/ sábado 27 de noviembre de 2021

El tiempo

PENSARES

Ya eran 18 años que una persona estaba trabajando para la Volvo, compañía sueca. Trabajar con ellos es una convivencia por lo menos interesante, cualquier proyecto tarda dos años para materializarse aquí, aun cuando la idea sea brillante es regla.

En los procesos globales en nosotros los efectos por los resultados inmediatos causan una ansiedad generalizada. Sin embargo, nuestro sentido de urgencia no produce ningún efecto en este periodo.

Para tener una idea, la Volvo fabrica los motores de propulsión para los cohetes de la NASA a sus grupos globales. El sueco puede estar incorrecto, pero es el que paga los salarios. Sin embargo, deberíamos pensar que no conozco a gente que tenga una cultura más colectiva sobre eso para que tengamos una noción. La primera vez que fue para allá, uno de los colegas suecos lo recogía del hotel todas las mañanas. En septiembre hacía frío y una leve ventisca, llegaron temprano a la Volvo y él estacionó su carro lejos de la puerta de entrada.

El primer día no le dijo nada, ni el segundo ni el tercero. Más adelante con un poco más de confianza le preguntó:

-¿Este es tu lugar para estacionarte?, he notado que como llegamos temprano el estacionamiento está vacío y dejas el carro en el extremo.

Y le contestó así de simple:

-Es que llegamos temprano, entonces nosotros tenemos tiempo para caminar. Para quienes llegan después es mejor que estén más cerca de la puerta, ¿no piensas lo mismo?

Imaginen la vergüenza que le dio. Esto lo hizo revisar sus conceptos. ¿Será verdad que los viejos dichos “Caminando despacio se puede llegar lejos” o “La rapidez que siendo enemigo de la perfección, no merece otra vez nuestra atención”, en estas épocas de locura salvaje?

Será que nuestras compañías tendrían que pensar también en programas serios de calidad sin prisa, incluso para aumentar la productividad y calidad de nuestros productos y servicios, sin la pérdida necesaria de la calidad del ser.

Alguna gente vive en función del tiempo, pero parece que solamente lo alcanza cuando muere infartada; para otros el tiempo tarda en pasar, están ansiosos con el futuro y se olvidan de vivir el presente, que es lo único que existe.

Necesitamos saber aprovechar cada momento, porque la vida es lo que sucede mientras hacemos planes para el futuro. Pensemos: ¿Hasta qué punto vale la pena negarse ciertos gustos como estar con su familia, estar con la persona amada, ir a pescar el fin

de semana, tomarse un refrigerio con los amigos? Después podría ser demasiado tarde.

PENSARES

Ya eran 18 años que una persona estaba trabajando para la Volvo, compañía sueca. Trabajar con ellos es una convivencia por lo menos interesante, cualquier proyecto tarda dos años para materializarse aquí, aun cuando la idea sea brillante es regla.

En los procesos globales en nosotros los efectos por los resultados inmediatos causan una ansiedad generalizada. Sin embargo, nuestro sentido de urgencia no produce ningún efecto en este periodo.

Para tener una idea, la Volvo fabrica los motores de propulsión para los cohetes de la NASA a sus grupos globales. El sueco puede estar incorrecto, pero es el que paga los salarios. Sin embargo, deberíamos pensar que no conozco a gente que tenga una cultura más colectiva sobre eso para que tengamos una noción. La primera vez que fue para allá, uno de los colegas suecos lo recogía del hotel todas las mañanas. En septiembre hacía frío y una leve ventisca, llegaron temprano a la Volvo y él estacionó su carro lejos de la puerta de entrada.

El primer día no le dijo nada, ni el segundo ni el tercero. Más adelante con un poco más de confianza le preguntó:

-¿Este es tu lugar para estacionarte?, he notado que como llegamos temprano el estacionamiento está vacío y dejas el carro en el extremo.

Y le contestó así de simple:

-Es que llegamos temprano, entonces nosotros tenemos tiempo para caminar. Para quienes llegan después es mejor que estén más cerca de la puerta, ¿no piensas lo mismo?

Imaginen la vergüenza que le dio. Esto lo hizo revisar sus conceptos. ¿Será verdad que los viejos dichos “Caminando despacio se puede llegar lejos” o “La rapidez que siendo enemigo de la perfección, no merece otra vez nuestra atención”, en estas épocas de locura salvaje?

Será que nuestras compañías tendrían que pensar también en programas serios de calidad sin prisa, incluso para aumentar la productividad y calidad de nuestros productos y servicios, sin la pérdida necesaria de la calidad del ser.

Alguna gente vive en función del tiempo, pero parece que solamente lo alcanza cuando muere infartada; para otros el tiempo tarda en pasar, están ansiosos con el futuro y se olvidan de vivir el presente, que es lo único que existe.

Necesitamos saber aprovechar cada momento, porque la vida es lo que sucede mientras hacemos planes para el futuro. Pensemos: ¿Hasta qué punto vale la pena negarse ciertos gustos como estar con su familia, estar con la persona amada, ir a pescar el fin

de semana, tomarse un refrigerio con los amigos? Después podría ser demasiado tarde.

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