/ viernes 28 de agosto de 2020

Go home…

QUO VADIS

Más restricción y menos tolerancia para que los estadounidenses vengan a México sin nada que hacer de carácter esencial mientras la pandemia cunde en Estados Unidos y México, es la directriz del gobierno de Donald Trump que justifica que dilaten hasta 10 horas aquellos que quieren internarse a territorio estadounidense por tierra, principalmente hacia California, Arizona o Texas, donde la problemática crece.

El viacrucis, claro, es para todos los privilegiados con la ciudadanía o residencia de tal forma que más de uno, luego de la larga espera, prefiere no volver a territorio mexicano para alguna actividad no esencial…No es un secreto que los miles que vienen y forman esas larguísimas filas hacia los EU fue para consumir alimentos, reunirse con familiares, amigos, en bares, restaurantes y muchísimas actividades superfluas, razón de más para que los residentes mexicanos que nos hemos confinado durante meses, lo menos que podemos exigirles por igual es: ¡Go home!...Pero nada los detiene, ni el riesgo de que les falte la gasolina o su intento por regresar a los EU o que alguien pierda la vida como el caso de una anciana que dejó de existir antes de llegar a su tierra.

Hay que tener claro que este cierre de puertas en las garitas para convertirlas en un “cuello de botella” hacia los EU afectan terriblemente solo a los estadounidenses, no a los mexicanos o turistas, cuya ausencia en el mercado fronterizo estadounidense amenaza la existencia de incalculable número de negocios que eran sostenidos por los viajeros mexicanos, principalmente.

Gringolandia entonces es la tierra prohibida para los mexicanos y otros extranjeros, pero un tremendo dolor de cabeza para sus ciudadanos y residentes, mientras nuestro territorio sigue siendo el paraíso de los estadounidenses porque las autoridades federales mexicanas siguen tolerantes dejando pasar a cualquiera sin revisar si ese cruce es por motivos esenciales…Bueno, ya ni siquiera se sabe que les tomen temperatura a los viajeros estadounidenses o de cualquier otra nacionalidad para regresarlos si reflejan síntomas de que su salud no anda bien.

Caro, pues, les está costando a muchos “gringos” de papel o por nacimiento en los EU tener su residencia en territorio mexicano, porque si dinero les sobrara se irían de aquí…Así de simple y más cuando la pandemia, por los perfiles que agravan su naturaleza, amenaza con extenderse durante meses y además no está muy difícil pensar que en algún momento el gobierno de Trump exija cobrar por pasar a los EU o que sus ciudadanos y residentes vivan y trabajen allá, no en México.

Vaya disyuntiva para los que siguen presumiendo su ID estadounidense porque conforme pasa el tiempo se acorta la posibilidad de que viajen como les plazca y para hacer lo que les dé su regalada gana en nuestro territorio, sin subestimar, claro está, las visitas positivas. ¿O no?

pibenavarro115@hotmail.com


QUO VADIS

Más restricción y menos tolerancia para que los estadounidenses vengan a México sin nada que hacer de carácter esencial mientras la pandemia cunde en Estados Unidos y México, es la directriz del gobierno de Donald Trump que justifica que dilaten hasta 10 horas aquellos que quieren internarse a territorio estadounidense por tierra, principalmente hacia California, Arizona o Texas, donde la problemática crece.

El viacrucis, claro, es para todos los privilegiados con la ciudadanía o residencia de tal forma que más de uno, luego de la larga espera, prefiere no volver a territorio mexicano para alguna actividad no esencial…No es un secreto que los miles que vienen y forman esas larguísimas filas hacia los EU fue para consumir alimentos, reunirse con familiares, amigos, en bares, restaurantes y muchísimas actividades superfluas, razón de más para que los residentes mexicanos que nos hemos confinado durante meses, lo menos que podemos exigirles por igual es: ¡Go home!...Pero nada los detiene, ni el riesgo de que les falte la gasolina o su intento por regresar a los EU o que alguien pierda la vida como el caso de una anciana que dejó de existir antes de llegar a su tierra.

Hay que tener claro que este cierre de puertas en las garitas para convertirlas en un “cuello de botella” hacia los EU afectan terriblemente solo a los estadounidenses, no a los mexicanos o turistas, cuya ausencia en el mercado fronterizo estadounidense amenaza la existencia de incalculable número de negocios que eran sostenidos por los viajeros mexicanos, principalmente.

Gringolandia entonces es la tierra prohibida para los mexicanos y otros extranjeros, pero un tremendo dolor de cabeza para sus ciudadanos y residentes, mientras nuestro territorio sigue siendo el paraíso de los estadounidenses porque las autoridades federales mexicanas siguen tolerantes dejando pasar a cualquiera sin revisar si ese cruce es por motivos esenciales…Bueno, ya ni siquiera se sabe que les tomen temperatura a los viajeros estadounidenses o de cualquier otra nacionalidad para regresarlos si reflejan síntomas de que su salud no anda bien.

Caro, pues, les está costando a muchos “gringos” de papel o por nacimiento en los EU tener su residencia en territorio mexicano, porque si dinero les sobrara se irían de aquí…Así de simple y más cuando la pandemia, por los perfiles que agravan su naturaleza, amenaza con extenderse durante meses y además no está muy difícil pensar que en algún momento el gobierno de Trump exija cobrar por pasar a los EU o que sus ciudadanos y residentes vivan y trabajen allá, no en México.

Vaya disyuntiva para los que siguen presumiendo su ID estadounidense porque conforme pasa el tiempo se acorta la posibilidad de que viajen como les plazca y para hacer lo que les dé su regalada gana en nuestro territorio, sin subestimar, claro está, las visitas positivas. ¿O no?

pibenavarro115@hotmail.com