/ jueves 22 de marzo de 2018

Honor a Juárez

VOZ CAMPESINA

Al margen de si cual según ocurrió el año anterior, la cúpula nacional del poder público haya omitido rendir honores al patricio.

La trascendente figura del más universal de los mexicanos surge desde su valiosa dimensión histórica, proclamando no sólo el urgente rescate (le atañe al gobierno) de la vigencia en México del apotegma que el oaxaqueño le entregara al mundo: “Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”, si no, el esfuerzo ciudadano que así lo reclame en la vía jurídica.

Arquitecto y constructor del andamiaje legal que dio orden al país (hoy víctima del reformismo legaloide que lo mismo obsequia impune libertad a delincuentes o permite heredar curules congresistas a ‘juniors’ partidistas), el juarismo auténtico exige la participación ciudadana en afán de recobrar el cumplimiento de todos los rubros del Estado de Derecho. Además de seguridad pública y justicia (cuestiones torales), también la retribución salarial digna que consagra nuestra Constitución Mexicana debe ceñirse a dicho mandato, evidentemente relegado, de donde quienes siempre se ‘aprietan el cinturón’ son los jornaleros, obreros, etc., etc.

En las alturas observan una utópica bonanza, pero la realidad es opuesta en absoluto a cuanto padece el pueblo que sexenalmente recibe promesas y/o esperanzas al final fallidas. El destino patriótico mejorará cuando en cada hogar, parcela, fábrica (maquiladora) se asimile que ningún cambio de sexenio garantiza el merecido bienestar colectivo. Y enfrentando las condiciones reales que afectan a una inmensa mayoría social, se fomente a través del ejercicio de la legalidad el verdadero cambio que merecen las actuales y futuras generaciones.

México clama el fortalecimiento -libre del cáncer corruptivo- de las instituciones. Para avanzar en la debida (olvidada) equidad que a los mexicanos corresponde, borrando ¡YA! enormes estímulos que ‘empujan’ la macroeconomía y blindan las propias de la ‘clase política’. Total, constantes ‘variables’, ‘factores internacionales’, etc., etc., terminan ‘influyendo’ (trillado argumento de expertos oficiales) impidiendo el aterrizaje en pesos y centavos, al bolsillo de la pobreza, del éxito festivamente anticipado.

Canasta alimentaria básica, gasolina etc., etc., siguen pues a la alza. La labor reivindicatoria es difícil, quizá parecida al peregrinaje del Benemérito de las Américas en el territorio nacional. Pero de no arrancarla, perdería significado la frase que otro gran Presidente inscribió en Guelatao definiendo a Don Benito Pablo Juárez García: “Antes de Juárez, México era tan sólo un alboroto de pasiones; después de Juárez, fue simplemente la Patria”.

vozcampesina@hotmail.com


VOZ CAMPESINA

Al margen de si cual según ocurrió el año anterior, la cúpula nacional del poder público haya omitido rendir honores al patricio.

La trascendente figura del más universal de los mexicanos surge desde su valiosa dimensión histórica, proclamando no sólo el urgente rescate (le atañe al gobierno) de la vigencia en México del apotegma que el oaxaqueño le entregara al mundo: “Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”, si no, el esfuerzo ciudadano que así lo reclame en la vía jurídica.

Arquitecto y constructor del andamiaje legal que dio orden al país (hoy víctima del reformismo legaloide que lo mismo obsequia impune libertad a delincuentes o permite heredar curules congresistas a ‘juniors’ partidistas), el juarismo auténtico exige la participación ciudadana en afán de recobrar el cumplimiento de todos los rubros del Estado de Derecho. Además de seguridad pública y justicia (cuestiones torales), también la retribución salarial digna que consagra nuestra Constitución Mexicana debe ceñirse a dicho mandato, evidentemente relegado, de donde quienes siempre se ‘aprietan el cinturón’ son los jornaleros, obreros, etc., etc.

En las alturas observan una utópica bonanza, pero la realidad es opuesta en absoluto a cuanto padece el pueblo que sexenalmente recibe promesas y/o esperanzas al final fallidas. El destino patriótico mejorará cuando en cada hogar, parcela, fábrica (maquiladora) se asimile que ningún cambio de sexenio garantiza el merecido bienestar colectivo. Y enfrentando las condiciones reales que afectan a una inmensa mayoría social, se fomente a través del ejercicio de la legalidad el verdadero cambio que merecen las actuales y futuras generaciones.

México clama el fortalecimiento -libre del cáncer corruptivo- de las instituciones. Para avanzar en la debida (olvidada) equidad que a los mexicanos corresponde, borrando ¡YA! enormes estímulos que ‘empujan’ la macroeconomía y blindan las propias de la ‘clase política’. Total, constantes ‘variables’, ‘factores internacionales’, etc., etc., terminan ‘influyendo’ (trillado argumento de expertos oficiales) impidiendo el aterrizaje en pesos y centavos, al bolsillo de la pobreza, del éxito festivamente anticipado.

Canasta alimentaria básica, gasolina etc., etc., siguen pues a la alza. La labor reivindicatoria es difícil, quizá parecida al peregrinaje del Benemérito de las Américas en el territorio nacional. Pero de no arrancarla, perdería significado la frase que otro gran Presidente inscribió en Guelatao definiendo a Don Benito Pablo Juárez García: “Antes de Juárez, México era tan sólo un alboroto de pasiones; después de Juárez, fue simplemente la Patria”.

vozcampesina@hotmail.com


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