/ viernes 18 de octubre de 2019

El Cuarto Poder…

Quo Vadis


Ligado al gremio periodístico desde hace medio siglo (aunque no lo parezca), en esta semana tuve el honor de presenciar el informe de resultados que luego de casi 12 años logró consolidar la compañera Alma Rosa Burciaga Salazar como presidenta de la Asociación de Periodistas de Mexicali A.C. (A.P.M.).

Al acto se dieron cita personalidades de la vida social, política y económica de la capital bajacaliforniana y por supuesto innumerables amistades “tundemáquinas”, fotógrafos, conductores de noticieros de radio, TV y redes, que en el quehacer periodístico y de la comunicación oficial he tenido oportunidad de compartir trabajo y otros que me tocó conducir en las mesas de Redacción e Información del ya extinto “Novedades de Baja California”…

Alma Rosa fue precisamente una de mis compañeras noveles más perceptivas en tiempos de enseñanza-aprendizaje. De tal suerte que pronto dominó las premisas del oficio reporteril y de ahí en adelante forjó un sólido destino, periodísticamente pulcro y ético, además de darle, como sucede con cualquier comunicador, un perfil único e irrepetible a su trabajo en las páginas del “Novedades” y luego en La Voz de la Frontera. Porque si bien hay formas básicas para redactar hechos de cualquier naturaleza, lo cierto es que cada quien escribe el qué, quién, cómo, cuándo, dónde o por qué a su manera...

Así el contexto fast track de Alma Rosa como periodista, siempre ganándose el respeto de terceros, aunque ahora, como presidenta que fue de la A.P.M., suma a su trayectoria merecidos reconocimientos y aplausos por sus alcances en beneficio de los integrantes de la Asociación, sin subestimar --para nada-- su enorme esfuerzo cuando consolidó el Grupo Comunicadoras de Mexicali, A.C. todavía vigente en la capital.

Enhorabuena entonces a Alma Rosa y a su equipo de colaboradores por sus logros para la A.P.M., una organización periodística con verdadera historia en la capital bajacaliforniana. A ellos mi sincero y amplio reconocimiento por su entrega en beneficio del gremio periodístico mexicalense, cuya presidencia quedará en manos de otro experimentado comunicador, el también amigo profesional y reconocido Arturo Galván Álvarez, que hereda una Asociación sólida, con patrimonio propio y ambiciosas acciones útiles para que quienes se dedican a la comunicación no solo gocen a plenitud de sus derechos, seguridad y libertad de expresión, sino de cierto bienestar y prerrogativas que algunos patrones niegan y que obligan a la multiplicación de los “freelance” (los que trabajan por cuenta propia).

En suma, ¡qué grato es corroborar que los periodistas crecen y mejoran su devenir!…porque de su trabajo, quiérase o no, adquiere forma la opinión pública o la vox populi (como quiera llamarle), da oportunidad de hacer eco a reclamos y expresiones de quienes no tienen liderazgo ni medios para hacerse escuchar de tal forma que en no pocas ocasiones ese trabajo periodístico muestra el “punch” del oficio ya convertido en profesión adictiva y que históricamente se le conoce como el Cuarto Poder. ¿O no?

Quo Vadis


Ligado al gremio periodístico desde hace medio siglo (aunque no lo parezca), en esta semana tuve el honor de presenciar el informe de resultados que luego de casi 12 años logró consolidar la compañera Alma Rosa Burciaga Salazar como presidenta de la Asociación de Periodistas de Mexicali A.C. (A.P.M.).

Al acto se dieron cita personalidades de la vida social, política y económica de la capital bajacaliforniana y por supuesto innumerables amistades “tundemáquinas”, fotógrafos, conductores de noticieros de radio, TV y redes, que en el quehacer periodístico y de la comunicación oficial he tenido oportunidad de compartir trabajo y otros que me tocó conducir en las mesas de Redacción e Información del ya extinto “Novedades de Baja California”…

Alma Rosa fue precisamente una de mis compañeras noveles más perceptivas en tiempos de enseñanza-aprendizaje. De tal suerte que pronto dominó las premisas del oficio reporteril y de ahí en adelante forjó un sólido destino, periodísticamente pulcro y ético, además de darle, como sucede con cualquier comunicador, un perfil único e irrepetible a su trabajo en las páginas del “Novedades” y luego en La Voz de la Frontera. Porque si bien hay formas básicas para redactar hechos de cualquier naturaleza, lo cierto es que cada quien escribe el qué, quién, cómo, cuándo, dónde o por qué a su manera...

Así el contexto fast track de Alma Rosa como periodista, siempre ganándose el respeto de terceros, aunque ahora, como presidenta que fue de la A.P.M., suma a su trayectoria merecidos reconocimientos y aplausos por sus alcances en beneficio de los integrantes de la Asociación, sin subestimar --para nada-- su enorme esfuerzo cuando consolidó el Grupo Comunicadoras de Mexicali, A.C. todavía vigente en la capital.

Enhorabuena entonces a Alma Rosa y a su equipo de colaboradores por sus logros para la A.P.M., una organización periodística con verdadera historia en la capital bajacaliforniana. A ellos mi sincero y amplio reconocimiento por su entrega en beneficio del gremio periodístico mexicalense, cuya presidencia quedará en manos de otro experimentado comunicador, el también amigo profesional y reconocido Arturo Galván Álvarez, que hereda una Asociación sólida, con patrimonio propio y ambiciosas acciones útiles para que quienes se dedican a la comunicación no solo gocen a plenitud de sus derechos, seguridad y libertad de expresión, sino de cierto bienestar y prerrogativas que algunos patrones niegan y que obligan a la multiplicación de los “freelance” (los que trabajan por cuenta propia).

En suma, ¡qué grato es corroborar que los periodistas crecen y mejoran su devenir!…porque de su trabajo, quiérase o no, adquiere forma la opinión pública o la vox populi (como quiera llamarle), da oportunidad de hacer eco a reclamos y expresiones de quienes no tienen liderazgo ni medios para hacerse escuchar de tal forma que en no pocas ocasiones ese trabajo periodístico muestra el “punch” del oficio ya convertido en profesión adictiva y que históricamente se le conoce como el Cuarto Poder. ¿O no?