiciada por el Covid 19 se combinó con el odio racial para golpear a la sociedad del confort y del alto consumo. El estado de emergencia se tuvo que imponer para combatir los ataques a policías; con bombas lacrimógenas se trató de contener el vandalismo, a los malosos mezclados con los que legítimamente reclaman justicia y respeto a los derechos humanos de las minorías “diferentes”: Afroamericanos, latinos, asiáticos. Santa Mónica, Salt Lake, Nashville, Nueva Orleans, Detroit, Las Vegas, Filadelfia, Miami, San Diego…a esos centros metropolitanos les llegó el caos, los saqueos de establecimientos, el incendio de patrullas y de edificios. Por las noches la anarquía sembrando el temor y la intranquilidad.

4. Éste no es el espíritu de Martin Luther King, éste es el caos. “No puedo respirar…”. La molestia de los manifestantes parecía no tener fin; las autoridades rebasadas por las multitudes mostraban los edificios destruidos, las ruinas después de los incendios, la devastación de los distritos comerciales. La televisión nacional mostró al mundo de lo que son capaces las multitudes enardecidas, mientras el presidente Trump parece echarle más gasolina al fuego tratando de seducir a sus simpatizantes.

Los almacenes de tiendas elegantes no se salvaron del fuego y los saqueos. Muy cerca de la Casa Blanca estalló la guerra racial, los vidrios rotos, las patrullas incendiadas, el horror y la consternación. Las autoridades ahora sí escucharon el mensaje.

oscarh1955@yahoo.com.mx