/ viernes 24 de enero de 2020

Enfermedades que matan…

Quo Vadis


Coyunturalmente, el miércoles de la semana que termina decenas de padres de familia de 50 menores que padecen cáncer y no tienen a su alcance medicinas en tiempo y forma del Sector Salud; se manifestaron violentamente en el aeropuerto de la Ciudad de México y en momentos en que las autoridades inician acciones preventivas acerca de un variante de los coronavirus que ha provocado alertas en China y en otras partes del mundo.

Hay más: Muchas más enfermedades que ponen el riesgo de la salud de las personas particularmente, como el H1N1 que en años anteriores causó histeria y pánico en México por la forma mortal en que se extendió por incapacidad e inexperiencia de hospitales privados y públicos; el famoso zika, chikungunya o dengue, cuya transmisión es por piquete de moscos o también la amiba de la vida libre que radica en aguas sucias en Mexicali y con saldo letal escalofriante.

Esto no es exageración. Algunos medios de comunicación tratan los temas de actualidad con objetividad y profesionalismo, literalmente “bombardeando” a sus receptores con nutrida información preventiva para que todos y cada uno de los que pueden y saben asuman las medidas pertinentes y protejan a los frágiles y débiles de su entorno.

El caso es que, para como están las experiencias en México y el mundo con las enfermedades que matan, es claro que en la mayoría de las ocasiones se combaten de manera impropia y corresponde, repito, a los que pueden y saben de los riesgos asumir las medidas preventivas menores y mayores por una simple y sencilla razón: Porque sin la atención adecuada, en poco tiempo puede llegar un desenlace indeseable.

En algunos aeropuertos de China, por ejemplo, toman temperatura de todos los que andan en tránsito en menos de 5 segundos y el uso de “cubrebocas” se generaliza tanto que se agotó la existencia en diversos sitios…mientras en México hay especial esmero de las autoridades federales en señalar que no haya pánico, que en nuestro país están preparados (¿?) para atender esa problemática, pero “hay que lavarse las manos continuamente, cubrirse al estornudar o toser como cuando hay temporada de frío con enfermedades como la influenza (sic).

Así, mientras en Asia, Europa y partes de América crece la alerta, en México el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, dice que “es importante informar de manera transparente sobre lo que pudiera identificarse en el país, así como no generar alarmismo y apegarse a la realidad”.

Bueno, pues si los mexicanos nos atenemos a esas posturas y la triste realidad de que NO EXISTE TRATAMIENTO PARA TRATAR EL CORONAVIRUS y que EL PERÍODO DE DURACIÓN DE ESTA ENFERMEDAD NO SE HA CALCULADO, es importante para usted, para el que esto escribe y para quien quiera hacer lo propio, tener en cuenta que la “nueva” enfermedad se transmite de persona a persona y que las autoridades chinas, hasta este miércoles 22, han reportado 17 decesos y contabilizado más de 400 casos confirmados. A buen entendedor, pues, pocas palabras. ¿O no?

Quo Vadis


Coyunturalmente, el miércoles de la semana que termina decenas de padres de familia de 50 menores que padecen cáncer y no tienen a su alcance medicinas en tiempo y forma del Sector Salud; se manifestaron violentamente en el aeropuerto de la Ciudad de México y en momentos en que las autoridades inician acciones preventivas acerca de un variante de los coronavirus que ha provocado alertas en China y en otras partes del mundo.

Hay más: Muchas más enfermedades que ponen el riesgo de la salud de las personas particularmente, como el H1N1 que en años anteriores causó histeria y pánico en México por la forma mortal en que se extendió por incapacidad e inexperiencia de hospitales privados y públicos; el famoso zika, chikungunya o dengue, cuya transmisión es por piquete de moscos o también la amiba de la vida libre que radica en aguas sucias en Mexicali y con saldo letal escalofriante.

Esto no es exageración. Algunos medios de comunicación tratan los temas de actualidad con objetividad y profesionalismo, literalmente “bombardeando” a sus receptores con nutrida información preventiva para que todos y cada uno de los que pueden y saben asuman las medidas pertinentes y protejan a los frágiles y débiles de su entorno.

El caso es que, para como están las experiencias en México y el mundo con las enfermedades que matan, es claro que en la mayoría de las ocasiones se combaten de manera impropia y corresponde, repito, a los que pueden y saben de los riesgos asumir las medidas preventivas menores y mayores por una simple y sencilla razón: Porque sin la atención adecuada, en poco tiempo puede llegar un desenlace indeseable.

En algunos aeropuertos de China, por ejemplo, toman temperatura de todos los que andan en tránsito en menos de 5 segundos y el uso de “cubrebocas” se generaliza tanto que se agotó la existencia en diversos sitios…mientras en México hay especial esmero de las autoridades federales en señalar que no haya pánico, que en nuestro país están preparados (¿?) para atender esa problemática, pero “hay que lavarse las manos continuamente, cubrirse al estornudar o toser como cuando hay temporada de frío con enfermedades como la influenza (sic).

Así, mientras en Asia, Europa y partes de América crece la alerta, en México el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, dice que “es importante informar de manera transparente sobre lo que pudiera identificarse en el país, así como no generar alarmismo y apegarse a la realidad”.

Bueno, pues si los mexicanos nos atenemos a esas posturas y la triste realidad de que NO EXISTE TRATAMIENTO PARA TRATAR EL CORONAVIRUS y que EL PERÍODO DE DURACIÓN DE ESTA ENFERMEDAD NO SE HA CALCULADO, es importante para usted, para el que esto escribe y para quien quiera hacer lo propio, tener en cuenta que la “nueva” enfermedad se transmite de persona a persona y que las autoridades chinas, hasta este miércoles 22, han reportado 17 decesos y contabilizado más de 400 casos confirmados. A buen entendedor, pues, pocas palabras. ¿O no?