/ sábado 20 de noviembre de 2021

Giovanni Botero, pensador genial (II)

VIENTOS

Botero apenas nacía en 1544 y cabe hacer referencia que la reina Isabel II, “La Católica”, financiadora del viaje singular de Cristóbal Colón (El “Choque de dos Mundos”), hacía 40 años de su muerte y la Conquista de México cumplía 23 años de realizada y, nada de esto, como la recuperación de España de manos de los árabes, lo asimilaría el pensador italiano a través de su entorno histórico y de oídas.

Sin embargo, su espíritu despierto, “avispado” como lo describen algunos de sus biógrafos, asimilaba la dinámica sociológica inserto aún en tiempos monárquicos, cuyo viaje y que en camino transformador todavía no inquietaba a los regímenes que sin advertirlo ya iban camino de su final.

Ventarrones ominosos ya sombreaban los cielos europeos como preparando el escenario del “modernismo” político que había “masticado” Platón en su República acomodada a los tiempos antiguos cuando la esclavitud apenas mostraba “sus dientes” de incomodidad… Por eso sorprende el genio de Botero que lleva a darle vitalidad al concepto de Estado y puntualizar la diferencia entre éste y la “razón de Estado” que aún hoy sigue en proceso de asimilación en nuestro México, en donde una entidad federativa se nombra Estado, cuyo concepto original es la definición de un país. Y peor cuando perdiendo el nombre de México por una burda copia a los Estados Unidos (de Norteamérica), nos bautizamos Estados Unidos Mexicanos, como un multifacético disfraz - cómico - de variantes democráticas desde el inicio de nuestra historia “independiente”. Un todo histórico de carnestolendas... jamás imaginado por gente propia como el Barón de Montesquieu o Jean Jacques Rousseau.

Lo sorprendente de todo esto es la capacidad asimiladora de Botero que, siendo un valor sustantivo y adelantado en sus opiniones sociológicas, se diluye tomando asiento histórico de las aulas universitarias en donde tras débiles exposiciones de asombro momentáneas, se va desvaneciendo la figura del genio que, por diversos argumentos, quizá ni siquiera deja huella. Culpa del magisterio… ¿magisterio?

Es su tiempo (de Botero) y explica, en detalle, su opinión del fenómeno que un día, siglos después, se llamará ciudadano y él llama súbdito. ¿Me permite citarlo? Bien: “Los súbditos, sin los cuales no puede haber dominio, son de naturaleza estable o inconstante, apacibles o violentos; ya inclinados al comercio y a la milicia; a nuestra Santa Fe o a alguna secta; sean infieles, judíos, cismáticos o heréticos y si heréticos, calvinistas o de otra impiedad, de otro tipo. Y se estima peores cuando más lejana y contraria a la verdad sea la secta. Además, o son todos súbditos en una misma medida y con la misma razón o forma de sujeción, o con diversas, como los aragoneses y los castellanos en España y borgoñones o bretones en Francia”.

El escrutinio intelectual de Giovanni Botero (1544 1584) sobre lo que un Estado es y su razón de ser y el detalle conformador de una cultura en donde el ciudadano (súbdito) es herramienta indubitable social, da y dio más tarde, a lo que con miles de argumentos en pro y en contra llamamos hoy Ciencias Sociológicas.

Pero el tema lo finiquitaré el próximo sábado. Si mi Dios (es personal) me lo permite. Mientras, amable lector, quisiera agradecerle su atención en un tema que -reitero- hasta los estudiantes de la política lo evaden “porque ya lo saben” ... y que a mí me atenazan sin que su presión me desagrade. Ya nos vemos.

jaimepardo1928@gmail.com


VIENTOS

Botero apenas nacía en 1544 y cabe hacer referencia que la reina Isabel II, “La Católica”, financiadora del viaje singular de Cristóbal Colón (El “Choque de dos Mundos”), hacía 40 años de su muerte y la Conquista de México cumplía 23 años de realizada y, nada de esto, como la recuperación de España de manos de los árabes, lo asimilaría el pensador italiano a través de su entorno histórico y de oídas.

Sin embargo, su espíritu despierto, “avispado” como lo describen algunos de sus biógrafos, asimilaba la dinámica sociológica inserto aún en tiempos monárquicos, cuyo viaje y que en camino transformador todavía no inquietaba a los regímenes que sin advertirlo ya iban camino de su final.

Ventarrones ominosos ya sombreaban los cielos europeos como preparando el escenario del “modernismo” político que había “masticado” Platón en su República acomodada a los tiempos antiguos cuando la esclavitud apenas mostraba “sus dientes” de incomodidad… Por eso sorprende el genio de Botero que lleva a darle vitalidad al concepto de Estado y puntualizar la diferencia entre éste y la “razón de Estado” que aún hoy sigue en proceso de asimilación en nuestro México, en donde una entidad federativa se nombra Estado, cuyo concepto original es la definición de un país. Y peor cuando perdiendo el nombre de México por una burda copia a los Estados Unidos (de Norteamérica), nos bautizamos Estados Unidos Mexicanos, como un multifacético disfraz - cómico - de variantes democráticas desde el inicio de nuestra historia “independiente”. Un todo histórico de carnestolendas... jamás imaginado por gente propia como el Barón de Montesquieu o Jean Jacques Rousseau.

Lo sorprendente de todo esto es la capacidad asimiladora de Botero que, siendo un valor sustantivo y adelantado en sus opiniones sociológicas, se diluye tomando asiento histórico de las aulas universitarias en donde tras débiles exposiciones de asombro momentáneas, se va desvaneciendo la figura del genio que, por diversos argumentos, quizá ni siquiera deja huella. Culpa del magisterio… ¿magisterio?

Es su tiempo (de Botero) y explica, en detalle, su opinión del fenómeno que un día, siglos después, se llamará ciudadano y él llama súbdito. ¿Me permite citarlo? Bien: “Los súbditos, sin los cuales no puede haber dominio, son de naturaleza estable o inconstante, apacibles o violentos; ya inclinados al comercio y a la milicia; a nuestra Santa Fe o a alguna secta; sean infieles, judíos, cismáticos o heréticos y si heréticos, calvinistas o de otra impiedad, de otro tipo. Y se estima peores cuando más lejana y contraria a la verdad sea la secta. Además, o son todos súbditos en una misma medida y con la misma razón o forma de sujeción, o con diversas, como los aragoneses y los castellanos en España y borgoñones o bretones en Francia”.

El escrutinio intelectual de Giovanni Botero (1544 1584) sobre lo que un Estado es y su razón de ser y el detalle conformador de una cultura en donde el ciudadano (súbdito) es herramienta indubitable social, da y dio más tarde, a lo que con miles de argumentos en pro y en contra llamamos hoy Ciencias Sociológicas.

Pero el tema lo finiquitaré el próximo sábado. Si mi Dios (es personal) me lo permite. Mientras, amable lector, quisiera agradecerle su atención en un tema que -reitero- hasta los estudiantes de la política lo evaden “porque ya lo saben” ... y que a mí me atenazan sin que su presión me desagrade. Ya nos vemos.

jaimepardo1928@gmail.com