/ jueves 21 de junio de 2018

¿Es posible nuevo sistema?

Vientos


Hace tiempo tuve acceso directo a un estudio económico relativo a la separación de México del sistema en el que la mayor parte de los países del orbe estamos insertos: el patrón oro que el fundamento para el afianzamiento del sistema neoliberal imperante.

Ahí se proponía fundamentar un sistema interno con patrón de plata. Su difusión fue amplia, pero jamás supe su destino en los colegios de economistas y analistas de los sistemas financieros.

Muchos años más tarde me encontré con otra noticia: China utilizaba dos sistemas: uno interior para proteger el desarrollo escalonado de la sociedad china. Y el otro para sostener el mercado exterior que les ha permitido crecer a pasos agigantados al grado de competir con gran expresión de fortaleza económica ante los antes poderosos industriales como Japón, EU, Alemania, Inglaterra (en descenso), Rusia, y los otros países del continente europeo que vienen luchando desde hace largo tiempo por superar sus economías abrazándose de los poderosos en la Unión Europea y desde lejos con las potencias asiáticas que cada día muestran su fortaleza y su músculo económico.

El estudio del que al principio hago mención, quedó en silencio para mis siempre activas tentaciones de asuntos que en realidad nunca serán de mi resorte. Pero cuando con el tiempo supe de las dos economías chinas, me regresó la curiosidad ¿No podría México ensayar en el papel primero esa posibilidad? ¡Será cierto que los mexicanos solamente servimos para vender nuestra mano de obra con las rarísimas excepciones de los que un día tuvieron acceso a las universidades de postín extranjeras o que son descendientes de anglosajones o germanos o japoneses y los ahora triunfantes chinos?

Hay ciertas facetas de nuestra real presencia en este mundo que requieren una revisión a fondo. Los odiosos comparativos deben de ser traídos a presente para meditar seriamente en ellos. Nada es más efectivo que aceptar nuestro atraso frente a otras nacionalidades de mayor pujanza y darnos una revisada a interior con sinceridad, en busca de una repuesta. Hay muchos autores extranjeros que nos han estudiado y el resultado no es muy halagüeño. Duele pero es necesario saber con certeza qué somos y cómo somos para buscar el remedio que hoy ya es posible.

El sistema bajo patrón plata hace tiempo que lo vienen proponiendo estudiosos en la materia. ¿Cuál es la razón del silencio de los responsables? Y no hablo de los presidentes, sino de los especialistas. Los presidentes no son todólogos, pero sus éxitos aparecen cuando se saben rodear de elementos capaces en lo suyo. Como Benito Juárez.

Yo les digo a los presidenciables que se echen este trompo a la uña. Tal vez ese sea el cambio necesario y no los sueño guajiros que los alimentan…


Vientos


Hace tiempo tuve acceso directo a un estudio económico relativo a la separación de México del sistema en el que la mayor parte de los países del orbe estamos insertos: el patrón oro que el fundamento para el afianzamiento del sistema neoliberal imperante.

Ahí se proponía fundamentar un sistema interno con patrón de plata. Su difusión fue amplia, pero jamás supe su destino en los colegios de economistas y analistas de los sistemas financieros.

Muchos años más tarde me encontré con otra noticia: China utilizaba dos sistemas: uno interior para proteger el desarrollo escalonado de la sociedad china. Y el otro para sostener el mercado exterior que les ha permitido crecer a pasos agigantados al grado de competir con gran expresión de fortaleza económica ante los antes poderosos industriales como Japón, EU, Alemania, Inglaterra (en descenso), Rusia, y los otros países del continente europeo que vienen luchando desde hace largo tiempo por superar sus economías abrazándose de los poderosos en la Unión Europea y desde lejos con las potencias asiáticas que cada día muestran su fortaleza y su músculo económico.

El estudio del que al principio hago mención, quedó en silencio para mis siempre activas tentaciones de asuntos que en realidad nunca serán de mi resorte. Pero cuando con el tiempo supe de las dos economías chinas, me regresó la curiosidad ¿No podría México ensayar en el papel primero esa posibilidad? ¡Será cierto que los mexicanos solamente servimos para vender nuestra mano de obra con las rarísimas excepciones de los que un día tuvieron acceso a las universidades de postín extranjeras o que son descendientes de anglosajones o germanos o japoneses y los ahora triunfantes chinos?

Hay ciertas facetas de nuestra real presencia en este mundo que requieren una revisión a fondo. Los odiosos comparativos deben de ser traídos a presente para meditar seriamente en ellos. Nada es más efectivo que aceptar nuestro atraso frente a otras nacionalidades de mayor pujanza y darnos una revisada a interior con sinceridad, en busca de una repuesta. Hay muchos autores extranjeros que nos han estudiado y el resultado no es muy halagüeño. Duele pero es necesario saber con certeza qué somos y cómo somos para buscar el remedio que hoy ya es posible.

El sistema bajo patrón plata hace tiempo que lo vienen proponiendo estudiosos en la materia. ¿Cuál es la razón del silencio de los responsables? Y no hablo de los presidentes, sino de los especialistas. Los presidentes no son todólogos, pero sus éxitos aparecen cuando se saben rodear de elementos capaces en lo suyo. Como Benito Juárez.

Yo les digo a los presidenciables que se echen este trompo a la uña. Tal vez ese sea el cambio necesario y no los sueño guajiros que los alimentan…