/ miércoles 29 de septiembre de 2021

Falsos dogmas

EL MURO

La palabra de un dios, no la interpretación de sus seguidores, es dogma, nadie la toca ni la modifica, simplemente se obedece o habrá castigo divino.

Todas las actividades humanas, entre ellas la política, el periodismo, no solo pueden, sino deben ser cuestionadas porque los humanos somos imperfectos entes de grupo, anteponemos la aprobación social a la calidad, luego entonces nuestros actos son mejorables. Dicho de otra forma: Cada ocasión en la cual hacemos nuestro trabajo guiados en los ejemplos de nuestro entorno, de seguro estemos consolidando errores, fortaleciendo vicios, entorpeciendo el surgimiento de las innovaciones.

Moisés bajó del monte con un listado de enseñanzas nobles, guía de vida para una buena parte del mundo occidental, caminos similares tomaron otros dioses. Ahora, no sé ustedes, pero al menos un servidor desconoce la existencia de alguna deidad de la pedagogía.

Imagen ilustrativa

Habrá personas iluminadas, referentes históricos, pero dioses como tal, no. Por lo anterior resulta inconcebible ver a los procesos educativos sin ningún ápice de modificación. Son falsos dogmas inventados por dogmáticos temerosos.

Encerrar a los alumnos en un aula vale en algunas ocasiones, no querer modificar o considerar una herejía, sacar a los estudiantes al patio para ahí tomar la clase, ya no digamos recorrer el entorno, es un falso dogma. El término academia, deriva de Academo, un héroe griego en cuyo territorio creció un jardín donde un grupo de personas se reunían para filosofar de la mano de Platón.

En nombre de la educación se dicen muchas cosas, pero se hacen pocas. Los procesos formativos de nuevos docentes en nivel licenciatura y posgrado, están llenos de buenos deseos, placeres oníricos, pero en la práctica es otra cosa. En nombre de Comenio, Paulo Freire, Pestalozzi, Piaget, María Montessori se diserta todo el tiempo, sus ejemplos son inspiradores pero difícilmente llevados a la práctica.

Existe como una especie de divorcio mental entre los ideales y la realidad en los operadores educativos. Por un lado parecen reconocer las bondades de los referentes académicos, pero en su entorno laboral, pesa mucho más la presión de sus compañeros, digo, nadie quiere ser señalado como el raro inadaptado, aunque todos quisieran ser reconocidos por sus aportaciones prácticas.

Los triunfos vistos en Mexicali se deben más a esfuerzos de insólitos talentos estudiantiles hecho atribuible a la genética, por lo tanto su ejemplo es imposible de replicar. Veámoslo así: Todos quieren cambiar al mundo, pero nadie quiere pagar el costo social implícito en la innovación, por eso llega la resistencia a la modificación y el amor por los falsos dogmas. Así nunca vamos a mejorar.

vicmarcen09@gmail.com


EL MURO

La palabra de un dios, no la interpretación de sus seguidores, es dogma, nadie la toca ni la modifica, simplemente se obedece o habrá castigo divino.

Todas las actividades humanas, entre ellas la política, el periodismo, no solo pueden, sino deben ser cuestionadas porque los humanos somos imperfectos entes de grupo, anteponemos la aprobación social a la calidad, luego entonces nuestros actos son mejorables. Dicho de otra forma: Cada ocasión en la cual hacemos nuestro trabajo guiados en los ejemplos de nuestro entorno, de seguro estemos consolidando errores, fortaleciendo vicios, entorpeciendo el surgimiento de las innovaciones.

Moisés bajó del monte con un listado de enseñanzas nobles, guía de vida para una buena parte del mundo occidental, caminos similares tomaron otros dioses. Ahora, no sé ustedes, pero al menos un servidor desconoce la existencia de alguna deidad de la pedagogía.

Imagen ilustrativa

Habrá personas iluminadas, referentes históricos, pero dioses como tal, no. Por lo anterior resulta inconcebible ver a los procesos educativos sin ningún ápice de modificación. Son falsos dogmas inventados por dogmáticos temerosos.

Encerrar a los alumnos en un aula vale en algunas ocasiones, no querer modificar o considerar una herejía, sacar a los estudiantes al patio para ahí tomar la clase, ya no digamos recorrer el entorno, es un falso dogma. El término academia, deriva de Academo, un héroe griego en cuyo territorio creció un jardín donde un grupo de personas se reunían para filosofar de la mano de Platón.

En nombre de la educación se dicen muchas cosas, pero se hacen pocas. Los procesos formativos de nuevos docentes en nivel licenciatura y posgrado, están llenos de buenos deseos, placeres oníricos, pero en la práctica es otra cosa. En nombre de Comenio, Paulo Freire, Pestalozzi, Piaget, María Montessori se diserta todo el tiempo, sus ejemplos son inspiradores pero difícilmente llevados a la práctica.

Existe como una especie de divorcio mental entre los ideales y la realidad en los operadores educativos. Por un lado parecen reconocer las bondades de los referentes académicos, pero en su entorno laboral, pesa mucho más la presión de sus compañeros, digo, nadie quiere ser señalado como el raro inadaptado, aunque todos quisieran ser reconocidos por sus aportaciones prácticas.

Los triunfos vistos en Mexicali se deben más a esfuerzos de insólitos talentos estudiantiles hecho atribuible a la genética, por lo tanto su ejemplo es imposible de replicar. Veámoslo así: Todos quieren cambiar al mundo, pero nadie quiere pagar el costo social implícito en la innovación, por eso llega la resistencia a la modificación y el amor por los falsos dogmas. Así nunca vamos a mejorar.

vicmarcen09@gmail.com