/ sábado 18 de enero de 2020

El doctor

Pensares


Siendo las 6:00 de la mañana, se encontraba otro día más en camino hacia el hospital del Centro Médico para Enfermos con Cáncer. Ya habían visitado en numerosas ocasiones al doctor. Tanto su hermana como su madre se encontraban esperando su turno para ser atendidas, los doctores ya conocían el caso. Su hermana tenía un agudo dolor en los senos y un olor fétido por la pus que se estaba formando.

El caso se iba complicando conforme pasaba el tiempo y la realidad se hacía cada vez más dura cuando conocieron los resultados de los análisis. El último día se conocieron los mismos que confirmaron aquella dolorosa realidad que todos en casa ya conocían, pero se resistían a aceptar.

Entró su hermana al consultorio para recibir los documentos y el diagnóstico y mientras ello ocurría su madre se dirigió a una pequeña capilla ubicada dentro del mismo hospital para orar por la salud de su hija, pidiendo por su mejoría y su recuperación. Regresó a la puerta del consultorio para esperar que ella saliera con sus resultados y ayudarla en ese momento, pues sabía que lo que afrontaría su hija no sería nada fácil y le iba a causar un profundo dolor.

Al abrirse la puerta del consultorio, la madre vio a su hija salir muy desconcertada con sus documentos en la mano, por lo que supuso lo peor. Sin embargo, cuando la madre se acercó ella le contó que le daba gracia a Dios pues no tenía absolutamente nada, estaba sana; ni los doctores se explicaban el hecho, pero ya no tenía ningún problema en los senos, estaba curada.

Fue en ese momento cuando su madre le preguntó por el doctor que la acompañó hasta la puerta, pues tenía facciones de extranjero, a lo que ella le respondió que no, que solamente estaba el doctor y la enfermera que siempre la atendían. Nadie la acompañó hasta la puerta, no había otra persona más. Pero su madre sí la había visto y pudo reconocer finalmente quién era ese hombre. Era Jesús, Él curó y salvó a su hija.

Ella tiene ahora 30 años, es casada, formó una linda familia con dos hijos y hasta ahora su salud ha permanecido inquebrantable.

Pensares


Siendo las 6:00 de la mañana, se encontraba otro día más en camino hacia el hospital del Centro Médico para Enfermos con Cáncer. Ya habían visitado en numerosas ocasiones al doctor. Tanto su hermana como su madre se encontraban esperando su turno para ser atendidas, los doctores ya conocían el caso. Su hermana tenía un agudo dolor en los senos y un olor fétido por la pus que se estaba formando.

El caso se iba complicando conforme pasaba el tiempo y la realidad se hacía cada vez más dura cuando conocieron los resultados de los análisis. El último día se conocieron los mismos que confirmaron aquella dolorosa realidad que todos en casa ya conocían, pero se resistían a aceptar.

Entró su hermana al consultorio para recibir los documentos y el diagnóstico y mientras ello ocurría su madre se dirigió a una pequeña capilla ubicada dentro del mismo hospital para orar por la salud de su hija, pidiendo por su mejoría y su recuperación. Regresó a la puerta del consultorio para esperar que ella saliera con sus resultados y ayudarla en ese momento, pues sabía que lo que afrontaría su hija no sería nada fácil y le iba a causar un profundo dolor.

Al abrirse la puerta del consultorio, la madre vio a su hija salir muy desconcertada con sus documentos en la mano, por lo que supuso lo peor. Sin embargo, cuando la madre se acercó ella le contó que le daba gracia a Dios pues no tenía absolutamente nada, estaba sana; ni los doctores se explicaban el hecho, pero ya no tenía ningún problema en los senos, estaba curada.

Fue en ese momento cuando su madre le preguntó por el doctor que la acompañó hasta la puerta, pues tenía facciones de extranjero, a lo que ella le respondió que no, que solamente estaba el doctor y la enfermera que siempre la atendían. Nadie la acompañó hasta la puerta, no había otra persona más. Pero su madre sí la había visto y pudo reconocer finalmente quién era ese hombre. Era Jesús, Él curó y salvó a su hija.

Ella tiene ahora 30 años, es casada, formó una linda familia con dos hijos y hasta ahora su salud ha permanecido inquebrantable.

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