/ domingo 8 de noviembre de 2020

El inicio de la Revolución Mexicana

La Espiga


El Plan de San Luis convocó a los mexicanos a levantarse en armas en contra de la prolongada dictadura de Porfirio Díaz, quien desde 1877 hasta 1911 se mantuvo en el poder.

Francisco I. Madero, el único y auténtico líder revolucionario mexicano, pretendía instaurar la democracia en nuestro país mediante elecciones libres y un programa de gobierno sustentado en la no reelección y las libertades civiles. El Partido Nacional Antirreeleccionista de Madero logró prender los ánimos de varias figuras regionales interesadas en mejorar las condiciones de vida de sus compatriotas.

En su Manifiesto a la Nación, el Plan de San Luis hace una evaluación del gobierno encabezado por el Gral. Porfirio Díaz, el cual estaba basado en el poder de las armas y no el Estado de Derecho. Para el movimiento encabezado por Madero “…el gobierno de Díaz no tiene por objeto el engrandecimiento y prosperidad de la patria, sino enriquecer a un pequeño grupo que abusando de su influencia ha convertido a los puestos públicos en fuente de beneficios exclusivamente personales, explotando sin escrúpulos todas las concesiones y contratos lucrativos…”.

“Tanto el Poder Legislativo como el Judicial están completamente supeditados al Ejecutivo, la soberanía de los Estados, la libertad de los Ayuntamientos y los derechos del ciudadano solo existen escritos en nuestra Carta Magna, pero de hecho en México solo reina la Ley Marcia, la amenaza de la prolongación de la dictadura cada día más onerosa, más despótica y más inmoral…”.

El Plan de San Luis declara nulas las elecciones de junio de 1910 y desconoce al gobierno del Gral. Díaz, a los titulares de los poderes Legislativo y Judicial, incluyendo a gobernadores y presidentes municipales del país, además Madero asume el cargo de Presidente provisional hasta que caiga el dictador y se convoque a nuevas elecciones generales extraordinarias con arreglo a la ley.

Este llamado al derrocamiento de Porfirio Díaz dio inicio a la Revolución Mexicana encargada de transformar las estructuras del poder, de brindar nuevas condiciones de vida a las masas desheredadas. Aquel 20 de noviembre de 1910 comenzó una encarnizada guerra civil que afectó a todo el país: En el norte los caudillos Pascual Orozco y Pancho Villa; en el sur Emiliano Zapata, iniciaron sus ataques a las fuerzas federales logrando generar simpatías entre la población.

Otros precursores revolucionarios fueron los hermanos Ricardo y Enrique Flores Magón, quienes se enfrentaron a la dictadura porfirista. El 29 de enero de 1911 un grupo de combatientes improvisados invade Baja California. Desde Mexicali proclaman su interés de “arrancar las tierras de la tiranía capitalista”. Ricardo y Enrique Flores Magón radicados en Los Ángeles, Ca., promueven el avance de sus combatientes pertenecientes al Partido Liberal Mexicano. Su intención era apoderarse de Baja California para contribuir a la caída del régimen unipersonal de Díaz.

El 14 de junio de 1911 la policía de Los Ángeles, Ca., captura a Ricardo Flores Magón, con lo que este precursor de la Revolución Mexicana inicia un prolongado cautiverio que culmina en 1922 en la prisión federal de Kansas. El 26 de junio de 1911 arriba a Mexicali el mayor de Caballería, Esteban Cantú Jiménez, con la misión de restablecer el orden en esta región.

La Espiga


El Plan de San Luis convocó a los mexicanos a levantarse en armas en contra de la prolongada dictadura de Porfirio Díaz, quien desde 1877 hasta 1911 se mantuvo en el poder.

Francisco I. Madero, el único y auténtico líder revolucionario mexicano, pretendía instaurar la democracia en nuestro país mediante elecciones libres y un programa de gobierno sustentado en la no reelección y las libertades civiles. El Partido Nacional Antirreeleccionista de Madero logró prender los ánimos de varias figuras regionales interesadas en mejorar las condiciones de vida de sus compatriotas.

En su Manifiesto a la Nación, el Plan de San Luis hace una evaluación del gobierno encabezado por el Gral. Porfirio Díaz, el cual estaba basado en el poder de las armas y no el Estado de Derecho. Para el movimiento encabezado por Madero “…el gobierno de Díaz no tiene por objeto el engrandecimiento y prosperidad de la patria, sino enriquecer a un pequeño grupo que abusando de su influencia ha convertido a los puestos públicos en fuente de beneficios exclusivamente personales, explotando sin escrúpulos todas las concesiones y contratos lucrativos…”.

“Tanto el Poder Legislativo como el Judicial están completamente supeditados al Ejecutivo, la soberanía de los Estados, la libertad de los Ayuntamientos y los derechos del ciudadano solo existen escritos en nuestra Carta Magna, pero de hecho en México solo reina la Ley Marcia, la amenaza de la prolongación de la dictadura cada día más onerosa, más despótica y más inmoral…”.

El Plan de San Luis declara nulas las elecciones de junio de 1910 y desconoce al gobierno del Gral. Díaz, a los titulares de los poderes Legislativo y Judicial, incluyendo a gobernadores y presidentes municipales del país, además Madero asume el cargo de Presidente provisional hasta que caiga el dictador y se convoque a nuevas elecciones generales extraordinarias con arreglo a la ley.

Este llamado al derrocamiento de Porfirio Díaz dio inicio a la Revolución Mexicana encargada de transformar las estructuras del poder, de brindar nuevas condiciones de vida a las masas desheredadas. Aquel 20 de noviembre de 1910 comenzó una encarnizada guerra civil que afectó a todo el país: En el norte los caudillos Pascual Orozco y Pancho Villa; en el sur Emiliano Zapata, iniciaron sus ataques a las fuerzas federales logrando generar simpatías entre la población.

Otros precursores revolucionarios fueron los hermanos Ricardo y Enrique Flores Magón, quienes se enfrentaron a la dictadura porfirista. El 29 de enero de 1911 un grupo de combatientes improvisados invade Baja California. Desde Mexicali proclaman su interés de “arrancar las tierras de la tiranía capitalista”. Ricardo y Enrique Flores Magón radicados en Los Ángeles, Ca., promueven el avance de sus combatientes pertenecientes al Partido Liberal Mexicano. Su intención era apoderarse de Baja California para contribuir a la caída del régimen unipersonal de Díaz.

El 14 de junio de 1911 la policía de Los Ángeles, Ca., captura a Ricardo Flores Magón, con lo que este precursor de la Revolución Mexicana inicia un prolongado cautiverio que culmina en 1922 en la prisión federal de Kansas. El 26 de junio de 1911 arriba a Mexicali el mayor de Caballería, Esteban Cantú Jiménez, con la misión de restablecer el orden en esta región.