/ miércoles 19 de mayo de 2021

Fuera máscaras

EL MURO

“Hoy es un gran día para los Estados Unidos… El Centro para la Prevención de Enfermedades ha recomendado que las personas completamente vacunadas no necesitan usar máscara (cubrebocas) en interiores y exteriores… esto es un gran hito”, dijo un Joe Biden contento, en su mensaje en el que él y Kamala Harris estaban a rostro descubierto luciendo una sonrisa.

Lo del hito, es decir un hecho trascendente, es verdad porque amantes de los simbolismos que somos los humanos, muchos soñábamos con que en algún momento de la crisis sanitaria, alguien poderoso saliera a anunciar que todo el mal había acabado. Y aunque esto para nada significa el fin, sí representa un gran avance resultado de otro gran avance al que no le hemos dado el reconocimiento que merece: Las vacunas.

Una de las razones secundarias para que Estados Unidos decidiera recurrir a esta medida, es presionar a aquellos que se resisten a vacunarse para que lo hagan. Es un tipo de “ah, ¿ya estás harto del cubrebocas, quieres dejar de usarlo?, pues entonces vacúnate”. En aquel país sí existen movimientos organizados de antivacunas o incluso de negacionistas del virus que logran hacer suficiente ruido como para evitar que muchos hagan uso de cualquier protección, lo cual ralentiza el avance.

Y es que las ventajas de estar vacunados son tan tentadoras que quizá sí podrían destantear hasta el más férreo opositor de la ciencia. Dice la autoridad sanitaria norteamericana que las personas completamente vacunadas (quienes ya recibieron sus dosis completas y dejaron pasar el tiempo necesario para conseguir la protección, lo cual toma alrededor de dos semanas después de la última aplicación o de la primera, si es de dosis única como Cansino) pueden realizar las siguientes actividades sin necesidad de cubrebocas: Al aire libre pueden caminar, pasear, hacer ejercicio e incluso pueden estar presentes en eventos multitudinarios, tales como juegos deportivos, conciertos.

En interiores pueden visitar la peluquería, salón de belleza, ir a un centro comercial o a tiendas, ir al cine, comer en interiores en un restaurante, participar en clases de alta intensidad como aerobics, karate. Dicho de otra forma, una vuelta a la normalidad.

Bueno, todo eso está ocurriendo en Estados Unidos, mientras tanto aquí en Mexicali ni siquiera estamos seguros en qué color de semáforo epidemiológico estamos, mucho menos existe certeza de si el aparente interés gubernamental por vacunar, seguirá con la misma intensidad una vez pasadas las elecciones.

Bien haría la autoridad en retirarse la máscara de falsa preocupación y hablarnos con la verdad. Eso también es un sueño, pero de igual forma sería un avance.

vicmarcen09@gmail.com


EL MURO

“Hoy es un gran día para los Estados Unidos… El Centro para la Prevención de Enfermedades ha recomendado que las personas completamente vacunadas no necesitan usar máscara (cubrebocas) en interiores y exteriores… esto es un gran hito”, dijo un Joe Biden contento, en su mensaje en el que él y Kamala Harris estaban a rostro descubierto luciendo una sonrisa.

Lo del hito, es decir un hecho trascendente, es verdad porque amantes de los simbolismos que somos los humanos, muchos soñábamos con que en algún momento de la crisis sanitaria, alguien poderoso saliera a anunciar que todo el mal había acabado. Y aunque esto para nada significa el fin, sí representa un gran avance resultado de otro gran avance al que no le hemos dado el reconocimiento que merece: Las vacunas.

Una de las razones secundarias para que Estados Unidos decidiera recurrir a esta medida, es presionar a aquellos que se resisten a vacunarse para que lo hagan. Es un tipo de “ah, ¿ya estás harto del cubrebocas, quieres dejar de usarlo?, pues entonces vacúnate”. En aquel país sí existen movimientos organizados de antivacunas o incluso de negacionistas del virus que logran hacer suficiente ruido como para evitar que muchos hagan uso de cualquier protección, lo cual ralentiza el avance.

Y es que las ventajas de estar vacunados son tan tentadoras que quizá sí podrían destantear hasta el más férreo opositor de la ciencia. Dice la autoridad sanitaria norteamericana que las personas completamente vacunadas (quienes ya recibieron sus dosis completas y dejaron pasar el tiempo necesario para conseguir la protección, lo cual toma alrededor de dos semanas después de la última aplicación o de la primera, si es de dosis única como Cansino) pueden realizar las siguientes actividades sin necesidad de cubrebocas: Al aire libre pueden caminar, pasear, hacer ejercicio e incluso pueden estar presentes en eventos multitudinarios, tales como juegos deportivos, conciertos.

En interiores pueden visitar la peluquería, salón de belleza, ir a un centro comercial o a tiendas, ir al cine, comer en interiores en un restaurante, participar en clases de alta intensidad como aerobics, karate. Dicho de otra forma, una vuelta a la normalidad.

Bueno, todo eso está ocurriendo en Estados Unidos, mientras tanto aquí en Mexicali ni siquiera estamos seguros en qué color de semáforo epidemiológico estamos, mucho menos existe certeza de si el aparente interés gubernamental por vacunar, seguirá con la misma intensidad una vez pasadas las elecciones.

Bien haría la autoridad en retirarse la máscara de falsa preocupación y hablarnos con la verdad. Eso también es un sueño, pero de igual forma sería un avance.

vicmarcen09@gmail.com