/ miércoles 9 de junio de 2021

Efervescencia electoral

CONTRASENTIDO

Por fin llega a su término la elección más difícil de la historia. El pasado domingo se vivió un proceso electoral complicado por su magnitud y por una pandemia que sigue amenazando la salud y tranquilidad de la ciudadanía, lo cual complicó en demasía el reclutamiento de funcionarios de casillas que habrían de ser quienes contarán los votos y dieran fe pública de la votación.

Al momento de redactar este artículo no se tiene la certeza de lo que sucederá en el recuento de votos, solo se tienen los ejercicios de encuestas previas publicadas que deberíamos de analizar para contrastar los resultados con estos ejercicios estadísticos. Solo así se podrá tener un padrón de encuestadoras que ejercen su función científica y no la de ser instrumentos tendenciosos de publicidad y de mala influencia para las decisiones de los ciudadanos. Así que, en ese sentido, la elección es una oportunidad para evolucionar en materia electoral.

Otro tema importante a visualizar en este proceso electoral es el tema de la urgente reforma política. Como nunca hubo alianzas, declinaciones y hasta traiciones entre los partidos políticos que en nada abonan a la democracia. Al momento de que una asociación se convierte en un partido político y se le otorga la autorización correspondiente, seguramente se hace pensando en la pluralidad y que se ha demostrado si es un espacio para el desfogue de una inquietud por un medio legal y organizado. Sin embargo, las alianzas sin ton ni son, las declinaciones y demás jugarretas de estos partidos dejan un mal sabor de boca entre la ciudadanía, por lo que deberá de buscarse la forma de regularse o endurecer medidas.

Esperemos que la efervescencia política de un raro proceso electoral haya tenido la fuerza suficiente para sacar a la población a ejercer su derecho a votar. Aunque más que un análisis lo anterior, más bien representa un mero deseo. Nuestro proceso electoral no solo es desgastante, sino que también es muy caro en costo económico y siempre triunfa el abstencionismo.

Es otro de los grandes males que no permiten que nuestra democracia cuaje perfectamente, porque en elecciones muy competidas los ganadores lo hacen con un porcentaje poco representativo del gran total de votantes y esto nos genera grandes conflictos al momento de gobernar.

Todo lo anterior nos deja como punto central el análisis del proceso electoral y no solo de los resultados. A final de cuentas el quién ganó y quién perdió debe ser sustituido por encontrar rutas de mejora que favorezcan nuestra democracia y, por ende, se concrete un mejor México para todos.

glinarez@hotmail.com


CONTRASENTIDO

Por fin llega a su término la elección más difícil de la historia. El pasado domingo se vivió un proceso electoral complicado por su magnitud y por una pandemia que sigue amenazando la salud y tranquilidad de la ciudadanía, lo cual complicó en demasía el reclutamiento de funcionarios de casillas que habrían de ser quienes contarán los votos y dieran fe pública de la votación.

Al momento de redactar este artículo no se tiene la certeza de lo que sucederá en el recuento de votos, solo se tienen los ejercicios de encuestas previas publicadas que deberíamos de analizar para contrastar los resultados con estos ejercicios estadísticos. Solo así se podrá tener un padrón de encuestadoras que ejercen su función científica y no la de ser instrumentos tendenciosos de publicidad y de mala influencia para las decisiones de los ciudadanos. Así que, en ese sentido, la elección es una oportunidad para evolucionar en materia electoral.

Otro tema importante a visualizar en este proceso electoral es el tema de la urgente reforma política. Como nunca hubo alianzas, declinaciones y hasta traiciones entre los partidos políticos que en nada abonan a la democracia. Al momento de que una asociación se convierte en un partido político y se le otorga la autorización correspondiente, seguramente se hace pensando en la pluralidad y que se ha demostrado si es un espacio para el desfogue de una inquietud por un medio legal y organizado. Sin embargo, las alianzas sin ton ni son, las declinaciones y demás jugarretas de estos partidos dejan un mal sabor de boca entre la ciudadanía, por lo que deberá de buscarse la forma de regularse o endurecer medidas.

Esperemos que la efervescencia política de un raro proceso electoral haya tenido la fuerza suficiente para sacar a la población a ejercer su derecho a votar. Aunque más que un análisis lo anterior, más bien representa un mero deseo. Nuestro proceso electoral no solo es desgastante, sino que también es muy caro en costo económico y siempre triunfa el abstencionismo.

Es otro de los grandes males que no permiten que nuestra democracia cuaje perfectamente, porque en elecciones muy competidas los ganadores lo hacen con un porcentaje poco representativo del gran total de votantes y esto nos genera grandes conflictos al momento de gobernar.

Todo lo anterior nos deja como punto central el análisis del proceso electoral y no solo de los resultados. A final de cuentas el quién ganó y quién perdió debe ser sustituido por encontrar rutas de mejora que favorezcan nuestra democracia y, por ende, se concrete un mejor México para todos.

glinarez@hotmail.com