Aunque la pandemia del Covid oficialmente ya terminó, la infodemia, la propagación constante de noticias alarmantes sin fundamento, continúa.
En pleno confinamiento, hace tres años muchos soñaban con el día en el cual alguna autoridad anunciara que la situación había sido resuelta. Imaginaron una fiesta mundial, una en donde todos nos fundiríamos en un tierno abrazo lagrimoso y no era para menos, porque se supone ya estaríamos en un mundo mejor, lleno de personas nobles.
Finalmente ese día llegó, pero nadie lo tomó en cuenta. El 5 de mayo de este 2023, el director de la Organización Mundial de Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, anunció la finalización de la alerta sanitaria mundial iniciada el 30 de enero del 2020 por el surgimiento del SARS-CoV-2. “Con gran esperanza, declaro la culminación de la emergencia de salud mundial por el Covid-19”, escribió en redes sociales.
Esto no significa la ausencia de problemas, solo quiere decir que los riesgos pasan a ser locales, propios de regiones. De pandemia regresa a epidemia o endemia.
Los expertos proyectan dos escenarios futuros para este coronavirus: El primero es convertirse en una enfermedad estacional; el otro plantea su desaparición, algo no tan raro como podría suponerse. El virus de la gripe española, el de la pandemia de 1918, ya no existe, lo mismo le pasó al del SARS de 2003 o incluso al virus original de la viruela (“The deadly viruses that...” “Los virus mortales que desaparecieron sin dejar rastro”).
“Si no se erradica, el virus probablemente se volverá endémico, un proceso que podría llevar años o décadas. Podemos establecer que se ha alcanzado la persistencia endémica si el virus muestra patrones repetibles en la prevalencia, año tras año, por ejemplo, fluctuaciones estacionales regulares y ningún pico fuera de temporada” (“The evolution of SARS-CoV-2”, artículo publicado el 5 de abril del 2023, en la revista Nature).
Los casos que estamos viviendo en estos momentos son el resultado de las diversas mutaciones del virus, algunas de las cuales han conseguido ser eficaces en la reinfección de personas inmunes, es decir, individuos aparentemente protegidos, ya sea por contagio previo o por vacunación.
Pero eso no es evidencia de que la situación crecerá lo suficiente como para volver a declarar otra alarma mundial. Los mensajes de Whatsapp generadores de ansiedad son parte de la infodemia, el verdadero mal y la responsable de que, a pesar de tener la situación bajo control, termine por generar la sensación de que esto nunca va a acabar.
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