/ lunes 5 de noviembre de 2018

Falta aprobación legislativa del TLCAN

Prisma


Tan ocupados que están dirigentes empresariales, legisladores, funcionarios del gobierno que todavía preside Enrique Peña Nieto y los editorialistas de mayor peso en medios de comunicación impresos y electrónicos, en el tema del NAIM pareciera que se olvidaron del famoso TLCAN, hoy conocido como el Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC), cuyo futuro, por lo visto, se vislumbra incierto.

Lo último que sabemos sobre el nuevo acuerdo trilateral -cuyo contenido aún es un misterio- es que los mandatarios de dichos países lo firmarán el 30 de noviembre en reunión a celebrarse en un país extranjero, luego de haberse “concluido” las negociaciones correspondientes.

Sin embargo, Israel Morales -director nacional del Grupo de Trabajo de Acuerdos y Tratados de Index- advierte que los Congresos de alguno de los tres países firmantes todavía podrían rechazarlo, lo que significa que al documento le espera un largo camino que recorrer para su aprobación final.

En el caso de México -explicó el dirigente maquilador- se está en un período de 60 días para revisar el texto y sus alcances, al parecer para verificar que “no haya errores”. El Senado de la República tiene establecido límite de tiempo para emitir su ratificación. Por lo que a Estados Unidos toca, su Congreso cuenta con 90 días para que la Comisión de Comercio realice un estudio de “factibilidad y mejora regulatoria” que servirá de base al Congreso para determinar si lo “aprueba o rechaza”, ratificación que podría darse en febrero o marzo del año próximo.

Aun cuando el Congreso estadounidense no tiene facultades para modificar el acuerdo, dependerá de los estudios mencionados si acepta ratificarlo o no. Ahora bien, aquí surgen nuestras dudas. Si el documento lo firmaran mandatarios de los tres países -en ceremonia en la que cada uno se acreditará una medallita por haberlo hecho y los méritos correspondientes- todavía corre el riesgo de ser rechazado por los Congresos de México, Canadá y la Unión Americana, como lo afirma el directivo empresarial, ¿qué caso tiene que se firme y se presuma haber concluido las negociaciones? ¿Qué futuro espera el acuerdo si lo desaprueban o lo corrigen los legisladores?

Punto final: Pese a que la dirigente nacional de Morena aclaró que el ex senador y locutor Marco Antonio Blásquez no figura en su padrón, éste insiste: “Buscaré candidatura a la gubernatura de BC, amparado con la bandera guinda, aprovechando mi cercanía con AMLO”.

¿Qué opinarán al respecto el senador Jaime Bonilla Valdez y el delegado plenipotenciario Leonel Godoy?´


Prisma


Tan ocupados que están dirigentes empresariales, legisladores, funcionarios del gobierno que todavía preside Enrique Peña Nieto y los editorialistas de mayor peso en medios de comunicación impresos y electrónicos, en el tema del NAIM pareciera que se olvidaron del famoso TLCAN, hoy conocido como el Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC), cuyo futuro, por lo visto, se vislumbra incierto.

Lo último que sabemos sobre el nuevo acuerdo trilateral -cuyo contenido aún es un misterio- es que los mandatarios de dichos países lo firmarán el 30 de noviembre en reunión a celebrarse en un país extranjero, luego de haberse “concluido” las negociaciones correspondientes.

Sin embargo, Israel Morales -director nacional del Grupo de Trabajo de Acuerdos y Tratados de Index- advierte que los Congresos de alguno de los tres países firmantes todavía podrían rechazarlo, lo que significa que al documento le espera un largo camino que recorrer para su aprobación final.

En el caso de México -explicó el dirigente maquilador- se está en un período de 60 días para revisar el texto y sus alcances, al parecer para verificar que “no haya errores”. El Senado de la República tiene establecido límite de tiempo para emitir su ratificación. Por lo que a Estados Unidos toca, su Congreso cuenta con 90 días para que la Comisión de Comercio realice un estudio de “factibilidad y mejora regulatoria” que servirá de base al Congreso para determinar si lo “aprueba o rechaza”, ratificación que podría darse en febrero o marzo del año próximo.

Aun cuando el Congreso estadounidense no tiene facultades para modificar el acuerdo, dependerá de los estudios mencionados si acepta ratificarlo o no. Ahora bien, aquí surgen nuestras dudas. Si el documento lo firmaran mandatarios de los tres países -en ceremonia en la que cada uno se acreditará una medallita por haberlo hecho y los méritos correspondientes- todavía corre el riesgo de ser rechazado por los Congresos de México, Canadá y la Unión Americana, como lo afirma el directivo empresarial, ¿qué caso tiene que se firme y se presuma haber concluido las negociaciones? ¿Qué futuro espera el acuerdo si lo desaprueban o lo corrigen los legisladores?

Punto final: Pese a que la dirigente nacional de Morena aclaró que el ex senador y locutor Marco Antonio Blásquez no figura en su padrón, éste insiste: “Buscaré candidatura a la gubernatura de BC, amparado con la bandera guinda, aprovechando mi cercanía con AMLO”.

¿Qué opinarán al respecto el senador Jaime Bonilla Valdez y el delegado plenipotenciario Leonel Godoy?´