/ miércoles 16 de marzo de 2022

Economías en guerra

CONTRASENTIDO

Los desastres de la guerra entre Ucrania y Rusia han llegado a México. Nuestro país se enfrenta al dilema de a dónde aplicar los excedentes por la venta de petróleo, pero también tiene la urgencia de contener la escalada de los precios de las gasolinas. Así que la guerra no representa una gran ventaja para la economía mexicana, sino al contrario, les mete una gran presión a algunas variables.

Las sanciones económicas contra Rusia son el gran castigo de Occidente, pero al parecer no se han dado cuenta de que la globalización ha cuajado lo suficiente como para no ser inmunes a las consecuencias de sus propios actos. Es decir, medidas como limitar o cerrar operaciones comerciales con Rusia, significa el disminuir la oferta en el mercado de gas, gasolina y diversos productos fundamentales para las operaciones y productividad de Occidente.

Foto- Cortesía | Calexico

Tal parece que las rondas de negociación solo terminan en treguas para establecer corredores humanitarios, que solo son aspirinas contra un gran dolor de la humanidad, sin que se vea cerca el cese de hostilidades. Entonces, el fin de la guerra pudiera ser por los efectos de la economía. Así que en las próximas semanas veremos qué país se doblega ante las medidas económicas. ¿Estados Unidos y sus aliados podrán soportar el aumento de los precios de los combustibles? ¿Rusia podrá salir adelante sin la posibilidad de comercializar con Occidente?

El papel de la ciudadanía será sin duda soportar los embates de la economía internacional que se reflejarán en un aumento sostenido y generalizado de precios, escasez y pérdida de empleos en países no involucrados directamente en la guerra; mientras que los países en conflicto bélico deberán de cargar además con los muertos, el desplazamiento y diversas crueldades de la guerra.

Las economías en guerra develan que los ciudadanos hemos sido secuestrados por los intereses de los Estados, quitándonos toda representatividad ante las decisiones en las cuales todos salimos perjudicados. Los gobiernos se benefician económicamente por sus economías bélicas al tener acceso a grandes presupuestos para el desarrollo de armas e innovaciones militares. Y mientras no se cambie la base económica, los Estados buscarán inventarse enemigos públicos o guerras para convencer al ciudadano que el destino de gran parte del presupuesto debe ser militar y todo por guerras que ellos mismos crean.

¿Hasta cuándo los ciudadanos nos daremos cuenta del poder que tenemos para frenar las economías en guerra?

glinarez@hotmail.com

CONTRASENTIDO

Los desastres de la guerra entre Ucrania y Rusia han llegado a México. Nuestro país se enfrenta al dilema de a dónde aplicar los excedentes por la venta de petróleo, pero también tiene la urgencia de contener la escalada de los precios de las gasolinas. Así que la guerra no representa una gran ventaja para la economía mexicana, sino al contrario, les mete una gran presión a algunas variables.

Las sanciones económicas contra Rusia son el gran castigo de Occidente, pero al parecer no se han dado cuenta de que la globalización ha cuajado lo suficiente como para no ser inmunes a las consecuencias de sus propios actos. Es decir, medidas como limitar o cerrar operaciones comerciales con Rusia, significa el disminuir la oferta en el mercado de gas, gasolina y diversos productos fundamentales para las operaciones y productividad de Occidente.

Foto- Cortesía | Calexico

Tal parece que las rondas de negociación solo terminan en treguas para establecer corredores humanitarios, que solo son aspirinas contra un gran dolor de la humanidad, sin que se vea cerca el cese de hostilidades. Entonces, el fin de la guerra pudiera ser por los efectos de la economía. Así que en las próximas semanas veremos qué país se doblega ante las medidas económicas. ¿Estados Unidos y sus aliados podrán soportar el aumento de los precios de los combustibles? ¿Rusia podrá salir adelante sin la posibilidad de comercializar con Occidente?

El papel de la ciudadanía será sin duda soportar los embates de la economía internacional que se reflejarán en un aumento sostenido y generalizado de precios, escasez y pérdida de empleos en países no involucrados directamente en la guerra; mientras que los países en conflicto bélico deberán de cargar además con los muertos, el desplazamiento y diversas crueldades de la guerra.

Las economías en guerra develan que los ciudadanos hemos sido secuestrados por los intereses de los Estados, quitándonos toda representatividad ante las decisiones en las cuales todos salimos perjudicados. Los gobiernos se benefician económicamente por sus economías bélicas al tener acceso a grandes presupuestos para el desarrollo de armas e innovaciones militares. Y mientras no se cambie la base económica, los Estados buscarán inventarse enemigos públicos o guerras para convencer al ciudadano que el destino de gran parte del presupuesto debe ser militar y todo por guerras que ellos mismos crean.

¿Hasta cuándo los ciudadanos nos daremos cuenta del poder que tenemos para frenar las economías en guerra?

glinarez@hotmail.com