Pensares
En los últimos años, gracias al mejor conocimiento que tenemos sobre el funcionamiento del cerebro y los procesos que regulan la toma de decisiones de las personas, los sentimientos desempeñan un papel fundamental en la forma de pensar y de interpretar el mundo.
Quienes logran mantener en general un estado de ánimo moderadamente alegre, tiene altas posibilidades de tener una disposición optimista, un estado de ánimo positivo, estimula recuerdos placenteros y bloquea las memorias desagradables, por el contrario, las personas que se sienten tristes, tienden a evocar experiencias negativas y a olvidar las positivas, las personas alegres se inclinan a predecir hechos favorables y considerar que serán beneficiados por ellos, mientras las personas desalentadas tienen una alta propensión para augurar infortunios y anticipar que serán víctimas de ellos.
Cualquier trabajo que realicemos para cultivar emociones positivas, implica identificar y fomentar las situaciones bajo nuestro control, que nos producen sentimientos de satisfacción y tratar de eliminar o reducir aquellos que nos entristecen. Las personas emparejadas o que forman parte de un hogar familiar, de un círculo de amistades o de un grupo con el que se identifican, se consideran más satisfechos emocionalmente que quienes viven solos, aislados, dar y recibir afecto y aceptar y ser aceptados por los demás son actividades que estimulan el estado de ánimo positivo.
Dedicarnos a otras personas, a grupos o causas y vivir una vida de entrega y de proyectos, ayudar a los demás también es ayudarse a sí mismo, el bien común nos favorece a todos.
Las personas que desempeñan a gusto varias actividades, disfrutan más de la vida en general y soportan mejor los contratiempos, una ocupación estimulante puede amortiguar el golpe de un fracaso familiar.
Es bueno diversificar los momentos de satisfacción en nuestra vida, las pequeñas cosas agradables que nos ocurren en la vida tienen una marcada influencia sobre nuestras emociones y conductas.
