Voz Campesina
Adapto cierta antes invocada frase de reclamo electoral, aplicándola hoy al ‘gasolinazo’, cuyo-todo indica imparable avance-continúa elevando el precio de la gasolina, en base a centavitos tras centavitos semanales, que alcanzan ya casi 20 pesos por litro de la ‘regular’, es decir la de más consumo.
Quienes aun utilizando vehículos con motor de bajo cilindraje (‘cuatritos’) nos damos cuenta del enorme gasto, global, en que redunda este método de incrementar ‘poco a poco’ el costo de la ‘gota’.
Si bien es conocida la promesa del Presidente Electo de que el gasolinazo terminará el primero de diciembre, para mantenerse así durante tres años, en tanto son construidas y/o actualizadas las refinerías que producirán combustibles a precios accesibles.
La pregunta es obvia, hasta dónde llegará el gasolinazo el último día de noviembre. Siendo de público conocimiento que la carga fiscal (impuestos) origina esta tremenda carestía que provoca inflación afectando mayormente a los que menos tienen.
Y dado el respetable curso del proceso de transición del poder, surge la inquietud. No podría el gobierno federal en funciones, reducir el citado impuesto a fin de abaratar el producto. Acaso no es viable, de parte del próximo, llevar a cabo una consulta nacional ciudadana al efecto (el tiempo apremia) del mismo modo que en el caso del aeropuerto de la Ciudad de México.
Sin datos y/o cifras a detalle, es fácil anticipar que en inmensa mayoría los mexicanos pueden manifestarse con fundamentada certeza sobre el alza del valor de los combustibles que lesiona en distintas formas su economía, que acerca de cuestiones aeronáuticas de indispensables minuciosos estudios y la opinión técnica, de especialistas.
Aunque sea común asegurar, según aquel melódico tango, que veinte años no es nada. Parecería que, tres, si serán muchos en los desgastados bolsillos de millones de familias de nuestro país.
Ojalá pronto se difunda el plan “B” que contenga la fórmula de compensar igual, de manera inmediata posterior al primero de diciembre, dicha circunstancia. La confianza en el futuro de México quedó demostrada, aplastantemente, dentro de la elección presidencial.
Esperar los resultados no evita expresemos ideas que quizá abonen al bienestar del pueblo.
