/ domingo 16 de enero de 2022

Kino en California 

LA ESPIGA

Debemos agradecerle a los investigadores Carlos Lazcano Sahagún y a Gabriel Gómez Padilla por la aparición de una magnífica obra histórica “Kino en California” de reciente publicación.

Se trata de un volumen de más de mil páginas que reúne una serie de textos, mapas y testimonios acerca de un evangelizador cristiano que se adentró en la geografía del noroeste de la Nueva España para llevar a cabo una intensa labor de conversión religiosa entre los nativos de estas regiones.

Eusebio Francisco Kino | Ilustración

Eusebio Francisco Kino | Ilustración

Eusebio Francisco Kino (1645-1711), un misionero Italiano que decidió aventurarse en las tierras broncas del Nuevo Mundo para realizar un trabajo catequístico digno de admiración y respeto. Su peregrinar incluyó a los hoy Estados de Sonora, Arizona, Chihuahua, Baja California y Baja California Sur. A partir de 1681, Eusebio fue enviado al Norte del Virreinato para “…ofrecerle a los indios mejores formas de vida que las que llevaban, sobre todo más humanas…”.

En el contexto del duro proceso de conquista y avasallamiento emprendido por los soldados y funcionarios al servicio de la Corona Española, quienes trataron de manera brutal a la población aborigen, resulta bastante meritoria la labor de los religiosos como Eusebio Francisco Kino, quien busca la manera de aminorar los sufrimientos, penurias y vejaciones sufridas por los naturales.

Los pueblos indios (como se les conocía) eran concebidos por aquellos hombres de fe como seres “…amigos mansos y afables familiares…”. Todo esto a partir del trato digno que recibían de parte de los misioneros, quienes veían en el sufrimiento de los “indios” el mismo rostro de Cristo.

Kino, con su formación intelectual y en la búsqueda de nuevos confines para la cristiandad y para la Corona Española, recorrió miles de kilómetros buscando a los grupos humanos dispersos en zonas agrestes. A estos asentamientos les llevó el conocimiento en la crianza de ganado y el desarrollo de diversos cultivos, lo que propició el poblamiento y la creación de pueblos que con el paso del tiempo se convirtieron en ciudades.

Así nacieron comunidades en Sonora como Caborca, Tubutama, San Cosme del Tucson (Arizona). Kino -el infatigable- viene en busca de los Ríos Colorado y Gila, llega al Valle de Mexicali y convive con los grupos aborígenes diseminados en las márgenes del Colorado.

Kino entró en contacto con indígenas Pimas, Cocomaricopas, Yunes, Curganes, Alchedomas, Tucsanis, Niniorits, Yumas, Quechan, Halchidomas, Jallicuamis y Cucapás. En el Río Colorado, Kino se maravilla con el espectáculo del desemboque de las aguas turbulentas del Colorado en el Golfo de California. Por aquellos tiempos el caudaloso Colorado inundaba las tierras del Valle de Mexicali; los aborígenes aprovechaban estas zonas húmedas para sembrar hortalizas y frutales.

Atravesar el enorme desierto del Norte de Sonora (conocido como Desierto de Altar) era un reto colosal, solo Kino con su vocación para el sacrificio misional tuvo la fortaleza para llegar a estos parajes.

Juan María de Salvatierra será otro misionero jesuita apasionado por la Antigua California. A él le debemos la fundación de la Reina Madre de la Conquista Espiritual de las Californias: La Misión de Nuestra Señora de Loreto.

En los valles y desiertos bendecidos por el Río Colorado, con sus minas y sus tierras fértiles Kino concibe la creación de un nuevo Virreinato al servicio de la Corona Española.

oscarh1955@yahoo.com.mx


LA ESPIGA

Debemos agradecerle a los investigadores Carlos Lazcano Sahagún y a Gabriel Gómez Padilla por la aparición de una magnífica obra histórica “Kino en California” de reciente publicación.

Se trata de un volumen de más de mil páginas que reúne una serie de textos, mapas y testimonios acerca de un evangelizador cristiano que se adentró en la geografía del noroeste de la Nueva España para llevar a cabo una intensa labor de conversión religiosa entre los nativos de estas regiones.

Eusebio Francisco Kino | Ilustración

Eusebio Francisco Kino | Ilustración

Eusebio Francisco Kino (1645-1711), un misionero Italiano que decidió aventurarse en las tierras broncas del Nuevo Mundo para realizar un trabajo catequístico digno de admiración y respeto. Su peregrinar incluyó a los hoy Estados de Sonora, Arizona, Chihuahua, Baja California y Baja California Sur. A partir de 1681, Eusebio fue enviado al Norte del Virreinato para “…ofrecerle a los indios mejores formas de vida que las que llevaban, sobre todo más humanas…”.

En el contexto del duro proceso de conquista y avasallamiento emprendido por los soldados y funcionarios al servicio de la Corona Española, quienes trataron de manera brutal a la población aborigen, resulta bastante meritoria la labor de los religiosos como Eusebio Francisco Kino, quien busca la manera de aminorar los sufrimientos, penurias y vejaciones sufridas por los naturales.

Los pueblos indios (como se les conocía) eran concebidos por aquellos hombres de fe como seres “…amigos mansos y afables familiares…”. Todo esto a partir del trato digno que recibían de parte de los misioneros, quienes veían en el sufrimiento de los “indios” el mismo rostro de Cristo.

Kino, con su formación intelectual y en la búsqueda de nuevos confines para la cristiandad y para la Corona Española, recorrió miles de kilómetros buscando a los grupos humanos dispersos en zonas agrestes. A estos asentamientos les llevó el conocimiento en la crianza de ganado y el desarrollo de diversos cultivos, lo que propició el poblamiento y la creación de pueblos que con el paso del tiempo se convirtieron en ciudades.

Así nacieron comunidades en Sonora como Caborca, Tubutama, San Cosme del Tucson (Arizona). Kino -el infatigable- viene en busca de los Ríos Colorado y Gila, llega al Valle de Mexicali y convive con los grupos aborígenes diseminados en las márgenes del Colorado.

Kino entró en contacto con indígenas Pimas, Cocomaricopas, Yunes, Curganes, Alchedomas, Tucsanis, Niniorits, Yumas, Quechan, Halchidomas, Jallicuamis y Cucapás. En el Río Colorado, Kino se maravilla con el espectáculo del desemboque de las aguas turbulentas del Colorado en el Golfo de California. Por aquellos tiempos el caudaloso Colorado inundaba las tierras del Valle de Mexicali; los aborígenes aprovechaban estas zonas húmedas para sembrar hortalizas y frutales.

Atravesar el enorme desierto del Norte de Sonora (conocido como Desierto de Altar) era un reto colosal, solo Kino con su vocación para el sacrificio misional tuvo la fortaleza para llegar a estos parajes.

Juan María de Salvatierra será otro misionero jesuita apasionado por la Antigua California. A él le debemos la fundación de la Reina Madre de la Conquista Espiritual de las Californias: La Misión de Nuestra Señora de Loreto.

En los valles y desiertos bendecidos por el Río Colorado, con sus minas y sus tierras fértiles Kino concibe la creación de un nuevo Virreinato al servicio de la Corona Española.

oscarh1955@yahoo.com.mx