/ sábado 16 de octubre de 2021

El “pan" del Cielo …

Vientos


En la vieja casona tipo inglés a donde llegué a vivir al año de nacido en la avenida Obregón 166, entre diagonal Ryerson y calle 2da. de la también vieja Ensenada, mi abuela paterna, doña María, sembró, como en todas las casas en las que vivió, un árbol llamado de dos maneras: “Huele de noche” o “Pan del cielo”.

Mi madre fue sembrando un jardín que hiciera juego con las rozagantes hortensias receptoras de amigos y visitantes a los lados del ingreso al “porch” que se anticipaba al umbral de la entrada de la sala. Así combinó el rosado y multicolor hortensial con el llamativo esplendor de las modestas violetas; el blanco puro y su pistilo amarillo de los alcatraces que llamábamos “cornetas”; un poco más allá un árbol de durazno que cuando florecía hacia coro con las presumidas rosas, unas rosas, otras amarillas y otras rojas como mi sangre joven; cubriendo los cercos occidentales, los modestos geranios rojos también y los heliotropos violetas de hojas “velludas” imanes de abejas y chupamirtos y los alelíes y los chicharos multicolores y más cuyos nombres ya olvide.

Mi madre, la autora de este paraíso nuestro, me instruyó acerca de su regado: “El riego no es igual”, me dijo; “unas plantas requieren menos agua que otras. Unas se riegan de día, temprano y otras, de tarde con poca agua” y me indicó el orden en que estaba sembrado su Edén.... “Las flores son un producto divino.... como tú. Hay que corresponder al Señor en sus dádivas maravillosas cuidándolas con esmero. Todas y todos traen un “pan” bajo el brazo al nacer como premio a su buen comportamiento”. Su muerte aún la sigo llorando.


Marina del Pilar Ávila Olmeda, la candidata de la coalición Juntos Haremos Historia en Baja California (Morena-PT-PVEM) / Foto: Jorge Galindo | La Voz de la Frontera


Y perdón mi disgregado, pero el tema vino tras conocer el embarazo de nuestra próxima gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda, cuyo producto (ella o él) traerán su “pan” bajo el brazo y serán el mejor estímulo para su desempeño. Este escribidor desde la altura de sus noventa y tres años (93), sólo puede ofrecerle consejos si los necesitara. Pero Leo su gran capacidad para hacer vigente su modernidad.

Antes de iniciarse en su encargo, la joven doña Marina ya tiene un alud de “adivinos”. Le avisan de las deudas que le deja su antecesor, como si ella no fuera lo suficiente preparada para saberlo y me imagino, arreglar la herramienta y las vías para buscar las soluciones de su encargo. Y es que doña Marina tienes tantos amigos en su entorno, de todos los colores políticos, que a su oposición les parece “rentable” políticamente, aunque tangencialmente “avisarle” como vehículo para agredir al presidente López Obrador. Y van a usar todos los caminos, pues los vómitos como ese de la coalición PAN-PRI-PRD no quieren quedarse con su basca en la garganta.

No viviré para ver el triunfo de la 4T. Pero será. El mundo ya vio que el extremo capitalismo (anticipado por Marx), ha enriquecido a un grupito que determina el quehacer político en el mundo, mientras siguen apartando al 90% de la población en la pobreza extrema. Y no soy comunista: en ese sentido, sin ser católico, soy cristiano. La justicia es amor y eso no reza en el “Corán” de los ambiciosos del dinero y del poder.

Vientos


En la vieja casona tipo inglés a donde llegué a vivir al año de nacido en la avenida Obregón 166, entre diagonal Ryerson y calle 2da. de la también vieja Ensenada, mi abuela paterna, doña María, sembró, como en todas las casas en las que vivió, un árbol llamado de dos maneras: “Huele de noche” o “Pan del cielo”.

Mi madre fue sembrando un jardín que hiciera juego con las rozagantes hortensias receptoras de amigos y visitantes a los lados del ingreso al “porch” que se anticipaba al umbral de la entrada de la sala. Así combinó el rosado y multicolor hortensial con el llamativo esplendor de las modestas violetas; el blanco puro y su pistilo amarillo de los alcatraces que llamábamos “cornetas”; un poco más allá un árbol de durazno que cuando florecía hacia coro con las presumidas rosas, unas rosas, otras amarillas y otras rojas como mi sangre joven; cubriendo los cercos occidentales, los modestos geranios rojos también y los heliotropos violetas de hojas “velludas” imanes de abejas y chupamirtos y los alelíes y los chicharos multicolores y más cuyos nombres ya olvide.

Mi madre, la autora de este paraíso nuestro, me instruyó acerca de su regado: “El riego no es igual”, me dijo; “unas plantas requieren menos agua que otras. Unas se riegan de día, temprano y otras, de tarde con poca agua” y me indicó el orden en que estaba sembrado su Edén.... “Las flores son un producto divino.... como tú. Hay que corresponder al Señor en sus dádivas maravillosas cuidándolas con esmero. Todas y todos traen un “pan” bajo el brazo al nacer como premio a su buen comportamiento”. Su muerte aún la sigo llorando.


Marina del Pilar Ávila Olmeda, la candidata de la coalición Juntos Haremos Historia en Baja California (Morena-PT-PVEM) / Foto: Jorge Galindo | La Voz de la Frontera


Y perdón mi disgregado, pero el tema vino tras conocer el embarazo de nuestra próxima gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda, cuyo producto (ella o él) traerán su “pan” bajo el brazo y serán el mejor estímulo para su desempeño. Este escribidor desde la altura de sus noventa y tres años (93), sólo puede ofrecerle consejos si los necesitara. Pero Leo su gran capacidad para hacer vigente su modernidad.

Antes de iniciarse en su encargo, la joven doña Marina ya tiene un alud de “adivinos”. Le avisan de las deudas que le deja su antecesor, como si ella no fuera lo suficiente preparada para saberlo y me imagino, arreglar la herramienta y las vías para buscar las soluciones de su encargo. Y es que doña Marina tienes tantos amigos en su entorno, de todos los colores políticos, que a su oposición les parece “rentable” políticamente, aunque tangencialmente “avisarle” como vehículo para agredir al presidente López Obrador. Y van a usar todos los caminos, pues los vómitos como ese de la coalición PAN-PRI-PRD no quieren quedarse con su basca en la garganta.

No viviré para ver el triunfo de la 4T. Pero será. El mundo ya vio que el extremo capitalismo (anticipado por Marx), ha enriquecido a un grupito que determina el quehacer político en el mundo, mientras siguen apartando al 90% de la población en la pobreza extrema. Y no soy comunista: en ese sentido, sin ser católico, soy cristiano. La justicia es amor y eso no reza en el “Corán” de los ambiciosos del dinero y del poder.