/ martes 18 de septiembre de 2018

“El ave canta…”

Vientos


En un poema en donde apunto el carácter bravo de su autor, el vate Salvador Díaz Mirón, consignaba el valor de la seguridad, pero también la soberbia: “El ave canta aunque la rama cruja, como que sabe lo que son sus alas”.

Vale lo anterior por la afirmación del priísta de importantes fulgores Martín Lagos Pedrero, con quien me encontré ocasionalmente y en la breve charla me expresó con emoción plausible que el “infortunio no es perder una o dos veces… o tres, una elección presidencial. Que el infortunio de un partido político es perder siempre y no entender el error obcecado de su existencia estéril”.

Dijo además que la señora Claudia Ruiz-Massieu, secretaria general del Institucional, pretende su personal continuidad en su puesto y a la cabeza, del PRI nacional, argumentando entender las causas de la derrota del 1 de julio anterior que no se corrigieron en el momento oportuno, pero la orden fue tajante: permanecerá en el lugar que ocupa hoy hasta 2019 o antes, si ella decide renunciar.

“Claro -le respondí- y es que el “momento” fue tan largo que se inició en 1946, cuando el PRI nació autodestruyendo sus fundamentos extraídos de la Constitución de 1917”. No le agradó, lo sé, pero en esto de la política existen muchas argumentaciones, y lo peor, muchos errores por lo mismo.

El PRI pues, sin causar escándalo, toma las cosas en calma. “El ave canta aunque la rama cruja…”. El horizonte político no es negro: “Es peligroso en lo gubernamental que llega”, complementa don Martín.

El escenario en lo general es de asombro. El Partido Verde Ecologista de México (PVEM) anuncia con solemnidad teatral qué se espera del PRI. Que irá solo, de aquí en adelante. Seguramente la “vaca” ya no dio leche y hay que buscar otras ubres porque las propias siempre han estado secas… Esto lo dije yo, no don Martín, quien agregó que el Partido de la Revolución Democrática (PRD) quedó diezmado: “Su abrazo mortal con el PAN (Partido Acción Nacional) pareció de antemano como un suicidio colectivo. Y de los demás, mejor ni hablar”.

Antes de despedirnos, apuntó con su acostumbrada frase: “Salvo lo que usted opine, creo que a López Obrador le conviene tener enfrente a los partidos PRI y PAN. Necesita un referente histórico para justificar el poder que asumirá, que será de tipo imperial, como el de don Porfirio, un Porfirio moderno. Pero al PRD no descansará hasta hacerlo desaparecer. Hay muchas herramientas inservibles ahí, me supongo, que estorban a ‘Morena’ y que le suenan mal a sus oídos y sensibilidad política”.

Y nos despedimos con el mismo gusto de nuestro breve encuentro. Ojalá y se repitan. Voces así son inyecciones de oxígeno.


Vientos


En un poema en donde apunto el carácter bravo de su autor, el vate Salvador Díaz Mirón, consignaba el valor de la seguridad, pero también la soberbia: “El ave canta aunque la rama cruja, como que sabe lo que son sus alas”.

Vale lo anterior por la afirmación del priísta de importantes fulgores Martín Lagos Pedrero, con quien me encontré ocasionalmente y en la breve charla me expresó con emoción plausible que el “infortunio no es perder una o dos veces… o tres, una elección presidencial. Que el infortunio de un partido político es perder siempre y no entender el error obcecado de su existencia estéril”.

Dijo además que la señora Claudia Ruiz-Massieu, secretaria general del Institucional, pretende su personal continuidad en su puesto y a la cabeza, del PRI nacional, argumentando entender las causas de la derrota del 1 de julio anterior que no se corrigieron en el momento oportuno, pero la orden fue tajante: permanecerá en el lugar que ocupa hoy hasta 2019 o antes, si ella decide renunciar.

“Claro -le respondí- y es que el “momento” fue tan largo que se inició en 1946, cuando el PRI nació autodestruyendo sus fundamentos extraídos de la Constitución de 1917”. No le agradó, lo sé, pero en esto de la política existen muchas argumentaciones, y lo peor, muchos errores por lo mismo.

El PRI pues, sin causar escándalo, toma las cosas en calma. “El ave canta aunque la rama cruja…”. El horizonte político no es negro: “Es peligroso en lo gubernamental que llega”, complementa don Martín.

El escenario en lo general es de asombro. El Partido Verde Ecologista de México (PVEM) anuncia con solemnidad teatral qué se espera del PRI. Que irá solo, de aquí en adelante. Seguramente la “vaca” ya no dio leche y hay que buscar otras ubres porque las propias siempre han estado secas… Esto lo dije yo, no don Martín, quien agregó que el Partido de la Revolución Democrática (PRD) quedó diezmado: “Su abrazo mortal con el PAN (Partido Acción Nacional) pareció de antemano como un suicidio colectivo. Y de los demás, mejor ni hablar”.

Antes de despedirnos, apuntó con su acostumbrada frase: “Salvo lo que usted opine, creo que a López Obrador le conviene tener enfrente a los partidos PRI y PAN. Necesita un referente histórico para justificar el poder que asumirá, que será de tipo imperial, como el de don Porfirio, un Porfirio moderno. Pero al PRD no descansará hasta hacerlo desaparecer. Hay muchas herramientas inservibles ahí, me supongo, que estorban a ‘Morena’ y que le suenan mal a sus oídos y sensibilidad política”.

Y nos despedimos con el mismo gusto de nuestro breve encuentro. Ojalá y se repitan. Voces así son inyecciones de oxígeno.