/ miércoles 10 de julio de 2019

El chairo

EL MURO

Dicen que la gente de izquierda tiende a cargar con un sentimiento de inferioridad, con baja autoestima, sentimientos de impotencia, tendencias depresivas, derrotismo, culpa, auto aborrecimiento. Todo lo anterior se ha potenciado gracias la proyección que genera las redes sociales cibernéticas.

Derivado de chaeiro en un dialecto portugués, chairo significa en castellano algo que está plano. Sin embargo, en nuestro país en la actualidad el término se utiliza despectivamente para referir a personas con manifiesta oposición a la ideología de derecha, pero que no demuestra compromiso ni lleva a cabo acciones coherentes con su pensar.

Cuando alguien interpreta como ofensivo casi todo lo que se dice de él (o acerca de los grupos con quienes se identifica), es posible concluir que tiene sentimientos de inferioridad o baja autoestima. Esta tendencia está pronunciada entre los defensores de los derechos de las minorías, independiente de si pertenecen o no a alguna.

Aquellos que son más delicados sobre la terminología políticamente correcta, no suelen ser los negros ni los inmigrantes asiáticos, ni las mujeres maltratadas o personas imposibilitadas, sino una minoría de activistas, muchos de los cuales no pertenecen a ningún grupo “oprimido”, sino que provienen de estratos sociales privilegiados. La corrección política tiene su mayor arraigo entre los profesores universitarios, los cuales tienen empleo seguro con salarios confortables y -la mayoría de ellos- son varones.

Hipersensibles, muchos izquierdistas tienen una intensa identificación con los problemas de grupos que tienen una imagen de débiles, como las mujeres. Nunca admitirán en su fuero interno que tienen tales sentimientos, pero es precisamente por la visión que tienen de estos grupos como inferiores, por lo que se identifican con sus problemas.

Ojo con la tendencia masoquista de las tácticas izquierdistas: Protestan echándose ante los carros, provocan intencionalmente a la policía o a los opositores para que los maltraten. Estas tácticas a menudo pueden ser efectivas, pero muchos las usan no como medios para un fin, sino porque prefieren tácticas masoquistas. El odio por uno mismo es la característica izquierdista.

Todo lo anterior (salvo algunos detalles como la etimología de chairo y la referencia a las redes sociales), lo dijo Theodore Kaczynski en la obra de imprescindible lectura para el que está inquieto por la forma en que camina el mundo moderno: “La sociedad industrial y su futuro”. El valor del documento radica en su crudo, pero preciso análisis de la realidad, no tanto en el objetivo que busca y mucho menos en los métodos sugeridos para conseguirlo, porque justo por esa razón está recluido en una prisión de alta seguridad en Estados Unidos, condenado a cadena perpetua.

vicmarcen09@gmail.com

EL MURO

Dicen que la gente de izquierda tiende a cargar con un sentimiento de inferioridad, con baja autoestima, sentimientos de impotencia, tendencias depresivas, derrotismo, culpa, auto aborrecimiento. Todo lo anterior se ha potenciado gracias la proyección que genera las redes sociales cibernéticas.

Derivado de chaeiro en un dialecto portugués, chairo significa en castellano algo que está plano. Sin embargo, en nuestro país en la actualidad el término se utiliza despectivamente para referir a personas con manifiesta oposición a la ideología de derecha, pero que no demuestra compromiso ni lleva a cabo acciones coherentes con su pensar.

Cuando alguien interpreta como ofensivo casi todo lo que se dice de él (o acerca de los grupos con quienes se identifica), es posible concluir que tiene sentimientos de inferioridad o baja autoestima. Esta tendencia está pronunciada entre los defensores de los derechos de las minorías, independiente de si pertenecen o no a alguna.

Aquellos que son más delicados sobre la terminología políticamente correcta, no suelen ser los negros ni los inmigrantes asiáticos, ni las mujeres maltratadas o personas imposibilitadas, sino una minoría de activistas, muchos de los cuales no pertenecen a ningún grupo “oprimido”, sino que provienen de estratos sociales privilegiados. La corrección política tiene su mayor arraigo entre los profesores universitarios, los cuales tienen empleo seguro con salarios confortables y -la mayoría de ellos- son varones.

Hipersensibles, muchos izquierdistas tienen una intensa identificación con los problemas de grupos que tienen una imagen de débiles, como las mujeres. Nunca admitirán en su fuero interno que tienen tales sentimientos, pero es precisamente por la visión que tienen de estos grupos como inferiores, por lo que se identifican con sus problemas.

Ojo con la tendencia masoquista de las tácticas izquierdistas: Protestan echándose ante los carros, provocan intencionalmente a la policía o a los opositores para que los maltraten. Estas tácticas a menudo pueden ser efectivas, pero muchos las usan no como medios para un fin, sino porque prefieren tácticas masoquistas. El odio por uno mismo es la característica izquierdista.

Todo lo anterior (salvo algunos detalles como la etimología de chairo y la referencia a las redes sociales), lo dijo Theodore Kaczynski en la obra de imprescindible lectura para el que está inquieto por la forma en que camina el mundo moderno: “La sociedad industrial y su futuro”. El valor del documento radica en su crudo, pero preciso análisis de la realidad, no tanto en el objetivo que busca y mucho menos en los métodos sugeridos para conseguirlo, porque justo por esa razón está recluido en una prisión de alta seguridad en Estados Unidos, condenado a cadena perpetua.

vicmarcen09@gmail.com