PENSARES
Un pequeño de 6 años decidió una mañana prepararles pancakes a sus
papás para desayunar. Encontró un gran tazón y una cuchara, acercó una silla a la mesa y trató de alzar el pesado paquete de harina para abrirlo.
La mitad del paquete quedó desparramado sobre la mesa, la silla y el suelo; tomó toda la que pudo con sus manitas y la puso dentro del tazón, después le puso un poco de leche y azúcar, haciendo una mezcla pegajosa que empezaba a chorrear por los bordos, además ya había pequeña huellas de harina por toda la cocina dejadas por él y su perrito. Él estaba totalmente cubierto con harina y estaba empezando a frustrarse; él quería darles una sorpresa a sus papás haciendo algo muy bueno, pero todo le estaba saliendo al revés. No sabía qué más había que agregar a la pasta o si había que hornear los pancakes, pues ni siquiera sabía cómo usar el horno.
Cuando miró otra vez la mesa, su perrito estaba lamiendo el tazón, por lo que corrió a apartarlo de la mesa, pero por accidente derramó la botella de leche y además se quebraron unos huevos que había sobre la mesa al caer al suelo. Intentó agacharse para limpiar, pero se resbaló y con toda la pijama
pegajosa, lleno de harina y de huevo, en ese momento vio a su papá de pie en la puerta. Dos grandes lágrimas se asomaron a sus ojos.
Él solo quería hacer algo bueno, pero en realidad había causado un gran desastre. Estaba seguro de que su papá lo iba a regañar y muy posiblemente
castigarlo, pero su papá solo lo miraba en medio de aquel gran desorden. Entonces caminando encima de todo aquello, tomó en sus brazos a su hijo que lloraba y le dio un gran abrazo lleno de amor, sin importarle llenarse él mismo de harina y huevo.
Discutimos y peleamos en la familia; insultamos a un amigo, hacemos mal
nuestras obligaciones y desordenamos nuestra vida. Otras veces solo podemos llorar porque ya no sabemos qué más hacer, pero por el simple hecho de habernos equivocado no debemos dejar de preparar pancakes para alguien especial.
Un bebé es alguien que cargas en tu vientre por 9 meses; en tus brazos por 3 años y en tu corazón hasta el día de tu muerte. Enséñales a tus hijos a entender que aunque pierdan o ganen siempre los amarás. Lo que invirtamos con ellos para levantar una generación pura, ellos un día nos lo agradecerán.
Las mentiras abundan en las familias, los negocios y los gobiernos. Muchos viven engañando y siendo engañados, pero ninguno de los que viven de y con la mentira tienen seguridad y confianza en la vida porque temen algún día ser descubiertos.
Aprovechen a sus padres en vida, no los descuiden; cuando no los tienes quisieras un solo minuto para poder abrazarlos y decirles cuánto los amas.