/ jueves 26 de marzo de 2020

Entre talismanes y pandemia

CUCHILLITO DE PALO

Se entiende que un gobierno no quiera crear un ambiente de pánico. Que trate de sostener a la economía evitando cierre de negocios. Que intente cumplir con los protocolos internacionales jalando la cuerda, hasta el último momento. Lo incomprensible es que se minimice lo que para la canciller alemana Angela Merkel es el peor azote de la humanidad, después de la Segunda Guerra Mundial.

Nos vemos en el espejo de un país subdesarrollado. Un sistema de Salud hecho trizas, incapaz de enfrentar el previsible futuro, mientras los expertos hacen números y hablan de la posibilidad de miles y miles de enfermos y otro tanto de muertes.

Una economía que estaba en pleno declive gracias a caprichos y ocurrencias nefastas, como la cancelación del aeropuerto de Texcoco, la falta de cumplimiento jurídico, con los inversores de Pemex, el conflicto del gasoducto y el resto de pifias inauditas.

El discurso mañanero en contra de empresarios nacionales y extranjeros tampoco ha sido de ayuda y cerró el círculo de la incertidumbre, que terminó de alejar a los hombres del dinero.

Antes del coronavirus tan estábamos de bajada que la Hacienda pública dispuso de la mitad del Fondo de Estabilización, ahorro previsto por otras administraciones, para los tiempos de crisis.

El Covid es la puntilla. Se tendrán que tomar medidas drásticas, lo que –tardías- incrementará el número de contagios. Negarse a ver lo sucedido en Italia y España –también se durmieron- es criminal, máxime cuando ambos tienen buenos servicios de salud y no de undécima, como los nuestros.

De disparate en disparate se cacarea lo “avanzada” de la construcción de lo que será un aeropuerto inservible –Santa Lucía- , que aún no cuenta con el visto bueno de los especialistas internacionales. La alharaca sigue con la faramalla de la refinería de Dos Bocas, Tabasco, otro elefante blanco que en nada ayudará a salir del hoyo. ¿Y el Tren Maya? Ídem de ídem.

Para conjurar los males habidos y por haber, el tlatoani saca un “detente” (Detente enemigo que el corazón de Jesús está conmigo), un trébol de cuatro hojas y un billete de dos dólares (Él que sin duda alguna sí le dio suerte, porque ahora tiene sueldo mensual seguro).

Seguimos con la mescolanza propia de un Maduro, al que le habló un pajarito y otros dictadorcillos que juntan símbolos religiosos con fetiches propios de fanáticos, cúmulo de la ignorancia. Discursos que sólo despiertan angustia en una sociedad que aspira a tener un líder en momentos de temor.

La insania es contagiosa y le llegó a la mayoría morenista de la Cámara de Diputados, la que se saltó olímpicamente la Constitución al aprobar un artículo de la Ley Secundaria de la Reelección. Los avorazados “legisladores” aprobaron al vapor, el que se puedan reelegir hasta cuatro periodos consecutivos, sin necesidad de renunciar como lo ordena la Constitución.

A su pastor, Mario Delgado, se le llenó la boca alabando a su borregada. Se placeó en medios, a la par que otra ambiciosilla, Tatiana Clouthier, que está que come vísperas por la grande de Nuevo León. Ojalá los regiomontanos no cometan un error mayúsculo con una señora sin otro mérito que haber sido la palera del “Peje” en campaña. Menos mal que alguno alertó a AMLO de la aberración, quien “les recomendó” dar marcha atrás al alucine rapaz.

Corren los días y cunde el nerviosismo. Habrá que ver si los talismanes presidenciales funcionan.

catalinanq@hotmail.com

CUCHILLITO DE PALO

Se entiende que un gobierno no quiera crear un ambiente de pánico. Que trate de sostener a la economía evitando cierre de negocios. Que intente cumplir con los protocolos internacionales jalando la cuerda, hasta el último momento. Lo incomprensible es que se minimice lo que para la canciller alemana Angela Merkel es el peor azote de la humanidad, después de la Segunda Guerra Mundial.

Nos vemos en el espejo de un país subdesarrollado. Un sistema de Salud hecho trizas, incapaz de enfrentar el previsible futuro, mientras los expertos hacen números y hablan de la posibilidad de miles y miles de enfermos y otro tanto de muertes.

Una economía que estaba en pleno declive gracias a caprichos y ocurrencias nefastas, como la cancelación del aeropuerto de Texcoco, la falta de cumplimiento jurídico, con los inversores de Pemex, el conflicto del gasoducto y el resto de pifias inauditas.

El discurso mañanero en contra de empresarios nacionales y extranjeros tampoco ha sido de ayuda y cerró el círculo de la incertidumbre, que terminó de alejar a los hombres del dinero.

Antes del coronavirus tan estábamos de bajada que la Hacienda pública dispuso de la mitad del Fondo de Estabilización, ahorro previsto por otras administraciones, para los tiempos de crisis.

El Covid es la puntilla. Se tendrán que tomar medidas drásticas, lo que –tardías- incrementará el número de contagios. Negarse a ver lo sucedido en Italia y España –también se durmieron- es criminal, máxime cuando ambos tienen buenos servicios de salud y no de undécima, como los nuestros.

De disparate en disparate se cacarea lo “avanzada” de la construcción de lo que será un aeropuerto inservible –Santa Lucía- , que aún no cuenta con el visto bueno de los especialistas internacionales. La alharaca sigue con la faramalla de la refinería de Dos Bocas, Tabasco, otro elefante blanco que en nada ayudará a salir del hoyo. ¿Y el Tren Maya? Ídem de ídem.

Para conjurar los males habidos y por haber, el tlatoani saca un “detente” (Detente enemigo que el corazón de Jesús está conmigo), un trébol de cuatro hojas y un billete de dos dólares (Él que sin duda alguna sí le dio suerte, porque ahora tiene sueldo mensual seguro).

Seguimos con la mescolanza propia de un Maduro, al que le habló un pajarito y otros dictadorcillos que juntan símbolos religiosos con fetiches propios de fanáticos, cúmulo de la ignorancia. Discursos que sólo despiertan angustia en una sociedad que aspira a tener un líder en momentos de temor.

La insania es contagiosa y le llegó a la mayoría morenista de la Cámara de Diputados, la que se saltó olímpicamente la Constitución al aprobar un artículo de la Ley Secundaria de la Reelección. Los avorazados “legisladores” aprobaron al vapor, el que se puedan reelegir hasta cuatro periodos consecutivos, sin necesidad de renunciar como lo ordena la Constitución.

A su pastor, Mario Delgado, se le llenó la boca alabando a su borregada. Se placeó en medios, a la par que otra ambiciosilla, Tatiana Clouthier, que está que come vísperas por la grande de Nuevo León. Ojalá los regiomontanos no cometan un error mayúsculo con una señora sin otro mérito que haber sido la palera del “Peje” en campaña. Menos mal que alguno alertó a AMLO de la aberración, quien “les recomendó” dar marcha atrás al alucine rapaz.

Corren los días y cunde el nerviosismo. Habrá que ver si los talismanes presidenciales funcionan.

catalinanq@hotmail.com

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